El edificio ÁGORA-BOGOTÁ se inauguró el 18 de enero en Bogotá (Colombia) y se perfila como uno de los centros de eventos más innovadores del mundo. Estudio Herreros firma su diseño junto a Bermúdez Arquitectos.
ÁGORA-BOGOTÁ propone un compromiso con la sensibilidad medioambiental a través de sus sistemas constructivos y de la eliminación del aire acondicionado y sus gastos energéticos asociados para favorecer un sistema de ventilación natural que pone en relación simbiótica al edificio con el clima de Bogotá.
Antes de finalizar su construcción, el edificio ÁGORA-BOGOTÁ ya había llamado la atención de una docena de publicaciones especializadas de Europa, América y China, recibió dos importantes premios -uno de ellos al mejor proyecto de un estudio español en el extranjero- y formó parte de la Bienal de Venecia de Arquitectura y otras exposiciones en Brasil, España y México.
ÁGORA-BOGOTÁ resultó de un concurso internacional ganado por la asociación del despacho español Estudio Herreros y el bogotano Bermúdez Arquitectos y al que concurrieron más de 100 de las más destacadas firmas de arquitectura de todo el mundo.
Barcelona, 22 enero de 2018. El 18 de enero se inauguró el centro de eventos colombiano ÁGORA-BOGOTÁ, una propuesta creada por el despacho de arquitectos español Estudio Herreros y el bogotano Bermúdez Arquitectos. El presidente de Colombia, Don Juan Manuel Santos, presidió la inauguración del edificio, a la a que asistieron cerca de 2.000 personas y que contó, también, con la presencia de la presidenta de la Cámara de Comercio, Doña Mónica de Greiff, el presidente de Corferias, Don Andrés López, y del alcalde de la ciudad, Don Enrique Peñalosa.”
ÁGORA-BOGOTÁ se presenta como exponente de la nueva Colombia. Es uno de los más avanzados e innovadores centros de eventos. Su estructura se apila verticalmente en busca de la compacidad necesaria para liberar generosos espacios públicos a su alrededor. Iluminado y ventilado naturalmente a través de una envolvente activa, transpirable y acústicamente estanca, el edificio está dotado de una gran flexibilidad soportada por una calidad técnica y estructural sobresalientes. Los materiales sobrios – pavimentos pétreos continuos, cielo raso de malla dorada industrial y paramentos de vidrio y panel de viruta-cemento reciclado- dejan todo el protagonismo al espacio que se entrega a los usuarios, sus verdaderos protagonistas, y que está organizado en torno a cuatro grandes núcleos verticales de circulaciones, servicios y áreas técnicas que, desde las esquinas, atienden y hacen posibles los programas más variados.
El recinto ferial de 64.883 m2, aporta a la ciudad un espacio público de 12.000 m2, cuenta con un sistema de ventilación natural que se adapta al clima de la ciudad, salones móviles que pueden acoger eventos de hasta 4.000 personas y una arquitectura moderna y tecnológica que lo convierten en un referente internacional de diseño, innovación, sostenibilidad y funcionalidad.
ÁGORA-BOGOTÁ surge de un importante concurso internacional que en 2011 convocó a un centenar de las más importantes firmas mundiales de arquitectura, como BIG, Zaha Hadid o Snøhetta. La unión de los estudios dirigidos por el arquitecto español Juan Herreros y el colombiano Daniel Bermúdez resultó la elegida tras un reñido proceso. Su propuesta ÁGORA-BOGOTÁ aunaba singularidad e imagen icónica con racionalidad y pragmatismo contemporáneos, al tiempo que proponía una revisión del tipo tradicional de centro de convenciones de sus contenidos logísticos y tecnologías implicadas.
Antes de finalizar su construcción, el proyecto ya formó parte la Bienal de Venecia y de otras exposiciones de arquitectura en Rio de Janeiro, Ciudad de México y Madrid, y apareció en diversas ocasiones en revistas especializadas, aclamado por la crítica internacional como una propuesta a la vanguardia de los de su especie. Cinco años después, el resultado es un centro de eventos multi-formato de 64.883 m2 que incorpora su rotunda silueta al skyline de la ciudad.
El edificio
ÁGORA-BOGOTÁ se instala estratégicamente en el corazón geográfico de la ciudad, a mitad de camino entre el centro histórico y el aeropuerto. A la vista del resultado, se entiende que los esfuerzos del equipo se han centrado en atender aspiraciones colectivas por un lado y exigencias especializadas por otro. Entre las primeras se cuenta la necesidad de ofrecer una imagen icónica y reconocible capaz de representar los anhelos de una sociedad plural y abierta y la de convocar una sensibilidad medioambiental y una ambición tecnológica que inscriba el edificio en las corrientes de la arquitectura mundial del presente. Las segundas se centran en aspectos prácticos como son un sistema de circulaciones fácilmente comprensible; una distribución invisible pero eficiente de todos los servicios internos; y una flexibilidad que acepte la programación de formatos muy diversos, desde un concierto a una feria de muestras, desde un congreso a un festival de cine o desde un gran banquete a un campeonato de ajedrez.
