En los artículos anteriores avanzamos en distintas definiciones para enlazar los territorios, la ciudad y el municipio al concepto de la inteligencia, así como la capacidad gerencial y sus relaciones con la política, tan necesarias e inseparables, para asumir nuevas formas de gestión mucho más eficientes, efectivas y eficaces.

Abriendo la cortina para visualizar una ciudad inteligente nos encontramos con algunas variables que muchas veces hacen imposible o dificultan una gestión basada en esta nueva forma de hacer las cosas, lo que muchos llamamos el nuevo paradigma.

Una de las primeras dificultades que observamos es la cultura organizacional, en nuestro criterio, este es el punto desde donde se desprenden una serie de barreras que impiden una verdadera gestión eficaz, que pueda ofrecer una mejor capacidad para dar respuesta a los ciudadanos.

¿Pero qué es la cultura organizacional? es en palabras sencillas, como los empleados y funcionarios ven y sienten a la organización donde se desempeñan, sin importar que tipo órgano o ente de la administración pública sea. Volvamos a la unidad más básica de organización del Estado, como lo es el Municipio, para hacer esta reflexión.

Los Municipios Inteligentes deben orientarse a reconocer una cultura organizacional proactiva y capaz, basados en la aplicación de la teoría y práctica gerencial; eso sí, sin dejar de reconocer a la política y a sus variables.

En la realidad venezolana, el primer muro de contención que debemos superar para emprender el camino hacia los municipios y ciudades inteligentes; es definitivamente la cultura organizacional. El no hacer las cosas de una manera distinta, el no adaptarse a nuevos modelos, a nuevas formas, el no plantearse la construcción de una visión y misión, el no adoptar nuevos principios y valores, el no tener un plan estratégico y planes de acción, el no reconocimiento de escenarios, el desestimar los indicadores de gestión, el rechazo a nuevas tecnologías, el rechazo del abordaje a métodos alternativos de resolución de conflictos, la no adopción de integración de equipos de trabajo de alto rendimiento, son actitudes que debemos modificar sobre todo los funcionarios públicos.

Resumiendo, hoy abordamos la primera variable con la que nos topamos para llegar al municipio o ciudad inteligente, que es la “gerencial». Pudiéramos simplificar este obstáculo en una frase: «resistencia al cambio», la segunda variable y no menos importante es «la política», esta la abordaremos en nuestra próxima reflexión.

Rafael Albertos
Concejal de El Hatillo
@rafaelalbertos
ralbertos@hotmail.com