La Revista Entre Rayas me ha puesto en un buen y gran compromiso al pedirme que comparta con ustedes la ocasión tan especialmente emotiva de recordar el primer año de partida de papá, el arquitecto Tomás José Sanabria.
No creo que esta sea la ocasión de ponerme a redactar quien era Sanabria, hacer un listado de sus obras, recordar sus incansables críticas o tratar de explicar en pocas líneas que cosa motivaba a este hombre a no parar de trabajar, investigar y luchar por todo aquello que creía … hoy por el contrario, vamos abrir un nuevo campo, a volar con una visión de futuro, a crear un espacio de sueños y estímulos que será, a su vez, la mejor manera de recordar y homenajear su personalidad.
Sanabria nació en marzo de 1922 y murió el 19 de diciembre del 2008. Hasta el último instante su preocupación fue el futuro, su deseo era motivar a los jóvenes, su anhelo descubrir a los Caraqueños asumiendo con pasión la responsabilidad de cuidar este hermoso valle que conforma la ciudad de Caracas … papá era un apasionado admirador de lo que esta ciudad nos brinda … su clima, sus drenajes naturales, el generoso circular de vientos alisios que nos salvan a diario de la inminente contaminación ambiental! Repetía una y otra vez que Caracas tiene las condiciones de una ciudad envidiable para cualquier país del mundo!!
Aquellos quienes tuvieron la ocasión de conocer a Sanabria, de compartir un rato en tertulia, de ser su alumno, colega o simplemente entender junto a él alguna de sus obras, podrá sonreír al recordar la experiencia que ello significó. Escuchar a papá marcaba un antes y un después!
Por su forma de ser, Sanabria no era precisamente la persona que más nos inspiraba intimidad … antes de acercarte podía parecer distante ya que su actitud era severa, vestía con una peculiar austeridad y la seriedad de su rostro nos hablaba de formalismo, pero una vez que comenzaba la intercomunicación le era tan fácil desnudar su alma humanitaria, gozaba de escuchar y aprender de todos, se entusiasmaba como un niño al compartir vivencias y asumir todo aquello que alimentara su insaciable curiosidad! La confianza iba creciendo por instantes y las horas pasaban sin anunciar el tiempo! … Me enternece aún recordar la cara de emoción (y no escondida sorpresa) de los numerosos alumnos de cualquier universidad y variadas disciplinas que visitaban nuestra oficina … entraban tímidos, como retraídos y al concluir la tertulia, eran entusiastas promesas que aseguraban se les habían abierto campos y conceptos nuevos … identificaban el rato como una clase magistral, una flecha directa a su mente y sin duda al corazón!
Unos tres años antes de morir papá le propuse hiciéramos una recopilación, clasificación y exposición de toda su obra … al principio no aceptaba ni entendía mi propuesta … su característica humildad era contradictoria a una promoción de sus logros hasta que supe exponerle el concepto, hallando la forma de presentar sus vivencias como estímulo, oferta y compromiso para el futuro de estudiantes, colegas y personas en general … esto le pareció una idea genial comenzando a trabajar con entusiasmo en el variado material.
Madre Santa!… cual no fue mi sorpresa que de cada tramo, en el más mínimo mueble, detrás de puertas o gavetas aparecían gráficos, fotos, dibujos, propuestas, denuncias, ideas, sueños, tesis, artículos … no tenía idea yo, a pesar de ser socia, amiga, cómplice e hija, lo creativo que podía ser papá!!
Este material está siendo organizado con mucho cuidado y metodología. Ya llevamos una buena parte y la idea es darlo a conocer ante todos aquellos que padezcan de la misma curiosidad y respeto hacia el ser humano y el ambiente que invadía a papá.
La Fundación Alberto J Vollmer ha tenido la generosa idea de crear y mantener un espacio donde se protege y custodia, bajo estrictas condiciones de humedad y temperatura, los planos, memorias, fotografías, dibujos, películas, garantizando así la conservación de la Colección. Este espacio fue diseñado por el propio Sanabria quien tuvo la suerte de proyectarlo combinando las exigencias técnicas de expertos con las características de tan histórico lugar. A partir de esta oportunidad y conscientes que no es un sitio adecuado para acceso público, aumentamos el interés de crear la página web de Sanabria con un concepto académico y de investigación que facilite el acceso al material de la Colección Sanabria a todo aquel que desee compartirlo.
Este 19 de diciembre de 2009 concretaremos ese sueño hacia el futuro! … con esfuerzo de muchos y tiempo de pocos, estaremos activando ese mismo día el dominio tomasjosesanabria.com con las primeras informaciones de la recopilación … Hay mucho trabajo aún por hacer pero asumimos el compromiso de ir alimentando el espacio cada vez más con el material que nos dejó esa capacidad casi inagotable de papá …. hasta que la página o mi cabeza exploten!!
Para cerrar estas líneas debo informar con orgullo (y un gran susto), que la revista Entre Rayas ha decidido crear en cada una de sus ediciones un espacio dedicado a promulgar la obra y filosofía del Arq. Tomás José Sanabria. Tengo entendido que para la entrega de Enero-Febrero 2010 se comienza con parte de los Sketches de Sanabria realizados a través de sus viajes por Venezuela, no se lo pierdan!.
No puedo más que agradecer a la revista Entre Rayas, a la Fundación Alberto J. Vollmer, a los colegas, estudiantes y amigos de papá, todo el interés y apoyo que nos han brindado y que sin duda necesitamos en esta maravillosa aventura!
Leyenda fotos
1. TJS con Enrique Pardo M terminando a sede del BCV 1964
2. Sketch de Venecia, Italia 1961.
3. Sketch en Kavanayen, Venezuela 1983
4. Aérea del Hotel Humboldt.
5. Grafico con la propuesta del Sede y la Torre del BCV con su relación urbana sede
6. Tesis Segundo piso de la Autopista del Este en Bello Monte
7. Análisis del Clima de Caracas en vuelo realizado en marzo 1974
8. Foto aérea sobre Barlovento en diciembre 1979, donde a través de películas tomadas estudia la manta de nubes a diversas alturas.
Las fotografías de obras son propiedad de Sanabria Arquitectos.
Publicado en la revista entre rayas No. 80, meses noviembre-diciembre 2009