A propósito del premio Pritzker a Alejandro Aravena aprovecho y coloco estas fotos que pude tomar el año pasado del Centro de Innovación de la UC en Santiago.
Es bueno también recordar que el premio, a pesar de parecer hacerse más sensible a lo social, se le da a Aravena y no a a Elemental (su práctica colectiva con la que «firma» sus proyectos más sociales). Recuerden que el Pritzker se da sólo a individuos, sí no pregúntenle a Denisse Scott-Brown.
Se pueden añadir otros comentarios. Mientras la prensa chilena y un grupo nutrido de arquitectos están encantados con el premio, también hay voces que parecen no estar convencidas: ¿Tan joven, apenas 48? ¿Cómo se va a ganar el Pritzker sin ganarse el Premio Nacional? ¿Con tan poca obra? ¿Con esa obra tan poco impecable? ¿No hay muchos otros arquitectos chilenos con una obra mucho más relevante? ¿Es que no se dan cuenta que su «vivienda social» triplica o más el presupuesto de la verdadera vivienda social? ¿La casa donde vive es una cosa de metal toda rara al fondo del predio con unas ventanotas que ven groseramente hacia afuera?, etc.
Aunque el Pritzker siempre me ha parecido un premio un poco polvoriento, creo que en los últimos años han estado buscando hacer resaltar arquitecturas más comprometidas con las urgencias de la ciudad y el hábitat contemporáneo, o menos dadas a figurar entre las «estrellas». Es el caso de Shigeru Ban hace un par de años o de Murcutt un poco antes.
En el caso de Aravena-Elemental creo que lo recibe porque se ubica en un cruce de coordenadas perfecto para ellos. Una obra lo suficientemente comprometida para ser considerada sensible a lo social, muy bien comunicada, innovadora, formal y espacialmente de interés para poder figurar sin complejos en los «medios». Eso no la hace ni la más sensile, ni la más innovadora ni la más interesante y mediática, y justamente por eso creo que gana. Arquitectos muy comprometidos con las necesidades urgentes como Jorge Mario Jauregui o Rahul Mehrotra son definitivamente menos competitivos en el «star system».
Sin embargo apoyo que esa condición intermedia creo que es un valor que debería ser más presente en la arquitectura actual. La obra de Aravena-Elemental que he visto no busca la perfección a toda prueba, plantea preguntas, posee humor, innova con lo más bastardo que tiene a mano, y siempre trata de sumar para la mayor cantidad y diversidad de personas posibles. Por eso mismo es una obra con posibilidad de expandirse, poco proclive a refugiarse en la excentricidad extrema o de diseminarse en la repetición banal.
Arq. José Ignacio Vielma Cabrujas
Tomado del facebook, con autorización del autor