Iluminar un espacio público no se trata solo de poner luminarias o lámparas que sean funcionales, sino de crear un lugar que genere diversión, emoción y logre convertirse en un punto de encuentro al que siempre queramos ir. Iluminar un espacio público amerita crear una EXPERIENCIA.
La luz es el único elemento que tiene la capacidad de aportar al espacio todos los matices que lo van a definir visualmente. En su aplicación conviven componentes perceptivos, plásticos y técnicos. La medida en el uso de estos componentes es lo que convierte a la luz en un elemento imprescindible con una gran capacidad transformadora, comunicativa y sensitiva para las personas que permanecen en el lugar.
Explorar y analizar el espacio desde la luz natural es imprescindible para hacer un inventario de los posibles estados del color, el uso y el comportamiento de los usuarios. El espacio nocturno sometido a la luz asistida debe saber potenciar las características analizadas y aportar nuevas experiencias en la interacción del usuario, generando nuevos y atractivos espacios cuyos focos de atención, circulación, permanencia y visuales puedan ser innovadoras, alternativas y sobre todo divertidas.
El papel de la luz en un proyecto espacial se desarrolla principalmente a través de tres aspectos:
1. Realizar un concepto de iluminación: (la identidad del proyecto)
Un concepto se refiere a la intencionalidad, a la sensación, al como deben ser percibidas las formas con un criterio decidido desde la creatividad. Este proceso siempre debe partir desde un acto de la imaginación en donde no existe emisor alguno, no se diseña con luminarias o lámparas, se diseña con LUZ. El concepto debe ser la matriz que nos permita desarrollar el trabajo de lighting.
2. Aplicar funciones a la luz: (para dar respuesta a los aspectos visuales del espacio)
Toda referencia a la identidad del proyecto debe ser tamizada por un arduo trabajo de identificación de los distintos equipos que satisfagan las exigencias impuestas por el concepto. La libertad del trabajo conceptual depende de la suficiencia técnica. A mayor conocimiento de las virtudes de los equipos emisores de luz, mejores y mayores respuestas a los aspectos visuales y de identidad se podrán obtener. Conceptualización y función se alimentan mutuamente.
3. Buscar la eficiencia en el proyecto: (equilibrio entre costos, consumo y requisitos)
La tecnología y las nuevas generaciones de emisores de luz nos permiten acercarnos cada vez más a soluciones realmente eficientes. Este punto se refiere a las capacidades óptimas de todos los procesos que implica un trabajo de lighting: diseño, productos, cálculos, instalaciones, puesta en marcha y mantenimiento. Hay que ser conscientes de que la eficiencia requiere del trabajo de consultoría de profesionales en la materia para lograr resultados realmente óptimos.
La arquitectura en su concepción más pura, sin entrar en discusiones formales o funcionales, se trata de una solución constructiva bajo el sol y bajo el cielo nocturno. El espacio urbano es principalmente un acto de reconocimiento de la arquitectura circundante. Iluminar ese espacio público se logra identificando los valores de borde, perspectivas, circulación y muy especialmente focos cercanos y focos lejanos de actividad lumínica y velocidad de circulación. El diseño de iluminación urbano debe existir para enaltecer el entorno, con innovación creativa, técnica y la responsabilidad de brindar seguridad a todas las personas que se relacionan en el lugar.
Arq. Alfredo Di Mauro
Consultor de Iluminación
CEO Ted Macled
www.tedmacled.com
(0412) 248.8346
tedmacled@gmail.com