Los tiempos hoteleros de Caracas en la memoria de Nikolajs Sidorkovs

“Ningún lugar se puede desarrollar sino cuenta con el edificio en el cual se alojarán las personas que vienen a desarrollarlo”
Mario Belloso Villasmil
Promotor del Hotel del Lago en Maracaibo

 

El TIEMPO de los precursores hoteleros
HOTEL SAINT AMAND. Monjas a San Francisco
Dos militares estadounidenses estuvieron en Caracas en 1857, y el relato de su estadía fue publicado en la revista “Harper’s New Monthly Magazine” y este artículo a su vez fue publicado en el diario La Esfera el 3 de enero de 1942. En la mención del hospedaje relatan: “…frente a nuestra posada están las altas paredes de un convento, que la Revolución y el terremoto parecen que han respetado; hay aquí unas sesenta monjas venerables que ocupan esta manzana principal de la ciudad”.

Es el terreno en el cual Antonio Guzmán Blanco erigió el Congreso Nacional entre 1870 y 1877. Es de suponer que esta posada sería la más digna de la ciudad, que posiblemente en el curso del tiempo se transformó en el Hotel Saint Amand.

GRAN HOTEL. Bolsa a Mercaderes
El Gran Hotel fue fundado por el Sr. Juan Rodríguez Cordero en 1909, año en el cual comenzó el régimen del General Juan Vicente Gómez. Ubicado entre las esquinas de Bolsa a Mercaderes, en el mismo inmueble que durante mucho tiempo ocupó la afamada posada “El León de Oro” de los hermanos Delfino (según Guillermo José Schael). Su decisión obedeció a la buena perspectiva que constituía para tal tipo de negocios: la celebración del Centenario de la Independencia y al hecho que antes había sido gerente del conocido Hotel Klindt.

En El Cojo Ilustrado, de 1911 y 1912 aparecen con frecuencia avisos como el que sigue: este establecimiento –el Gran Hotel de Caracas- ha sido remodernizado notablemente al estilo europeo con piezas empetatadas y empapeladas (acabados de pisos y paredes) con zócalos al óleo, alumbrado eléctrico y muebles a todo lujo. Entre estas piezas hay las de primera para las personas que deseen tener el confort de los grandes hoteles de Europa, con un salón recibo alfombrado, su baño, water closet y un bidet. Varias fotografías de los salones, las habitaciones, la cocina y el personal formaban también parte de estos anuncios. Ellos permitían apreciar el ambiente y la importante posición que ocupó, sin duda, en la vieja Caracas.

Huéspedes importantes del Gran Hotel fueron, entre otros, el barítono Tita Ruffo, Alexander Graham Bell (inventor del teléfono) y la gran bailarina Anna Pavlova.

El terreno el Gran Hotel posteriormente fue ocupado en 1939 por el Teatro Ávila, proyecto del arquitecto Rafael Bergamín.

HOTEL KLINDT en la esquina La Marrón
De este hotel poco se conoce. Solo que funcionó en la esquina La Marrón, cuyo gerente, como se apuntó antes, fue Juan Rodríguez Cordero.

HOTEL KLINDT en la esquina La Torre, Plaza Bolívar
El Hotel Klindt se mudó al edificio Washington en la esquina de La Torre en la Plaza Bolívar.

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El TIEMPO del primer gran hotel de Caracas
HOTEL MAJESTIC. Plaza Jose Gregorio Monagas
En las proximidades de 1930, en vista de la escasez de hospedaje de categoría existente en Caracas, y ante la perspectiva que la ciudad recibiría un crecido número de delegados y visitantes extranjeros, con motivo de la Conmemoración del Centenario de la muerte del Libertador, el Sr. Eloy M. Pérez decidió construir un hotel que llamó Majestic. Durante todo este tiempo celebrativo, el Majestic alojó a todas estas personalidades, y fue el lugar escogido para la celebración de suntuosas recepciones diplomáticas.

