Augusto Tobito Acevedo nace el 8 de julio de 1921, de padres con nacionalidad colombiana, en la ciudad de Rubio del Estado Táchira. Estudia la secundaria entre 1933 y 1938 en el Colegio Sagrado Corazón, de la ciudad de Cúcuta, de donde parte a la Facultad bogotana de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, para obtener su diploma el 12 de febrero de 1947. Tres días después es contratado por la misma Facultad para impartir Composición Arquitectónica, actividad que cumplió hasta el 28 de febrero de 1948, cuando es nombrado Profesor Jefe de los Talleres II y IV de Composición Arquitectónica y Construcción, hasta 1951. Con ese cargo atiende entre 1949 y 1950 los cursos del Taller II y de Construcción, entre 1950 y 1951 los del Taller IV, Urbanismo y Construcción, y entre 1951 y 1953 pasa a la Universidad de los Andes de Bogotá para encargarse de los cursos de Composición Arquitectónica.
Estos inicios de la profesión son materializados en medio de las convulsiones políticas que estallaron a los pocos meses de su graduación, cuando las masas enardecidas de bogotanos toman la ciudad desesperados e indignados por el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948. Aquella insurrección tuvo como consecuencia una memorable matanza de más de 600 muertos y 450 heridos y la destrucción de numerosos edificios históricos del centro bogotano, así como el incendio del 40% de los edificios de la capital colombiana, que entonces contaba con 600.000 habitantes. Tobito es nombrado bajo esas circunstancias Miembro del Comité de Trabajo de la Sociedad Colombiana de Arquitectos que el Gobierno encargó de la planificación de la reconstrucción de la ciudad.
Esta distinción refrenda el rol que ya venía teniendo, aún desde antes de graduarse, como arquitecto en la Dirección de Edificios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas, en donde, entre otros proyectos y en equipo con los arquitectos Jorge Gaitán, Álvaro Ortega, Gabriel Zolano y Alberto Iriarte, participa en 1947 en el desarrollo de 21 manzanas al Sur de la plaza Bolívar. Estas manzanas se agruparían en una macromanzana a la manera corbusierana, para alojar a más de 10.000 habitantes, en lo que sería llamado “La Ciudad del Empleado”, cuyo proyecto se publica en la revista PROA en mayo de 1947. Este proyecto es analizado por Le Corbusier en su primera visita ese año a la ciudad. Entre el 16 y el 24 de junio de 1947 Augusto Tobito es parte de la comitiva de la Sociedad Colombiana de Arquitectos y del gobierno nacional, encabezada por el Arq. Carlos Celis Cepero, quien es uno de los que guía a Le Corbusier en Bogotá durante aquella primera visita para comenzar su planificación moderna. El ya famoso arquitecto europeo había sido invitado a venir a la capital neogranadina, por el Embajador colombiano en las Naciones Unidas, Eduardo Zuleta Ángel, quien por entonces era miembro de la comisión de evaluación del proyecto para el edificio sede de las Naciones Unidas. Los análisis de la Sociedad de Arquitectos junto a las instituciones del Estado, señalaban la excepcional oportunidad que se presentaba a Bogotá luego de su destrucción parcial, para impulsar una reconstrucción adaptada a los tiempos modernos. De allí surgió la idea de invitar a una autoridad urbanística internacional, que se concretó en la figura de Le Corbusier.
Luego de los sucesos de abril de 1948, el 8 de septiembre la Alcaldía de Bogotá decreta la Oficina de Plan Regulador, para cuya Sección de Planificación es nombrado A. Tobito como Arquitecto de la Dirección de Reglamentación y Recursos. Tobito ha narrado este proceso de la siguiente manera: “Yo trabajaba en el Ministerio de Obras Públicas cuando una revolución dejó destruida gran parte de la ciudad, sobre todo la parte central. Hubo que hacer una serie de estudios relacionados con los servicios (…). Cuando posteriormente se firmó el contrato (con Le Corbusier) en el 48, se me pidió información necesaria sobre el Palacio Presidencial y los edificios ministeriales. Así entré en contacto con Le Corbusier”. Igualmente, en 1949 y desde la misma oficina ministerial de Edificios Nacionales, es designado como colaborador oficial del Arquitecto Marcel Breuer para el Proyecto Experimental de Vivienda Económica que el gobierno colombiano intentó contratar infructuosamente a ese importante protagonista de la arquitectura moderna.