Juan Herreros comenta cuánto la escala del centro de convenciones y la riqueza de sus recorridos interiores permite concebirlo como un fragmento encapsulado de ciudad. En este concepto, el gran vestíbulo funciona como plaza mayor rodeada por una corona de lugares de reunión conformando una huella en planta cuyas dimensiones coinciden intencionadamente con las de las manzanas del centro fundacional de la ciudad. Siguiendo con este razonamiento, el edificio, en su sentido ascendente, despliega una espiral de plazas-vestíbulo que en realidad son miradores volcados sobre las cuatro ecologías que conforman la ciudad -los Cerros, el Centro Histórico, la Sabana y los nuevos desarrollos camino del aeropuerto- que lo convierten en un dispositivo para contemplar y entender Bogotá y su geografía. Este apilado vertical del programa que permite dibujar una silueta reconocible y disponer los miradores, tiene un tercer beneficio en la liberación de una generosa cantidad de espacio público a su alrededor que se entrega a la ciudad en forma de plazas y jardines como un regalo a sus habitantes.
En cuanto a su construcción y tecnologías empleadas, Jens Richter, socio alemán de Estudio Herreros, resalta el empeño por lograr una confluencia holística entre los esquemas estructurales, las instalaciones y los sistemas constructivos resultante de la coordinación de un nutrido grupo de consultores colombianos, españoles y estadounidenses. Pero hay más, ÁGORA-BOGOTÁ será un caso de estudio en cuanto al empleo de tecnologías limpias y pasivas de climatización que en este caso destierra toda máquina de aire acondicionado y sus costes energéticos asociados para proponer un sistema de ventilación natural que aprovecha el clima bogotano, del que Daniel Bermúdez es un gran conocedor, creando una feliz simbiosis del edificio con el ecosistema que habita. Así fue reconocido por los prestigiosos premios de arquitectura sostenible Holcim-2014 por su compromiso con la lucha contra el cambio climático.
La fachada es la pieza clave del conjunto. Construida a base de marcos de gran tamaño que incorporan la estructura, los vidrios de diferentes tipos, los sistemas de oscurecimiento y las branquias reguladas electrónicamente que toman el aire exterior, se comporta como una piel sensible de respuesta variable que reacciona a las condiciones cambiantes en temperatura, soleamiento y humedad del clima bogotano. La integración del edificio en su entorno deposita en el comportamiento sensible de la fachada la expresión de su compromiso medioambiental convirtiendo al conjunto en un instrumento de sensibilización frente a las inquietudes del presente y las tecnologías contemporáneas al tiempo que expresa el deseo de toda una sociedad por innovar para avanzar y adentrarse confiadamente en un futuro mejor.
El centro de convenciones vertical de 64.883 m2 tiene capacidad para congregar hasta 4.000 personas en su salón más grande, ubicado en el último piso. Además, cuenta con 10 salones que se pueden convertir en 18 por sus paredes móviles, con capacidad para entre 80 y 2.000 personas. Todos ellos tienen iluminación y ventilación natural, complementados por amplios vestíbulos flexibles para desarrollar cualquier tipo de montaje.
El centro incorpora dos plantas de aparcamientos con capacidad para 1.055 vehículos, 600 bicicletas y 12 puestos para camiones en el muelle de carga. Cuenta con 19 ascensores y 12 escaleras mecánicas. La cocina principal puede atender 2.500 servicios simultáneos, que distribuye los alimentos a tres cocinas satélites en los siguientes pisos.
ÁGORA-BOGOTÁ en cifras
Para la construcción de Ágora Bogotá la Cámara de Comercio de Bogotá realizó una inversión de $290.000 millones, su filial Corferias aportó el terreno equivalente a $64.000 millones, y el Gobierno Nacional, a través de Fontur, realizó un aporte de $60.000 millones para un total de $414.000 millones. La operación estará a cargo de Corferias.
Desde su fase de construcción, Ágora-Bogotá ha sido un dinamizador de la economía de Bogotá y Cundinamarca, principalmente por la magnitud del proyecto, sus exigentes características de diseño y por la alta demanda de materiales que la edificación ha generado. Las cifras que rodean el proyecto dan una idea de su tamaño y de su impacto en la economía local:
- 134.552 m3 de tierra fueron excavados para realizar la obra.
– 59.558 m3 de concreto se emplearon en toda la edificación.
– 4.122 toneladas de acero se han usado en total para Ágora.