Diseñado en parte por el arquitecto catalán Marcelino Mari, fue terminado por el arquitecto español Manuel Mujica Millán, y construido en la Plaza Monagas, frente al Teatro Municipal, configurando con el semicírculo de sus columnas neoclásicas, un espacio urbano muy particular, en cuyo centro estaba la estatua de José Gregorio Monagas (el presidente que en 1853 decreto el final de la esclavitud en Venezuela). El Hotel Majestic fue inaugurado al público el 30 de diciembre de 1930, convirtiéndose en el punto neural de aquella Caracas que circulaba en los alrededores de la Plaza Bolívar. Demás está decir que entre sus ilustres huéspedes figuraron los toreros Belmonte y Manolete, los artistas del Metropolitan Opera House de Nueva York, y tal vez, el más célebre de todos, Carlos Gardel en 1935.

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El TIEMPO de los Rockefeller y el de San Bernardino
HOTEL AVILA. San Bernardino
“Fue así, como Nelson Rockefeller con un grupo de amigos y asociados fundó en 1940 la Compañía de Fomento Venezolana reuniendo 3 millones de dólares de capital inicial, del que su familia aportó un tercio, el otro tercio los socios venezolanos (entre los cuales estaban los Vollmer y los Boulton), y al resto de las compañías petroleras, se lee en los Rockefeller.

El proyecto piloto de la compañía resultó ser el Hotel Ávila, inaugurado el 11 de agosto de 1942.

Aquí se nota que algo inusual se estaba gestando en San Bernardino, primera urbanización residencial, con casas individuales en medio de jardines, creada en las “afueras” e inmediaciones del final de Caracas.

El hecho de Nelson Rockefeller concebir un hotel de lujo para los visitantes estadounidenses y por ende europeos, y encargar su diseño al arquitecto de su familia, Wallace Harrison (Lincoln Center New York 1963/1968) significaba un gran cambio en Caracas, ya que hasta esa fecha la vida comercial y social de Caracas giraba alrededor de la Plaza Bolívar, y el hotel de lujo era el Majestic (1930) ubicado enfrente del Teatro Municipal”.
(Extracto de la Historia de San Bernardino, investigada y escrita por Nikolajs Sidorkovs).

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El TIEMPO de la americanización hotelera
HOTEL WALDORF. San Bernandino (1944)
HOTEL POTOMAC. San Bernardino (1948)
HOTEL ASTOR. San Bernardino (1950)
Esto, a su vez, generó la aparición de una serie de hoteles, que sin serle competencia al Ávila, eran hoteles comerciales de primera, que significativamente se les iban otorgando nombres altamente de atracción comercial, tales como “Waldorf” de 1944, dos cuadras al sur de la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica, “Potomac” (rio que atraviesa Washington DC) de 1948 que introdujo el concepto de “bar americano” y fue residencia de la Gran Compañía Italiana de Opera de Pietro Milana en 1961 y en 1963 hospedó a la estrella de futbol: Alfredo Di Stefano (quien fuera secuestrado en él), que se erigió dos cuadras al sur de la Shell, y el “Astor” de 1950 en la plaza La Estrella.

Complementando la aparición de estos nuevos hoteles, también aparecieron tres famosas Fuentes de Soda, estas eran lugares informales para reunirse y tomar, escuchando música, a veces de rocolas. En la plaza Rubén Darío, a la izquierda de la entrada del Bulevar Vollmer, la Pacífico con un aviso en bombillos en dos tonos de azul imitando cielo y mar, fue muy famosa; la del Hotel Potomac, y en la calle El Ávila, antes del cruce con la El Parque, la Haya, que tuvo sus “hermanas”, una El Campo, frente al Coney Island en Los Palos Grandes, y la otra en Bello Monte.