Las responsabilidades asignadas para la planificación urbana de Bogotá lo llevan entre 1949 y 1950 a ser Arquitecto Jefe de Zona de la mencionada Dirección de Edificios Nacionales del MOP, la cual lo nombra su representante ante la Sección de Zoneamiento (sic) de la Oficina del Plan Regulador de Bogotá, hasta que en 1952 es designado Arquitecto Jefe de dicha Sección. Con este cargo representa entre 1952 y 1953 a la ciudad de Bogotá como Arquitecto Colaborador para la formulación definitiva de dicho Plan Regulador, en la oficina neoyorkina Town Planning Associates, de José Luis Sert y Paul L. Wiener, principales propulsores de la urbanística del CIAM. Desde la primera visita de Le Corbusier a Bogotá en 1947 éste determinó que Sert y Compañía serían los responsables de la formulación y elaboración del Plano Regulador y así estaba señalado como condición en el contrato de 1948 con el arquitecto franco-suizo para la elaboración del preliminar Plan Piloto. En aquella oficina de Nueva York, y durante las visitas que sus directores hacen periódicamente en esos años a Bogotá y otras ciudades de Colombia (Tumaco, Cali, Medellín) para formular los planes urbanísticos, Tobito participa activamente junto con ellos en la definición del Plan Regulador definitivo de la capital colombiana.
El Plan para Bogotá se formula básicamente en dos etapas: la del Plan Piloto o Director y la del propio Plan Regulador. Del primero se encarga Le Corbusier directamente, estableciendo los límites urbanos, tipología residencial, la vialidad, los usos del suelo, las características del Centro Cívico y los elementos para guiar la realización del Plan Regulador en la etapa sucesiva. Este último es coordinado por la oficina de Sert y Wiener, con la asesoría de Le Corbusier y estudia rigurosamente los usos del suelo en los sectores delimitados, los perfiles, las normas locales, la densidad, vialidad vehicular y peatonal, la infraestructura, las zonas verdes internas, así como los servicios públicos de todo tipo y los mecanismos de gestión urbana previsibles para una ciudad moderna planificada.
La estrecha colaboración con Sert será con seguridad un factor que favorecerá el sueño propio que crecía en Tobito y en otros jóvenes arquitectos de la ciudad, para trasladarse al Taller parisino de Le Corbusier. En efecto, hacia febrero de 1953 ya ha cerrado sus compromisos en Colombia, entre ellos su último empleo allí como profesor en los Talleres de Composición Arquitectónica de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Los Andes, para partir a París a intentar formar parte del Taller del arquitecto franco-suizo. Una elogiosa carta de recomendación fechada el 21 de febrero, del entonces Rector de la Universidad de Los Andes, el mismo Eduardo Zuleta Ángel que había invitado en 1947 a Le Corbusier a Bogotá, le da fuerzas para presentarse ante el famoso arquitecto para ofrecer su breve experiencia urbanística y arquitectónica.
Tobito desciende del avión en marzo y aún sin saber en dónde alojarse, se presenta con su equipaje al estudio de Le Corbusier, quien al topárselo en su oficina le impreca: “¿Qué es lo que usted se trae?”. El joven arquitecto enmudeció, lo que dio paso al interrogatorio del Maestro: “¿Qué tal París? ¿Ya vio la Torre Eiffel, ya vio Notre Dame? ¿Qué piensa de la Torre Eiffel? Tobito respondió a la tercera pregunta diciendo que el autobús no había pasado por Notre Dame, y a la cuarta, sobre la torre: “Bueno, preciosa, pero yo he pasado por Nueva York y por ello me parece chiquita”. Tobito ha narrado estos hechos muchos años después, y dejó constancia de cómo comenzó sus labores luego de aquella inquisición: “Corbusier se quedó mirándome y volvió a preguntarme: ‘¿Qué viene usted a hacer aquí?’ ‘Vengo a trabajar’ ‘Yo estoy muy ocupado, así que vaya al taller y vea lo que están haciendo’ Así se inició mi trabajo con Le Corbusier”.
En el célebre Atelier de la calle Sevres, entre 1953 y 1959, Tobito forma parte del equipo de proyectistas que diseñan las obras contratadas a Le Corbusier y según las indicaciones de éste. Ellos se ocupan de desarrollar sus proyectos y construirlos, bajo una condición de co-autoría que no ha sido claramente delimitada ni confirmada en todo su alcance por los custodios y herederos de la obra corbusieriana. Tobito es encargado en ese período como Arquitecto Jefe del famoso Taller de la calle Sevres, junto al Arquitecto-Ingeniero Iannis Xenakis y al arquitecto André Maissonier. Estos tres Jefes del atelier contribuyen con una alta eficiencia (reconocida por los estudiosos del funcionamiento del Taller) a la materialización de los proyectos lecorbusieranos de aquel período. Augusto Tobito colabora en los proyectos para el Palacio del Gobernador y el Parlamento de Chandigarh, así como en el planeamiento del Centro de esa ciudad, comisionada a Le Corbusier por el Primer Ministro Nehrú de la India Independiente.
