En el actual contexto energético, tanto desde el punto de vista económico como ambiental, es fundamental comenzar a preguntarse por la forma en la que proyectamos y construimos nuestras viviendas. La AAPE -Asociación Argentina de Poliestireno Expandido- trabaja en diversas acciones de concientización y capacitación sobre la importancia de la aislación térmica en las viviendas, lo que repercute en la disminución sustancial de las tarifas de gas y electricidad.
Al momento de comprar un bien durable, como podría ser un auto, se hace un análisis económico concreto del costo inicial, de gastos de consumo de combustible y de mantenimiento, incluso del costo de reventa. ¿Qué pasa al momento de construir una vivienda? Generalmente se piensa en dos factores, por un lado en el diseño, y por el otro en el costo por metro cuadrado, parámetro que equivaldría a analizar “cuánto cuesta un kilo de auto”. Al momento de proyectar una casa, casi nadie se pregunta cuánta energía consumirá. Este pensamiento refleja lo que históricamente ha sucedido que es que no se tuvo en cuenta el costo de la energía para el funcionamiento de una vivienda, una omisión que hoy puede ser crítica dado el contexto energético. ¿Usted habría comprado el mismo vehículo si hubiera sabido el enorme aumento del combustible, de costos de estacionamiento, de peajes e impuestos? Del mismo modo, si hoy volviera a construir su casa ¿No tendría en cuenta los costos de las actuales tarifas de gas y electricidad y la fuerte tendencia a su crecimiento relativo por reducción de los subsidios?
Siguiendo con la comparación de los parámetros de decisión de compra entre una casa y un auto, en la vivienda la elección del arquitecto y constructora imprime un estilo que es como elegir la marca del auto. También la tecnología del hogar es comparable con la importancia que se le da a los accesorios o las prestaciones -motorización, levantavidrios, cierre centralizado de puertas, por ejemplo-, mientras que el costo de uso y mantenimiento de una casa (como volver a pintar o arreglar manchas de humedad), podría equipararse con el gasto del service periódico que se le debe realizar a un auto. Otra cuestión a tener en cuenta y que es fundamental, son las tarifas de gas y electricidad que se pueden poner en relación a la ponderación sobre el consumo de combustible. A esto se suman las regulaciones y controles sobre los consumos energéticos, cuestión que ya llegó a la Argentina y que en Europa está instalado hace ya décadas con políticas de premios y castigos a través de impuestos al derroche de energía y estímulos al consumo eficiente. En nuestro país, en lo que respecta a los edificios, desde 2007 se puso en marcha el Programa Nacional de Uso Racional y Eficiente de la Energía y el Etiquetado de Eficiencia Energética de Electrodomésticos. Además, en julio de 2010 se sancionó el decreto reglamentario 1030 de la Ley 13.059 de la Provincia de Buenos Aires para el acondicionamiento térmico en la construcción exigiendo el cumplimiento de normas IRAM que hasta entonces eran de adopción voluntaria. La tendencia avanza, ya que recientemente se llevó a cabo la quita de subsidios en algunas áreas de Capital y en urbanizaciones privadas de todo el país. Asimismo, se difundió que las empresas de servicios estarán obligadas a informar al ente fiscal sobre aquellos que consumen más de cierta cantidad de pesos en la tarifa, avanzando en el cruce de gastos con las penalidades del Estado.
¿Cómo decidir bien a la hora de proyectar y construir una casa? Para lograr afrontar los costos cada vez mayores de uso y mantenimiento, el diseño de la vivienda tiene que tener criterios de sustentabilidad, lo cual no significa hablar en forma pretenciosa del término sino simplemente analizar la orientación, asoleamiento y otros factores que no se ven, las instalaciones y sobre todo, la aislación térmica. ¿Para qué aislar? La respuesta radica en cuentas muy simples: El 58% del consumo energético medio de una vivienda proviene de la calefacción y la refrigeración, lo que convierte a la aislación térmica en la variable clave en la construcción. Un adecuado aislamiento térmico en envolventes, es decir en paredes y techos, permite ahorros del orden del 40% de las tarifas de gas y electricidad, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado. Y al momento de construir, la inversión en aislación térmica con EPS –poliestireno expandido- es sólo de entre 2 % y 3% mayor. Este costo adicional en el presupuesto se amortiza directamente por el menor gasto que se hace en la compra de equipos de climatización y aire acondicionado, muchas veces sobredimensionados (con la aislación correcta se requiere menor potencia en frigorías para refrigerar o kilocalorías para calefaccionar). Respecto de los problemas de mantenimiento, así como un auto con fallas en su mecánica consume más, del mismo modo, una casa mal aislada necesita más energía y además produce condensaciones de humedad que promueven el desarrollo de mohos y manchas de hongos. Estas condensaciones conspiran contra el confort interior y la calidad del ambiente y hasta pueden provocar o agravar enfermedades respiratorias.