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Hotel Potomac / Hotel Astor

 

El Centro se resiste en el TIEMPO
HOTEL EL CONDE. Esquina El Conde
Pero ante esta americanización, el 1 noviembre de 1948, en la esquina El Conde, a una cuadra de la Plaza Bolívar abre sus puertas este hotel, que en alguna forma es equivalente a los hoteles “americanos” de San Bernardino. Este hotel en el tiempo tuvo un evento genial: el 29 de noviembre de 1957, el archifamoso jazzista Louis Armstrong llegó al Hotel Tamanaco, y al hacer su “check in” fue notificado que el hotel estaba lleno. Eran los tiempos en los cuales en Caracas, tanto en el Hotel Tamanaco, así como los cines Lido de El Rosal y el Broadway de Chacaíto no se admitían personas de raza negra. Ante este bochornoso racismo impuesto evidentemente por los estadounidenses en un país en el que predominaban los mestizos y los mulatos, alguien tuvo la idea de trasladar a “Satchmo” al Hotel El Conde, en el cual fue el reverso de la moneda, considerándolo Huésped de Honor, ya que en ese tiempo ya era una figura legendaria, le dieron la Suite Presidencial. Fue tan relevante este tratamiento, que cuando Armstrong regresó a principios de los años sesenta, una vez cambiado el Gobierno, en lugar del Hotel Tamanaco previsto fue directamente a Hotel El Conde.

En el Hotel El Conde también en octubre de 1965 se hospedó la compañía “Teatro Griego del Pireo” con su gran actriz Aspasia Papathanassiou, que interpretó en griego los dramas de “Electra” y “Medea” en el Aula Magna de la UCV.

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Compañía Teatro Griego del Pireo, hospedado en el Hotel El Conde. 1965. Foto: Nikolajs Sidorkovs

Nace el TIEMPO hotelero del Este
HOTEL TAMANACO. Las Mercedes
La línea aérea estadounidense Pan American Airways, a través de su fundador, Juan Trippe, estableció la Intercontinental de Hoteles, para abrir un “Hotel Americano” en cada ciudad en la que llegaba esta línea aérea. La idea fue incentivar a los “gringos” a viajar después de Segunda Guerra Mundial asegurándoles que serían atendidos en inglés, y que comerían su comida “gringa”, y así mismo su hamburguesa y su Coca Cola. También para aquellos con espíritu aventurero, en cada hotel habría la posibilidad de degustar un plato nativo. El primer hotel fue en Belém de Pará, Brasil en 1946. Y el 2 de diciembre de 1953, con la presencia del Coronel Marcos Pérez Jiménez, se abría en Caracas el Hotel Tamanaco, en un proyecto de los arquitectos Holabird, Root y Burgee, con la asistencia de Gustavo Guinand, crearon una colina “arquitectónica” en la colina al final de Las Mercedes. De más está señalar, que con el advenimiento del Este, el Hotel Tamanaco se volvió El Punto. El plato nativo para los aventureros gringos era: el Pabellón Criollo.

Este mismo grupo de arquitectos estadounidenses crearon al mismo tiempo y con el mismo propósito, el Hotel del Lago de Maracaibo.

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Un milagro en el TIEMPO del Ávila
HOTEL HUMBOLDT. Cerro El Ávila o Warairarepano
El Arq. Gregory Vertullo en el libro de su coautoría “Hotel Humboldt, Un milagro en El Ávila” cuenta: el proyecto del Teleférico de Caracas se debe al entonces ministro de Obras Públicas, Julio Bacalao Lara, quien convenció a Marcos Pérez Jiménez, presidente de la República, de construir un sistema de transporte aéreo mediante cable, con la finalidad de crear un nuevo espacio de desarrollo turístico que sirviera tanto a la ciudad de Caracas como para el Litoral central. Esta idea fue del agrado del presidente, y se amplió rápidamente con la incorporación de una edificación hotelera, gracias a un comentario oportuno que se le atribuye al entonces ministro de Fomento, Silvio Gutiérrez, tal como lo refiere el ingeniero Gustavo Larrazábal, quién tuvo una figuración estelar en la coordinación general de este ambicioso proyecto.

