10 de mayo Día Nacional del Artista Plástico
Armando Reverón (Caracas, Venezuela, 10 de mayo de 1889 / 18 de septiembre de 1954), captó la luz y su misterio indescifrable de manera magistral, este mes evocaremos de manera especial a este ícono de la plástica Premio Nacional de Pintura 1953, ya que, en su honor cada 10 de mayo se celebra el Día Nacional del Artista Plástico.
Son muchas las anécdotas en torno a este ícono de la plástica, sin duda alguna maestro de la luz por su manera particular de captarla, quien en vida decía: “Cuando pinto no puedo despegar los colores de la luz” y “La pintura es la verdad; pero la luz ciega, vuelve loco, atormenta, porque uno no puede ver la luz”.
Para develar el mágico universo de Reverón, referimos algunos testimonios recogidos en el libro del polifacético maestro Juan Calzadilla, titulado Reverón, Voces y Demonios, donde Calzadilla aparte de ofrecer una completa cronología, compila relatos de notables y afectas personas al entorno de Reverón, es el caso de Padrón, Rafael Monasterios; Margot Benacerraf; Emilio Santana; Mateo Manaure; Vicente Gerbasi; Pedro Ángel González; Juanita; Alejo Carpentier y Nicolás Ferdinandov, entre otros.
Por ejemplo, la anécdota de Julián Padrón, indicaba que Reverón, antes de pintar, se quedaba un buen tiempo comunicándose con su ser interno, en una suerte de ceremonia. Así lo podemos evidenciar cuando explica : «Reverón se ataviaba con su guayuco de cañamazo…, se queda descalzo… saca dos palitos, forrados en cañamazo y se los atornilla en los conductos auditivos para poder concentrarse en su mundo interior. Se acuesta boca arriba, con las piernas encogidas y las manos por debajo de la cabeza…Después se levanta, desenvuelve los pinceles y los tubos de pintura…”.
La vida de Reverón estuvo plena de magia: El Castillete, su templo particular; su compañera de vida Juanita Ríos; sus animalitos como el inseparable mono Pancho; técnicas y colores…
Hurgando en las anécdotas, tenemos que Reverón conoció al amor de su vida: Juanita en los carnavales de 1919, ella estaba disfrazada de dominó y él como una especie de murciélago que al abrir las alas era una suerte de esqueleto, como la muerte, así lo narraba la misma Juanita: “y él se reía y andaba brincando en su carreta”.
Reverón el más auténtico
A juicio de Calzadilla, con quien conversamos “Reverón fue el más auténtico y original de los pintores que militaron en la famosa agrupación conocida como el Círculo de Bellas Artes (1912-1920)», agrega “encarnó en su tiempo al artista rebelde en obra y acción. De acuerdo con esto, su pintura tiende desde sus inicios a romper todo vínculo con la tradición del paisaje vernáculo, tal como llegó a practicarlo el resto de su generación y la generación siguiente. Ruptura que corrió pareja con una profunda voluntad de aislamiento, sin la que no se explica la intensidad y variedad de su obra, a través de sus principales etapas”.
Opina, “estamos ante un artista en quien la vida resultó tan significativa como la obra que ella ilumina. Sin embargo, por estilo pictórico, Reverón es un pintor figurativo dentro de la tradición impresionista. No se propuso innovar sino ser auténtico a carta cabal, incluso arriesgando en ello su salud y la vida.”
Armando Reverón
Biografía escrita por Calzadilla:
Fue alumno aprovechado de la Academia de Caracas, donde estudió con Herrera Toro entre 1908 y 1911. Egresado de ésta, marchó a España para estudiar en las escuelas de Barcelona y Madrid, allí fue atraído por la obra de Goya, Velázquez y El Greco. Influencia cultista que no es mayor que la que recibe de la cultura popular española y posteriormente de la que transmite su convivencia, en el litoral central, con las comunidad de pescadores y campesinos de que se rodea a lo largo de los 35 años que vivió en Macuto, su residencia definitiva y última (falleció en 1954).
En 1921 tomó una extraña determinación: aislarse, construir un mundo aparte, lejos de la civilización, suerte de castillo en el cual, como el personaje Brand en el drama de Ibsen, pudiera bastarse a sí mismo. Quería echar las bases, como él mismo dijera, de “una pintura auténticamente nacional”. Reverón levantó lo que se conoció como el Castillete, híbrido de choza indígena y fortín español utilizando piedra, cal, sizal y madera de cocoteras, para hacerse de muros rústicos y de un ambiente de palmas y recios espacios interiores.
Reverón conquistó el reino de la libertad. ¿Para qué? Para dedicarle todo su esfuerzo a su país. Y no sólo para pintar. No. Arte es la totalidad de la acción que se enmarca entre la vida, la realidad y la imaginación. Actor, chamán, encantador de muñecas de trapo, ecologista y creador de un universo de objetos insólitos, histrión de aguda invectiva que gustaba de bromas para molestar a sus visitantes. Pero ante todo un gran pintor, según entendidos e investigadores que le han consagrado la fortuna crítica más grande de que goza artista plástico alguno de Venezuela. El más original, sino el más completo entre los creadores del arte moderno de Venezuela. Reverón es el símbolo de nuestra creatividad, tal como lo demuestra el hecho de que la fecha de su nacimiento (un 10 de mayo) haya sido consagrada para celebrar el día del artista plástico nacional. (FIN/ FMN/ MAC/ Teresa Quilez)
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