A mis colegas con respeto
Recibo con regularidad, como ustedes, la revista digital del Colegio de Arquitectos. Leo buena parte de su contenido, pues, normalmente son temas de mi interés. Yo mismo he publicado allí algunos artículos, sin duda polémicos, respondiendo a aquellos que asumen esa revista como megáfono político. Creo que tales cosas son consecuencias de una equivocada política editorial.
Estoy convencido que el hecho de ser el órgano oficial de un colegio profesional obliga a sus editores a sopesar muy bien el carácter político que pudiera estar contenido en ella, asumiendo algo fundamental: se trata de la revista de los arquitectos colegiados y no la de una fracción política o ideológica de ellos.
Sobre este asunto, conocen ustedes de algunos de mis entreveros con sus directivas. La actual llegó a retenerme un artículo mientras evaluaba su publicación. Luego, cuando por fin lo hicieron lo acompañaron de una nota donde señalaban (sin ningún argumento) lo impropio de su contenido y del lenguaje utilizado. Nunca han hecho eso con los que desde “la acera del frente”, lanzan improperios. Pero, está bien, para algo ha servido.
En los siguientes números de “Croquis CAV” se hizo evidente la reducción de artículos de contenido netamente político, abriendo el espacio a aquellos relacionados con el que hacer arquitectónico y urbano, con las artes, las tecnologías y la enseñanza del oficio. Bienvenidas las cosas que nos encuentra.
Sin embargo, algo pasó para que se publicara en este último numero, del 27 de agosto, un bodrio de magnitudes asombrosas, producido por un articulista que, para nada, tiene que ver con la arquitectura, ofensivo hasta la exasperación, con las mentiras y especulaciones propias de un desaprensivo guarimbero, y muy, muy mal escrito.
No conozco al personaje, no me interesa saber quién es. La culpa no es del ciego sino del que le dio el palo para que agreda. No voy a dirigir esta carta al CAV, no pido que la publiquen. Se la dirijo a ustedes, mis colegas, de la tendencia política que sean, defendiendo el derecho a que cosas como esas no estén junto a lo que, profesionalmente, nos asocia.
Arq. José Manuel Rodríguez
jmrr44@hotmail.com
Colega Arqº José M. Rodríguez, si he leído los artículos de la revista Digital croquis, indudablemente que es cierto lo que dices pero me pregunto?, donde se puede expresar el descontento o malestar que en un momento determinado cualquier ciudadano y en este caso Arqº puede plantear cuando no hay tribunas para tal fin, y ahora que se quiere aprobar otra ley para censurar a aquel que hable mal según los que proponen esta ley del País, cuando tenemos una destrucción del mismo con estas erradas medidas que en 15 años se nos han impuesto y estamos peor, solo estos medios digitales pueden ser crudos, porque la sutileza ya tampoco la hay.
Debemos así como usted y yo, saturar a los lectores de lo bueno y de lo malo y que nuestras opiniones, encontradas o no, permitan no convertirnos en no solo oyentes, porque mientras existan gente como nosotros sabremos que aun el silencio se puede oír. Saludos