El proyecto del conjunto, impulsado por el gobierno, optó por la contratación del arquitecto Tomás José Sanabria, una decisión que el mismo presidente tomó, luego de conocer que Sanabria fue el autor del edificio de la Electricidad de Caracas en 1954.

El Hotel Humboldt fue inaugurado el 29 diciembre de 1956, y con el paso del tiempo, dado que es propiedad del estado venezolano, ha sufrido los embates del paso de un gobierno a otro. Actualmente el Hotel se encuentra en estado de recuperación total bajo el mando del arquitecto Gregory Vertullo.

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En los TIEMPOS del Centro Simón Bolívar
CARACAS HILTON. Plaza Morelos
En la zona de El Conde, al sur de la avenida México en un tiempo, el Banco Obrero resolvió reurbanizar esa zona, y dedicarla al desarrollo de unidades de vivienda de clase media bajo los criterios de los arquitectos Miguel Menéndez y Mario Bemergui y financiados por el Banco Obrero. En 1965 el ingeniero Juan Sánchez Carranza fue designado para gerenciar la reconstrucción del primer edificio de este desarrollo, el E1, en un hotel de primera categoría, para lo cual fue contratada la compañía Díquez, González y Rivas. Después de mucha reconstrucción, nació en1969, el Caracas Hilton, el cual manejado por las expertas manos del Barón Marcos von Nesselhauf, llegó a constituirse en el Gran Hotel de Caracas por muchos años, y sus fiestas de fin de año aún se rememoran entre los afortunados y privilegiados asistentes a ellas.

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ANAUCO HILTON. Se internacionaliza Parque Central
A finales de diciembre de 1973 llega a la oficina de Siso & Shaw, proyectistas del conjunto Parque Central, la noticia de que Caracas en abril de 1974 iba a ser la sede de la Conferencia Mundial sobre los Derechos del Mar. Un verdadero remolino cundió en la oficina, en la cual de paso, se suspendió la Navidad y el Año Nuevo. A Julio Obelmejías y a mí nos tocó convertir el edificio residencial que estaba listo para la venta, el edificio Anauco, en hotel.

Con la proximidad del Caracas Hilton, que también era propiedad del Centro Simón Bolívar, se resolvió “hermanarlos” en forma de hotel y apartotel. Con el tiempo, y pasada la conferencia, este apartotel tuvo una gran demanda en cuanto al hospedaje de conjuntos musicales, de danza, operáticos, de grupos de adiestramiento y políticos, por la ventaja del alojamiento en apartamentos, y el tener todas las facilidades de compras en el conjunto de Parque Central.

En la configuración del Anauco Hilton, la frase de “provisional-definitivo” se hizo leyenda. Se contrataron todas las mueblerías que se podían, para repetir en su posibilidad, los modelos que se habían escogido. Para la igualdad de su acabado se llegó a la conclusión de que el laminado plástico, que coloquialmente llamamos Fórmica (la primera marca en el mercado) era el más expedito, y para evitar el problema de los tonos, se optó por el color universal del blanco. Todo el mobiliario fue de color blanco, excepto el de las oficinas principales, por las que se optó la otra alternativa: palisandro o palo de rosa. Todavía en estos tiempos ese mobiliario está en uso, muchos están regados en las diferentes dependencias oficiales de Parque Central, cuarenta y tres años después de que fueran elaborados para tres meses de conferencia.

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Un nuevo TIEMPO en la hotelería del Este
HOTEL PASEO Las Mercedes
Al pie del Hotel Tamanaco, así como lo fueron los hoteles “americanos” para el Hotel Ávila en los años cuarenta, en 1979 abre el Holiday Inn como parte del nuevo Centro Comercial El Paseo de Las Mercedes, proyecto del arquitecto Jimmy Alcock. Tiempo después le hará ver a sus propietarios que el punto estaba hecho y que ellos mismos podían administrarlo, pero bajo el nuevo nombre de Hotel El Paseo Las Mercedes.

