Una nota de prensa de la UCV recoge y difunde las palabras de su decano de Arquitectura promoviendo la jornada de investigación que allí se realiza. La anuncia como una mirada científica al problema de la vivienda, y hasta aquí lo cosa iba bien. Esa es la motivación de cualquier investigación que haga la universidad, casi se hace innecesaria la aclaratoria de tal cualidad.
Ah, pero, no se trataba sólo de eso. En la misma declaración el decano nos habla de …la existencia de una tradición de políticas habitacionales pensadas en el entorno de los procesos de planificación, y no como medidas aisladas, epilépticas o desgajadas de los procesos sistemáticos de la planificación urbana general.
Esta frase (al margen de lo enrollado) es reveladora de la fragilidad científica de quien declara. Allí, al referirse a dos tiempos del que hacer edilíceo, introduce su valoración personal de tales momentos políticos: el que produjo esa tradición (de “políticas habitacionales pensadas”) y el otro, caracterizado por la epilepsia y el desgarre planificador.
Ni siquiera nos dejó hacer el esfuerzo para ubicar esos dos momentos en el tiempo histórico. ¿Se referirá a cuando Felipe II hizo las Ordenanzas de Descubrimiento y Población? ¿Estará hablando, tal vez, de aquella modernización concebida por el Ilustre Americano, o se refiere, más bien, al Plan Rotival? Pues no, el mismo decano, con afán protagónico, lo aclaró: …estamos viviendo una confrontación entre el estamento político que trata de tomar medidas aisladas, desesperadas, no planificadas, y la Facultad de Arquitectura que ubica esa problemática dentro del contexto científico. Así como lo oyen.
Es decir: antes de esta confrontación entre el estamento político actual y la Facultad de Arquitectura (?), el asunto de la vivienda marchaba sobre los rieles de la investigación científica y la planificación urbana que venía conduciendo esa Facultad, desde 1953. ¡Miren las cosas que tiene la vida! sin que nos diéramos cuenta los que allí hicimos vida académica durante treinta y ocho años, esta Facultad dirigió, con la certeza indubitable de la ciencia, la política habitacional del Puntofijismo.
No me muero de la risa porque me da pena.
JM. Rodríguez
Que pena con Ud. profesor Rodríguez, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, y quizas ud no esté ciego pero la severa miopia de sensatez que padece no le permite ver los problemas con ecuanimidad y auto crítica. Saludos
que lamentable articulo, siempre escudándose en los fallos del pasado, me pregunto yo si sera tan difícil e inimaginable analizar los proyectos desde un punto de vista objetivo y profesional, ya es hora de trabajar y dejar de defender posturas como si fuesen equipos de fútbol, ademas se puede estar en contra sin emitir juicios de valor que no sustentados.