Tobito se encarga en aquellos años del desarrollo del proyecto de la Unidad de Habitación que Le Corbusier presenta al Concurso Internacional para la Reconstrucción del Centro de Berlín, y del que se realiza en Francia en Briey-en-Forét. En este último país participa en el proyecto de la Casa de la Juventud en Firminy y en el diseño urbanístico y arquitectónico para dos Conjuntos Residenciales en Meaux, para 10.000 y 30.000 habitantes, respectivamente. En la práctica, estos querían ser una materialización de la Ville Radieuse. Durante el último año de su permanencia en el Taller Le Corbusier, entre 1957 y 1958, Tobito tiene bajo su responsabilidad, junto a Maisonnier y Xenakis (también músico, creador de la llamada “música estocástica”), el descomunal contrato para el Centro Deportivo de la ciudad de Bagdad, comisionado a Le Corbusier en 1955, y que nunca fue construido, no obstante el voluminoso trabajo realizado para el dibujo del proyecto (más de 200 planos).
Al año siguiente de ocuparse de estas tareas, en septiembre de 1959, Le Corbusier reorganiza el Taller y sustituye a sus tres colaboradores, finalizando una importante etapa del histórico Taller, al que se incorporarán otros proyectistas, como José Oubrerie y el chileno Julián De La Fuente. Coincidencialmente, ya Tobito había recibido la invitación del Rector Francisco De Venanzi, convencido para ello por el propio Carlos Raúl Villanueva, para trasferirse a la Universidad Central de Venezuela. Villanueva había sido informado de la existencia de Tobito por el Arq. Carlos Celis Cepero, su colaborador en el Banco Obrero, quien le sugiere invitar al joven arquitecto a Venezuela para dedicarse a los planes de urbanismo y de vivienda del Banco Obrero, así como para ocuparse de la enseñanza del diseño arquitectónico en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Era el momento de la reestructuración política de Venezuela luego de derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y el país había adquirido fama internacional por sus realizaciones arquitectónicas, entre ellas la Ciudad Universitaria. Augusto Tobito, quien ya había cumplido 38 años de edad, ingresa en octubre de 1959 como Profesor de Taller de Composición Arquitectónica en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, iniciando así una nueva etapa en su actividad docente, la cual complementará con su participación en varias oficinas de arquitectura. Entre 1961 y 1962, es Profesor del Taller Vertical de Composición para Tercer Año. En 1963 funda el “Taller Tobito”, que mantiene su actividad hasta 1968 y desde donde desarrolla una tendencia propia en la enseñanza de la arquitectura moderna en nuestra Facultad, al lado de otros Talleres, como el recordado Taller Villanueva, o el Taller Galia. Allí transmite su rica experiencia en la urbanística del CIAM y en la arquitectura moderna influenciada por Le Corbusier.
En 1964 es nombrado Jefe del Departamento de Composición, cargo que desempeña hasta 1968. Este último año, redacta el histórico documento conocido con el nombre de “Inventario del Departamento de Composición Arquitectónica y Proposición de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura”, el cual es fundamental para la transformación de la enseñanza de la arquitectura en Venezuela y sirvió de base para la auto-evaluación que la Facultad realizó en Asamblea permanente durante 1969 y para la renovación que ya comenzaba a activarse en todas las carreras de la Universidad Central de Venezuela, bajo la efervescencia del célebre mayo francés y de similares movimientos de renovación universitaria contemporáneos en toda Latinoamérica.
Como complemento para una explicación del camino docente de Augusto Tobito, debe sumarse a su experiencia en el trabajo de equipo en Bogotá y el de la Rue de Sévres, y a su precoz iniciación como enseñante de Composición en la Universidad Nacional y en la Universidad de Los Andes bogotanas, el hecho de que, una vez comenzada su experiencia caraqueña, participó en 1965 en el Primer Congreso Latinoamericano de Educación Arquitectónica en la Universidad de Los Andes de Mérida. Ese mismo año fue enviado por la Facultad de Arquitectura de la UCV a París como delegado ante el Congreso de la Unión Internacional de Arquitectura Moderna. Durante el resto de la década de 1960, Tobito madura las ideas sobre la educación arquitectónica, en estrecha relación con la práctica de la disciplina en la sociedad venezolana de entonces, marcada por las convulsiones políticas y la situación social que en esos mismos años marca la realidad venezolana. Ello fundamentará en su esencia el Informe que Tobito elabora en 1968 sobre la enseñanza de la arquitectura desde los Talleres de Composición, el cual será el combustible del proceso renovador de esa enseñanza en la Facultad de Arquitectura de la UCV, como veremos más adelante.