Entendiendo esto, es importante tener conciencia no sólo de los aspectos económicos sino también de los ambientales, ya que aislar bien permite el uso racional y eficiente de los recursos cada vez más escasos y no renovables. Al respecto, cabe destacar que la ejecución y sobretodo el funcionamiento de los edificios de vivienda en nuestro país consumen el 24% del total de energía utilizada por todos los sectores (cifra que trepa al 32% si consideramos también los edificios comerciales y de servicios). Por otro lado, el funcionamiento de equipos de climatización genera gran cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera, que es uno de los principales responsables del efecto invernadero. Con respecto al diseño, el Arq. Pablo Azqueta, asesor técnico de la AAPE -Asociación Argentina de Poliestireno Expandido- comenta: “En realidad hasta que se redujeron los subsidios al consumo energético en algunos sectores, la postura ecológica en la construcción de edificios era tomada como un esnobismo o una moda pasajera. Hoy a la luz del agotamiento de los recursos y el cambio climático, me atrevo a decir que no es una buena arquitectura aquella que no contempla tales variables y que carezca, al menos, de mínimos criterios de sustentabilidad. Al mal diseño arquitectónico no lo resuelve la tecnología y un 40% de las llamadas “patologías edilicias” tienen su origen en decisiones de proyecto, mientras que el resto, es producto de errores de ejecución, fallas en los materiales de construcción y falta de mantenimiento-, por lo que pensar en una buena aislación térmica es evitar muchísimos perjuicios de antemano”. Según estudios de AAPE, un tercio de las pérdidas y ganancias de energía en una vivienda se producen por la envolvente opaca –techos, paredes y pisos- y es allí en donde, la influencia de una buena aislación térmica puede generar los mejores resultados.
Respecto de los materiales aislantes, Azqueta continúa: “El EPS (Poliestireno Expandido) no es sólo la mejor alternativa para ahorrar energía por su elevada capacidad aislante térmica sino que además, sus múltiples atributos lo hacen un material versátil e irremplazable en toda construcción. El EPS se puede cortar, pegar, mojar, clavar, revocar y es sumamente liviano para su transporte. Se lo usa como encofrado perdido, como fondo de juntas constructivas o de dilatación, para pisos flotantes que aíslan ruidos de impacto, en forjados de losas de viguetas, para aislar el suelo en contacto con el terreno natural, para la realización de todo tipo de molduras, para la ejecución de hormigones livianos de relleno o pendiente, etc. El EPS posee un amplio espectro térmico que lo hace sumamente efectivo tanto en verano como en invierno y además puede permanecer sumergido durante largos períodos sin prácticamente absorber agua ni modificar sus características térmicas ni mecánicas. Por último cabe destacar que es un material inerte que no contamina el aire, el terreno o el agua y es 100% reciclable. Todas estas características hacen del EPS una excelente solución tanto para construcciones nuevas como para la rehabilitación y el reciclado de viviendas existentes.
Azqueta concluye: “La energía más limpia es la que no se consume, y la más barata es aquella que no se pierde. Aislar bien una casa es hoy una inversión que retorna en ahorro energético de funcionamiento y los menores costos de equipos de climatización, por ende en dinero y calidad ambiental, haciendo del EPS la mejor alternativa para una arquitectura con criterios de sustentabilidad”.
Tips para aislar bien:
Para propietarios:
• A la hora de construir se debería pensar en la larga vida útil que es esperable para un edificio. Debería exigírsele al profesional responsable que pondere costos y beneficios de una buena aislación térmica, contra los menores costos iniciales en equipos de calefacción y aire acondicionado a la hora de construir, y los menores costos relativos en las facturas de gas y electricidad a lo largo de toda la vida útil del edificio.
• Recuerde: Aislar bien significa mayor calidad de vida porque aumenta el confort interior y el control de la condensación de humedad, lo que impide la formación de mohos y hongos que incrementarían el riesgo de contraer enfermedades respiratorias.
• Además aporta al cuidado del ambiente mitigando emisiones de CO2 y ayudando a preservar el planeta.
• Y retomando la analogía del auto: una vivienda mejor construida y que consuma menos, tendrá siempre un mayor valor de reventa.
Para arquitectos y profesionales de la construcción
• Un edifico, cuyo proyecto resulte energéticamente ineficiente o en el que simplemente no se hayan tenido en cuenta las condiciones del sitio en que se emplaza y su adecuado aislamiento térmico, no puede considerarse hoy un buen proyecto arquitectónico.
• Asesore en ello a su cliente aconsejándole sobre aislar bien, lo que no es un gasto adicional sino una inversión, para que en el futuro pueda solventar los crecientes gastos de funcionamiento.
• Recuerde que en la provincia de Buenos Aires está vigente la Ley 13059 para el acondicionamiento térmico en la construcción y su aplicación es obligatoria.
• Aislar bien es un aporte a la concientización sobre el cuidado del medio ambiente y la calidad de vida de nuestras futuras generaciones.
FUENTE:
www.aislarbien.com.ar
Información enviada por
María Lloyd
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Fotografías:
1. Primer premio del Concurso Nacional de Casas Sustentables por Barbara Berson
2. Segundo premio del Concurso Nacional de Casas Sustentables por Arq. Diego Arraigada, Pablo Gamba y Ma. José Tasada
3. Mención de Honor Estudiantes por José Ignacio Nieva Toppa y María Belén Borigen