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HOTEL EUROBUILDING. Chuao
Todos conocemos el Hotel Eurobuilding, así es que transcribiré una sección de mis Memorias que fueron publicadas por Amazon como: Bueno…y así fue!

Joaquín Gómez me contrató para diseñar las oficinas de la gerencia y, de paso, les habló a los españoles de mí. Se hizo una reunión y me mostraron el proyecto. Una ensalada de colonia española (tipo casa de El Zorro con vainas de Casa & Jardín de Madrid). Yo no tenía nada que perder, de manera que manifesté que, si era así, el hotel –cuya expectativa en Caracas era muy grande- iba a salir veinticinco años viejo, porque el Hotel Tamanaco ya había pasado por eso. Que en ese momento (1987) lo que prevalecía era que los espacios públicos, o sea, la calle, penetrara al hotel, y se le daba al huésped la libertad de descubrirlo por su cuenta, caminando. Que lo de puertas en el bar y puertas en el restaurante estaba totalmente out. Que esa nueva tendencia venía derivada de lo que el arquitecto John Portman había impuesto en el Hyatt del Embarcadero en San Francisco en 1973.

Salieron disgustados.

Pero a un tiempo corto me llamaron y me preguntaron si yo sería capaz de hacer un nuevo proyecto interior. Con la experiencia de Parque Central y del Hotel de Lago, por supuesto que sí. Vaya que sí. SÍ.

Se me adjudicó un espacio en el segundo piso del edificio de oficinas. Una puerta de madera sobre dos burros como mesa de dibujo, el equipo de dibujo y un rollo de papel croquis. Eso sí, Lázaro Levine había enviado un televisor como muestra, y me lo instalaron. Trabajaba todo el día. Iba a la casa a cenar y descansar, para volver, pasando por un bar en la avenida principal de Chuao, que era parte de un restaurante de una señora italiana que apodamos “la ricetta della nonna”. Su sobrino atendía ese bar y me llevaba dos whiskies para seguir trabajando hasta cuando pudiera.

Todo el nuevo proyecto lo hice así, el hotel que todos conocimos y que hoy en día está bastante modificado. Lo sensacional del hotel fue su minimalismo, y lo que se vendía era esa transparencia que permitía ver El Ávila desde el estacionamiento. También, para este trabajo, tuve que ir a Madrid, al Hotel Eurobuilding, que queda un poco más al Norte del estadio Santiago Bernabéu.
… ///…

Todo venía hacia un final. Cambió el gobierno, y el nuevo quiso lucirse con un acto en el Teatro Teresa Carreño, en lugar del Congreso, donde correspondía este acto. Para su efecto se invitaron varios dignatarios, entre los cuales estaba Fidel Castro. Debido a la complejidad del gobierno comunista cubano se procedió a concederles el Hotel Eurobuilding, ya que era nuevo y estaba aislado, por razones de seguridad. Un día llegué al estacionamiento y se me acercaron dos gorilas negros y me gritaron:
– “Oyemetúábremelamaleta”
– ¿Cómo es la vaina?
– “Quemeabralamaletacoño”
Giré el auto ciento ochenta grados y me fui. Bajé a la farmacia (1989, no había celulares) y llamé a Joaquín, le conté lo ocurrido y le dije que no volvía hasta que eso terminara. Como se acercaba mi cumpleaños resolvimos irnos a Curaçao a estar con los amigos que conocí en Bonaire. Así, el tres de febrero, cumpliendo cuarenta y cinco años, se inauguró el nuevo hotel cinco estrellas de Caracas, que más tarde sería el punto focal social de la ciudad.
… ///…