– 437 kilómetros de cable en total fueron instalados para las redes eléctricas, fibra óptica, internet y telefonía.
– 16.470 m2 de vidrio componen la fachada exterior de Ágora.
– 95.500 m3 por hora de aire recirculan los sistemas de ventilación natural del edificio.
– 56 m3 de lluvia filtrada y almacenada es la capacidad del sistema de aprovechamiento de aguas del edificio. El líquido se emplea en los sanitarios del Centro de Convenciones.
ÁGORA-BOGOTÁ incluye un hotel con más de 400 habitaciones, que contribuirá significativamente al PIB la Ciudad y al empleo local. Se estima que esta importante obra tendrá un impacto en el producto interno bruto del 1% en los próximos cuatro años.
Los arquitectos
Juan Herreros desempeña su tarea docente en las universidades Politécnica de Madrid y Columbia de Nueva York. Sus libros y artículos han tratado temas como la técnica, la ciudad, el arte contemporáneo, las nuevas tipologías híbridas y la práctica global de la arquitectura. Su obra se ha expuesto en instituciones como el MoMA de Nueva York, las bienales de Venecia e Iberoamericana y el Studio-X de Río de Janeiro. Junto a su socio Jens Richter construye en la actualidad el Museo Munch de Oslo y la estación de alta velocidad de Santiago de Compostela entre otros proyectos en España, Francia, Marruecos, México, Argentina y Uruguay. Entre sus muchas distinciones es miembro de honor del Royal Institute of British Architects y fue elegido arquitecto del año por el diario El Mundo en 2015.
Jens Richter es arquitecto y urbanista de la Universidad de Kassel, Alemania. A lo largo de su carrera ha trabajado en varias oficinas de renombre internacional en Alemania, Países Bajos y China, donde ejerció como director en varios proyectos y concursos internacionales. A su llegada a España en 2006, comenzó inmediatamente a formar parte de Herreros Arquitectos, donde fue nombrado director de la oficina en 2010. Asimismo, es crítico invitado habitual en diversas universidades e instituciones académicas de Europa, América del Norte y China, como la Escuela de Arquitectura de Oslo, la Universidad de Columbia, la Universidad de Princeton y la Universidad de Tongji. Y ha sido ayudante y profesor visitante en AKH Kassel, el Instituto de Bellas Artes de Sichuan, la Academia central de Bellas Artes de Pekín y más recientemente en la Universidad Aalto en Helsinki.
Daniel Bermúdez es el fundador de Bermúdez Arquitectos. Tiene una amplia carrera como arquitecto y educador en la Universidad de los Andes donde en la actualidad ostenta el rango de profesor emérito. Su obra construida incluye proyectos de la importancia del Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo y la Biblioteca Pública del Tintal, ambos en Bogotá. En la actualidad construye la nueva Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes y el edificio de Transición ET-CAN en Bogotá. Su obra ha sido publicada, expuesta y premiada repetidamente, incluyendo el premio Cemex y varias bienales de arquitectura colombianas e iberoamericanas.
Jens Richter, Juan Herreros y Daniel Bermúdez
Sobre Estudio Herreros y Bermúdez Arquitectos
Estudio Herreros es un despacho de arquitectura fundado en Madrid por Juan Herreros y Jens Richter que opera globalmente. Su práctica, de escalas y programas muy variados y clientes públicos y privados, ha sido internacionalmente reconocida por su carácter avanzado y su compromiso con las inquietudes contemporáneas. Su conocido slogan “Arquitectura para el Diálogo” es el fundamento de sus proyectos alrededor del mundo, siempre asociados con firmas locales de prestigio. Sus obras han sido ampliamente premiadas, publicadas y expuestas en el MOMA de Nueva York y las bienales en Venecia, Estambul e Iberoamérica. Entre sus proyectos en proceso se cuentan el Museo Munch de Oslo, complejos residenciales en Montevideo, Marsella y Casablanca y la torre híbrida ZAP en Guadalajara, México.
La firma Bermúdez Arquitectos SAS fue fundada hace 34 años por Daniel Bermúdez. En los edificios y preceptos de la compañía coexisten principios éticos avalados por la tradición, con posturas técnicas y estéticas innovadoras. Entre sus principales obras construidas se encuentran el Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo y la Biblioteca Pública del Tintal, ambos en Bogotá. En la actualidad construyen la nueva Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes y el edificio de Transición ET-CAN en Bogotá. Asimismo, la extensa producción arquitectónica de la firma ha sido reseñada en importantes publicaciones nacionales e internacionales, y recibido premios y reconocimientos.
Información enviada por:
Marta Hernández
PATI NUÑEZ AGENCY
Strategic Affairs Bureau
www.patinunezagency.com / www.strategicaffairsbureau.com