Durante esa misma década de los sesenta, el arquitecto Tobito ejerce la profesión mediante proyectos y construcciones en todo el país. Entre 1960 y 1961 forma parte de la Oficina de Arquitectura de Ernesto Fuenmayor Nava y Carlos Sayago para los proyectos del modernísimo y transparente Hospital Periférico de Catia en Caracas, la Escuela de Enfermeras de Valencia y el excepcional Hospital Universitario de Mérida, edificio emblemático para el paisaje y la modernidad arquitectónica de esa ciudad. Desde 1961 el Arquitecto Tobito dirige en persona la construcción de este último Hospital, desde la Oficina Técnica Fortoul y Fernández. Un año después participa con el Arq. Ramón González Almeida en el Concurso Internacional para el Edificio Peugeot en Buenos Aires. Entre 1964 y 1965 forma parte de uno de los equipos concursantes para el proyecto del Hotel Guayana, en aquella Ciudad Guayana que estaba en construcción según los planes urbanísticos contratados a José Luis Sert. En 1966 forma parte de otro equipo de arquitectos, reunidos para participar en el concurso del Palacio Municipal de Barquisimeto.
Los sucesos de la renovación Universitaria en 1969 y del posterior allanamiento de la Ciudad Universitaria por parte del ejército venezolano, afectan al Profesor Tobito, injustamente expulsado de esta Facultad por acusaciones infundadas de violentar los reglamentos internos del cuerpo docente, por lo que un paréntesis en esta actividad vital lo concentra en sus aportes al ejercicio profesional. Es de ese período su asociación con los también expulsados profesores Juan Pedro Posani y José Miguel Menéndez y con el arquitecto Mario Bemergui, con quienes forma la oficina de arquitectura BMPT. Desde ella, Tobito desarrolla durante ocho años una intensa actividad proyectual, diseñando en equipo numerosas obras arquitectónicas, conjuntos residenciales y turísticos, sistemas constructivos, urbanizaciones y proyectos para concursos nacionales.
En estos últimos, obtiene Mención Honorífica con el proyecto presentado para el que luego será llamado Complejo Cultural Teresa Carreño y el segundo premio en el concurso para el Edificio sede de CADAFE, además de otros reconocimientos a su arquitectura. También construye en esos años numerosas viviendas particulares en Caracas y otras ciudades venezolanas y diseña un Conjunto Turístico en Willemstad, Curaçao, con hotel, casino, centro comercial y edificios de oficinas, así como el Complejo Socio-Educativo “Hebraica”, para la comunidad hebrea de Caracas, en equipo con los Arquitectos Bemergui, Mariano Goldberg e Isaac Abadí.
En 1970 la Universidad Central reabre sus puertas luego del allanamiento militar y un grupo de profesores solicita a las nuevas autoridades la reincorporación del profesor Tobito y la anulación de su expulsión, lo cual es aprobado. Augusto Tobito renueva entonces su actividad pedagógica como Profesor de Diseño Arquitectónico de la Unidad Docente 26, que aglutina a profesores y estudiantes de los anteriores Talleres, como el Villanueva, el Galia y el propio Taller Tobito, entre otros. Las Unidades Docentes eran la materialización de los postulados de la Renovación en la estructura de la FAU, a través de la integración curricular entre los contenidos teóricos y la práctica proyectual, por tanto en buena parte significaban la aplicación de aquel informe del Departamento de Composición redactado en 1968 por el Prof. Tobito.
En junio de 1971 el Consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo acuerda la creación del Departamento de Acondicionamiento Ambiental, según proyecto presentado por el Prof. Tobito junto con los profesores Ramón González Almeida y José Balbino León. Era la primera vez que una Facultad de Arquitectura de América Latina incorporaba en sus planes de estudio los temas de la ecología y el ambiente. Desde ese Departamento, el profesor Tobito inaugura así las cátedras de Ecología Humana y Ecología Urbana, de las cuales se ocupa hasta su jubilación en 1974.