La familia Zarikian adquirió el Hotel Eurobuilding en 1992. Ellos, por su cuenta, remodelaron el lobby principal del hotel, aludiendo que en los tiempos presentes la mayoría de ejecutivos que residían en el hotel eran suramericanos, de manera que cambiaron del minimalismo original a unas instalaciones con excesos de materiales nobles. Así mismo remodelaron las habitaciones. Pero llegado el momento de intervenir la arquitectura me contactaron de nuevo en la persona del hijo mayor de don Esteban, Zareh, con quien pegué desde el primer encuentro. Se hicieron unos cambios grandes en el área de la piscina, pero la intervención básica que cambió al hotel para siempre fue una inquietud que le manifesté a Zareh después de un almuerzo.

Resulta que en el sótano 1 estaban ubicadas las oficinas gerenciales y de apoyo, seguidas en un lado por la peluquería y la barbería con el pasillo que llevaba a las cabañas; en tanto que del otro lado quedaban el área de mantenimiento y los vestuarios del personal. Este pasillo –con piso de mármol como todo el hotel- terminaba en una salida al estacionamiento.

Llevé a Zareh al sitio, mandé a abrir esa puerta, salimos al estacionamiento y le dije que se volteara.
– ¿Qué ves?
– El hotel.
– Pero no puedes entrar.

En el proyecto original, al lado derecho de esta puerta había un pasillo complicado que terminaba en un par de ascensores que llegaban al pasillo comercial del lobby. Para ir a un evento en el Salón Plaza Real, había que subir a este pasillo, atravesar todo el lobby principal, con una alternativa de bajar dos pisos –sótano 2- caminando por unas escaleras tipo caracol o tomar unos ascensores hidráulicos, con el agravante de que al terminar el evento había que hacer este recorrido al revés. Pero uno estaba parado en el sótano 1, viendo el pasillo con piso de mármol y sin poder entrar.

A Zareh se le cayó la quijada. A partir de ese momento comenzamos a trabajar para producir esta entrada. Aquí intervino el gerente, Edgar Velarde, un ecuatoriano detestable que manifestó en una reunión de alto nivel ejecutivo –delante de mí- que la definición de arquitecto era:
– Un tipo no lo suficientemente hombre para ser ingeniero, ni lo suficientemente marico para ser decorador.
– ¿Tengo que reírme? Le espeté.

Pero el tipo era genial. Él nos dijo que si se iba a hacer todo este trabajo no bastaba solo una entrada, sino que se requería de un verdadero lobby como tal, y fue lo que se hizo. La apertura de este lobby cambió para siempre al hotel, porque aquí se dio la expresión venezolana “ya que”. Ya que hicimos el lobby, pues era necesario conectar este sótano a las escaleras caracol que bajan del lobby principal, de manera de acceder directamente al Salón Plaza Real. Y así se hizo, y así fue!…

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Acceso al hotel desde el estacionamiento en el sótano 1

HOTEL GRAN MELIA. Sabana Grande
La cadena Meliá tenía tiempo tratando de establecerse en Venezuela. Yo trabajé para ellos a partir de 1981 en el proyecto del Meliá Maracaibo con los arquitectos Luis Basil, Cecilia Ferrer y Aquiles Asprino. Terminé el proyecto interior en Madrid, pero vino el viernes negro en febrero de 1983 y todo quedó paralizado. Se conoce que las intenciones siguieron, y en 1989 paralelamente con el Eurobuilding, abre el Gran Meliá Caracas dando la impresión que por un tiempo la hotelería española estaba desplazando a la americana. Este hotel, apartando su decoración, logra un ambiente muy particular en el lobby de entrada. Me toca enviar a mis alumnos que están diseñando un hotel, para que visiten el Gran Meliá a las cinco de la tarde de cualquier día de la semana, para que con el piano y el ambiente logren entender y sentir lo que es estar en un gran hotel citadino de 5 estrellas.

