La seguridad no tiene precio

Residentes de 152 apartamentos de un edificio ubicado en Los Palos Grandes se las han ingeniado desde hace 11 días para ayudar a subir a las personas mayores y con enfermedades que viven en la torre y también para transportar objetos pesados desde que les hurtaron la tarjeta madre de uno de los dos ascensores.

La comunidad fue víctima de un modus operandi que han adoptado delincuentes en conjuntos residenciales en Caracas. El 19 de septiembre los vecinos esperaban a un técnico de la compañía que hace mantenimiento de los elevadores desde hace 40 años. Sin embargo, una hora antes de que llegara el empleado asignado se presentó un delincuente vestido con el uniforme de la compañía.

“El vigilante sabía que iba un técnico. Le abrió al señor porque lo vio con el uniforme de la empresa y su rostro le pareció conocido. Cuando el presunto trabajador llegó, le pidió que le diera las llaves para subir al área de control de los ascensores, ubicado en el penthouse. Luego, llegó el técnico que esperábamos nos percatamos que uno de los ascensores no estaba funcionando porque el hombre se robó la tarjeta madre y otras dos piezas”, explicó la presidenta de la junta del condominio del edificio.

Tanto los afectados de ese conjunto residencial como el gerente de la empresa de mantenimiento de elevadores pidieron no ser identificados por razones seguridad. A raíz del evento, los vecinos se organizaron para interponer la denuncia ante el Cicpc y para buscar repuestos, pues la mayoría de las piezas se adquieren en el exterior.

Un representante de la empresa que se encarga del mantenimiento en el edificio dijo que hace dos meses se presentó una situación similar en un edificio en Sabana Grande, pero advirtió que la compañía que representa no está involucrada con esos delitos. “Estamos en shock porque los repuestos son importados de España, Estados Unidos y otros países. Estos hurtos los están cometiendo delincuentes organizados y por eso debemos resguardarnos. Hemos emprendido una campaña para que en los edificios controlen el personal de vigilancia y de conserjería. Estos casos, a mi juicio, han ocurrido por exceso de confianza. Esto es una falla de seguridad de los condominios”, indicó.

seguridad-ATS

Extrabajadores delincuentes
Michele Paciello, gerente de Montamo Servicio, ha sorteado las denuncias y consecuencias de los hurtos de piezas de elevadores en cuatro edificios que tienen contratos con la empresa que representa.

En los conjuntos residenciales de El Marqués, Los Palos Grandes, Santa Paula y Los Dos Caminos se han registrado hurtos con el mismo modus operandi. “La situación para nosotros es compleja porque la mayoría de los repuestos los compramos en la fábrica ubicada en Uruguay. Le he mandado circulares a todos los condominios de los edificios para advertirles lo que está pasando. El delincuente que ha cometido los hurtos es un exempleado de la empresa que trabajó con nostros durante dos meses hace más de un año”, dijo.

Paciello destacó que de acuerdo con las conversaciones que ha tenido con representantes de otras empresas del ramo se han registrado varios hurtos con la misma modalidad en otros edificios: “Estas tarjetas electrónicas cuestan 500 dólares y en bolívares el monto es muy variable. Lo que hemos deducido es que estos delincuentes se van conociendo entre sí y trabajan unos meses en las compañías para captar direcciones y después cometen los hurtos”.

Aunque no existen datos de la cantidad de piezas de ascensores hurtadas por falta de denuncia los vecinos que se han visto afectados tienen las intenciones de multiplicar sus experiencias para que otros ciudadanos tomen las previsiones. Es el caso de los habitantes del edificio Adimarca, en El Marqués, que han afrontado medidas de seguridad desde que en noviembre de 2013 fueron víctimas.

Edgar Álvarez, vecino del conjunto residencial y miembro de la junta de condominio, explicó que en la actualidad mantienen más control de las personas que hacen mantenimiento y trabajos en el edificio: “Ahora tenemos contacto con las empresas para saber a qué empleado van a mandar; la conserje no deja subir a más nadie que no sea el técnico, tenemos todas las puertas del edificio bajo llave y nos hemos reunido con los residentes de otras torres y casas para mejorar la seguridad en la zona colocando cámaras y cerrando las calles”.

Comunidad precavida
Elías Santana, director de la Escuela de Vecinos, sugiere que los propietarios y miembros de las juntas de condominios de los edificios tengan una planilla de identificación para el personal que brinde servicios en los conjuntos residenciales: «Se debe pedir datos a quienes entren a los edificios como una fotocopia de la cédula de identidad y la dirección de donde viven con un número de teléfono local. Se debe hacer un esfuerzo por constatar que esa persona, sea doméstica, obrero o técnico, es quien dice ser”. Los conserjes, considera Santana, deben estar entrenados para discernir si el personal obrero y los técnicos tienen la documentación adecuada: “En todo caso, la junta de condominio debe tomar las previsiones y plantearse escenarios para resguardarse. Este nuevo negocio delictivo se da por la dificultad que hay en el mercado para adquirir las piezas que se compran con divisas”.

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