Este giro en su orientación académica determina, al mismo tiempo, un campo de actuación novedoso en el país y en el subcontinente americano, como son los estudios ambientales y territoriales para los arquitectos e ingenieros. Esta iniciativa y sus estudios consecuentes en la Escuela de Arquitectura y en el postgrado y la investigación de la Facultad, son en gran medida debidos a los aportes del profesor Augusto Tobito. El mismo año 1974, él forma parte de la Comisión para la organización del Centro de Estudios Integrales del Ambiente-CENAMB de la Universidad Central de Venezuela, del cual será directivo desde 1979 y coordinará entre 1981 y 1985. En 1975, redacta el Programa para la asignatura Diseño Ambiental y participa en la Comisión para la creación del nunca fundado Instituto de Estudios Ambientales de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. En 1985 Augusto Tobito Acevedo es Miembro de la Comisión para el estudio y creación del Centro de Estudios y Programas Interdisciplinarios e Interinstitucionales-CEPI, de la UCV, punto de culminación de una larga reflexión sobre el papel del arquitecto en nuestra realidad y sobre el rol del individuo en la sociedad, entendido como un engranaje de equipos creativos.
Durante 1976, mientras avanza en la concreción de sus ideas pedagógicas para la reestructuración permanente de la enseñanza de la arquitectura, forma parte del Consejo de la Facultad. Desde 1980 alterna sus actividades académicas con asesorías a la Corporación para el Desarrollo del Turismo-CODETUR C.A. en el Convenio con el Instituto para el Turismo del Estado Nueva Esparta para la planificación, la urbanística y la arquitectura de los desarrollos turísticos de este Estado: Plan Maestro para el sector “El Morro” en la ciudad de Porlamar; asesoría permanente al Consejo Municipal del Distrito Mariño de Porlamar; proyecto del Hotel Meliá Margarita, Porlamar; Proyecto de remodelación y transformación del Motel INTUR en Hotel 160 habitaciones, en “El Morro” y desarrollo de urbanismo y arquitectura del conjunto denominado “Villa del Mar”, en el sector Manzanillo de la Isla de Margarita, contratado con la firma Beneficial Development & Co.
El Profesor Augusto Tobito Acevedo es miembro de diversas sociedades científicas y profesionales, como la Sociedad Colombiana de Arquitectos, el Congrés Internacional d’Architecture Moderne-CIAM, la Sociedad Bolivariana de Arquitectos, la Asociación de Profesores de la UCV de la cual fue Jefe de la Seccional Arquitectura (1965-1969) y Miembro de la Directiva en 1965. El Colegio de Arquitectos de Venezuela le confirió Mención de Honor en 1978, por su obra arquitectónica y docente de la arquitectura.
El Prof. Augusto Tobito ha publicado numerosos artículos sobre arquitectura y urbanismo en revistas nacionales (PUNTO y otras), colombianas (PROA y otras) y en la Revista “Atelier Le Corbusier”. Ha presentado diversas ponencias en Congresos nacionales, como “La Alternativa del Ecodesarrollo”, en el 1er. Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología, Caracas, junio 1975 (en colaboración), e internacionales como “Lineamientos para un Modelo Ambiental urbano”, en el 3er. Congreso Iberoamericano del Medio Ambiente, en 1981 en Santiago de Compostela y “Ambiente, Energía y Sistemas”, en la Conferencia Mundial de Sistemas, Caracas, julio 1983, en colaboración con José Balbino León. El capítulo “El Ambiente como sistema”, le fue publicado en el libro de varios autores Ingeniería y Ambiente: Formación Ambiental para Ingenieros. Manual Latinoamericano, editado por la UNESCO en 1982, y por el CENAMB el mismo año.
Por la contribución del Prof. Tobito a uno de los más importantes Planes urbanos de una ciudad latinoamericana en la segunda mitad del siglo XX: el de Bogotá; por su trascendente y productiva trayectoria internacional académica y profesional, por sus significativos aportes al papel transformador y creativo de nuestra Universidad y al desarrollo y definición de la disciplina arquitectónica venezolana y del perfil profesional de nuestros arquitectos, la Asamblea oficial de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo ha aprobado el 24 de noviembre del 2009, que sea presentada ante el Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela, la postulación del Profesor AUGUSTO TOBITO ACEVEDO al DOCTORADO HONORIS CAUSA que confiere la Universidad Central de Venezuela. Esperamos con orgullo este acto de justicia por parte de nuestra principal Universidad.
Escrito por:
Arq. Juan José Pérez Rancel
Artículo publicado en la revista entre rayas No. 81, meses enero-febrero 2010.
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