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HOTEL FOUR SEASONS. Plaza Altamira
En enero del 2001, contra viento y marea abre un colosal conjunto de edificios curvos y blancos, cuya pared del estacionamiento minimiza al pobre obelisco de la más bella plaza de Venezuela, la Plaza Altamira. Con algunas coincidencias en la manufactura del edificio del Hotel Eurobuilding, aparece en Caracas un hotel de la empresa Four Seasons. Pero la agresión a la plaza la paga muy cara. La Plaza Altamira reacciona y se convierte, como en la obra Les Miserables, en el baluarte de la oposición al gobierno, y en esa terrible e inexistente navidad entre el 2002 y 2003 arremete contra este hotel. Hoy en día funciona como Hotel Caracas Palace.

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El regreso del TIEMPO de las grandes hoteleras
MARRIOTT. El Rosal
RENAISSANCE. La Castellana
La conversión de las urbanizaciones residenciales de El Rosal y La Castellana en zonas empresariales, reclamó la existencia de hoteles de primera categoría. Tal y como fue en San Bernardino en los años cuarenta. En El Rosal aparece el Marriott reciclando un edificio de oficinas o vivienda en hotel, y luego agregándole una segunda construcción ya como hotel. En tanto que en La Castellana, aparece el Renaissance. Son hoteles de lujo, autosuficientes, ya que los huéspedes no pueden salir a la calle. Pero sus espacios son limitados ya que forman parte de una cuadra de la ciudad y no tienen la expansión ambiental de un Hotel Tamanaco o de un Eurobuilding.

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El Hotel Waldorf renace en el TIEMPO
El NUEVO HOTEL WALDORF. La Candelaria
Los hoteles en esa zona (San Bernardino) corrieron otra suerte. El Hotel Ávila sobrevivió como un solitario en un parque, en cambio el Astor fue reciclado en un condominio, el Potomac fue demolido y el Waldorf pasó a ser un hotel comercial de La Candelaria, hasta que en el 2007 fuera adquirido por un consorcio que resolvió remodelarlo, ampliarlo anexándole dos edificios del mismo tiempo y diseño, y construir un hotel nuevo que juntaría esta suerte de tres edificaciones.

Al correr los años, las edificaciones antes mencionadas, Hotel Waldorf, Edificio Puente Anauco, Edificio Puente República y Casa de Italia, todas ubicadas en fila sobre la calle Las Industrias, pasarían al registro del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) como piezas fundamentales de la arquitectura de La Candelaria.

La obra fue paralizada en el 2009 por el Arq. Gregory Vertullo (en ese momento trabajaba en el IPC), ya que no contaba con el aval del IPC, y por lo tanto me recomendó para definir el proyecto de arquitectura en zona patrimonial y al Ing. Alfonso Olivares para restaurar los edificios patrimoniales.

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Hotel Waldorf. Situación al 22 de mayo de 2016. Foto: Arq. Nikolajs Sidorkovs

Esto dio pie a que al inicio de este proyecto, quise referirme a lo que el arquitecto Norman Foster había dispuesto cuando remodeló el Reichstag en Berlín en 1999 y cuando amplió el edificio Hearst en Nueva York en el 2006, y es que el nuevo edificio sale del original, sin tener que ver con él, y si fuera de vidrio, mejor aún. Aquí, en Caracas los funcionarios de turno del IPC se opusieron a que fuera un edificio de esta naturaleza, pero sí que fuera de una arquitectura totalmente neutra y acabada en color gris, o a los sumo, dos tonos de gris.

Lo interesante y novedoso del Hotel Waldorf, es la absoluta maestría demostrada por el ingeniero Alfonso Carlos Olivares reconstruyendo y restaurando los tres edificios patrimoniales, y el hecho que el ingeniero Alfred Pappe, mediante una técnica novedosa, logró excavar dos sótanos, mediante la utilización de pilotines que los transformaron en enormes columnas, metálicas. En realidad iban por un tercer sótano, pero el nivel freático no lo permitió.

En el caso de los dos edificios residenciales que fueron anexados, se apuntalaron las fachadas (por primera vez se utilizó este método, muy común en Europa cuando se pretende dejar la fachada original y construir un nuevo edificio con todos los adelantos dentro de la misma) y se procedió a demoler todo el interior, excavar hasta el “segundo sótano” y construir un edificio nuevo que será empatado con el original, subiendo, luego de un retiro obligado, a un nuevo edificio que agrega cinco pisos a los tres originales, produciendo un hotel de ocho pisos con una terraza piscina en su piso tope.

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Parte del proceso constructivo del Hotel Waldorf. Fotos: Ing. Alfonso C. Olivares G.

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Nikolajs Sidorkovs
Arquitecto (Universidad Central de Venezuela, 1971). Diseñador gráfico. Especializado en arquitectura interior, hotelería y museística. Profesor de Diseño Arquitectónico y de Historia de la Arquitectura Contemporánea en la Universidad Santa María. Autor del libro Los Cines de Caracas en el Tiempo de los Cines (Armitano Editores, Caracas, 1995) y del libro Bueno…y así fue! (Amazon, 2015). Sus obras han sido reconocidas en bienales de Arquitectura a nivel nacional e internacional.
sidorkovs@gmail.com

Las fotos no indicadas, son tomadas de google.com

Artículo publicado en la revista entre rayas No. 113, junio 2016, dedicada a Arquitectura de Hoteles I.

7 thoughts on “Los tiempos hoteleros de Caracas en la memoria de Nikolajs Sidorkovs

  1. Excelente resumen de los hoteles más importantes de Caracas, y bien sencillito como para que cualquiera lo entienda.

  2. ¡Excelente trabajo! Un legado para futuras generaciones. Para mi fue un verdadero placer haberlo conocido en el Hotel Del Lago, Maracaibo, hace ya un rato, en la década de los 80’s. Espero que Ud. se encuentre muy bien en el más extenso sentido de la palabra.

    Afectuosos saludos.
    Arq. Pablo Guédez

  3. Precio historia documental de la Caracas inmortal, dulces recuerdos de algo que nunca debió cambiarse, como se hace en Europa, sino mantenerse y conservarse.

  4. Magnifico recorrido por Principales Hoteles de nuestra Caracas.Quisiera pedirle información del Hotel Barcelonés frente a la Catedral.Este hotel era de mi abuelo Jose Roura inmigrante Catalán. Mi nombre es Elba Luisa Barrios Roura, he tratado por años de buscar una foto del Barcelonés y no la he podido encontrar. Sólo tengo una foto de la terraza donde nacieron mi mamá y 10 tíos. Por favor si uds tiene alguna información dejeme saberlo por esta via. Gracias por su ayuda. Elba Luisa Barrios Roura

  5. Hola, excelente artículo.

    Me gustaría saber si no tendrá informacion de un edificio que tengo entendido fue muy famoso en los años 40. Este se encontraba en la avenida O´Higgins Montalban I se llamaba Gran Hotel La Paz.

  6. Excelente resena historica de una Caracas immortal, su arquitectura, disenos y modernidad para la epoca, representa un valor inmemorable para la ciudad, que es receptiva y amable con personas de otras latitudes. Gracias Arq. Nikolaj Sidorkovs

  7. Que excelente reseña! Que tristeza ver el pais en ruinas que tenemos, sumido cada vez mas en la anarquia y la ruina… Tengo 35 años y por venir de una familia con pocos recursos economicos, uno no tenia acceso a estos lugares. Sin embargo, uno soñaba prepararse y forjarse un mejor futuro; y hoy luego de tanto esfuerzo y trabajo te das cuenta con tristeza que ya no queda nada que disfrutar! Todo esta acabado, destruido y reducido a polvo. Que le dejaremos a nuestros hijos?

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