Zaha Hadid (1956 – 2016)

Nació en Bagdad en 1950. Se licenció en Matemáticas en Beirut y en 1972 regresó a Londres, donde estudió de joven, para cursar arquitectura en la Architectural Association. En un viaje a Estambul y Beirut descubrió que al poner en relación la arquitectura con las matemáticas, la geometría y la trigonometría, materias esenciales en su educación árabe desde niña, todo cobraba repentinamente sentido. Este hecho configuró su personalidad como arquitecta.

Desde el principio pensó la arquitectura de manera diferente. Supo lo que quería hacer y lo que tenía que dibujar; los métodos tradicionales de representación no le servían y comenzó a buscar una nueva manera de proyectar. Sus singulares dibujos, perspectivas y pinturas se convirtieron en las herramientas para visualizar su diseño en cada momento del proceso de proyecto afirmando sorprendentemente: «nunca uso el ordenador como herramienta de diseño. No creo que sea útil. Creo que la mano es mucho más ágil que el ordenador».

Profesora en la Architectural Association desde 1978, enfrentó sensaciones contradictorias que fortalecieron su personalidad creativa. Se sintió extranjera, desplazada, minusvalorada en su condición de mujer y además árabe, practicando un oficio difícil que para ella resultaba todavía más. Convirtió estas experiencias en algo positivo ya que como mujer extranjera, no tenía que obedecer las reglas que sus compañeros se imponían a sí mismos. Muy conservadores con ellos mismos a la vez que muy permisivos con los extranjeros, desconfiaban de la capacidad de las mujeres pero les gustaba lo excéntrico por lo que le consentían todas sus locuras y pudo hacer lo que quiso, viviendo la estupefacción de los demás como su liberación.

Hadid se valió de las formas de los movimientos modernos de vanguardia para erigir sus «palacios de abstractas memorias». Aprendió de Malevitch el concepto de suprematismo aplicado a la arquitectura, y su significación e incidencia sobre la planta de los edificios donde para ella se concentraba el mayor interés. Junto a la complejidad de la planta incorporó su certeza de la existencia de una fuerza interna que nos libera de ciertas restricciones, que no son físicas sino impuestas por los códigos existentes. Necesitó crear un nuevo orden para proyectar y al hacerlo, su arquitectura obtuvo el estatuto de la obra de arte.

En 1988 el MOMA de Nueva York incluyó a Zaha Hadid en la exposición sobre deconstructivismo y la consolidó definitivamente como miembro de la vanguardia contemporánea.

Vitra-fire-station-zaha-hadid

Tardó 15 años en construir su primer edificio, el Parque de Bomberos de Vitra en Weil am Rhein en 1993, y a su prestigio teórico incorporó el reconocimiento de una obra de formas inéditas e inconfundibles que comenzaron a aparecer por todo el mundo hechas posibles gracias a los nuevos programas informáticos. Una arquitectura que su autora calificó como «inclasificable».

Participó en numerosos concursos con propuestas en los límites del diseño. En 2003 construyó su primera obra en USA, el Centro de Artes Contemporáneas de Cincinnati, y en 2012 el Centro Acuático para los Juegos Olímpicos de Londres la consagró definitivamente en su país de residencia. Su obra se encuentra en numerosos países de todos los continentes. Sus diseños comprenden también mobiliario, objetos, interiores, instalaciones efímeras y artes escénicas.

Fue profesora en la universidades de Harvard, Chicago, Yale, en la de Artes Aplicadas de Viena, en Hamburgo, Ohio y Columbia.

Ganó el Premio Mies Van der Rohe en 2003, el Praemium Imperiale en 2009 y en 2004 fue la primera mujer que recibió el premio Pritzker. Fue nombrada miembro Honorario de la Academia Americana de Artes y Letras, del Instituto Americano de Arquitectos y en 2011 Dama del Imperio Británico.

En 2015 recibió la medalla de oro del RIBA reconociendo la influencia significativa de su trayectoria profesional en la arquitectura mundial, siendo la primera mujer en recibirla.

Su obra está expuesta en el museo Guggenheim y en el MOMA de Nueva York, en el Modern Art Museum de San Francisco, en el de Arquitectura de Frankfurt y en la Bienal de Venecia.

Personalmente confesaba haber tenido siempre a su alrededor gente que la había ayudado, con la que podía conversar y que en cierto modo la había dirigido. Reconocía la importancia de la gente en su vida, la familia, los amigos o personas que conocía de pasada. El intercambio de ideas era fundamental para ella porque afirmaba: «hay que ser capaz de entender a la gente porque si no, es mejor no ser arquitecto».

Puente-de-la-Expo-Zaragoza

En España realizó tres proyectos: el Pabellón Puente de la Expo de Zaragoza, el Espacio de Exposición de las Bodegas Viña Tondonia en Haro y una planta del Hotel Puerta de América en Madrid.

Su arquitectura de extraordinaria fuerza plástica fue, como ella misma, una ráfaga de aire impetuoso que la ha consagrado para la historia de la arquitectura. Descanse en Paz Zaha Hadid.

Inmaculada Jimenez Caballero
Departamento de Proyectos. ETS Arquitectura, Universidad de Navarra

Información enviada por:
Nagore Gil Fuentetaja
Responsable de Comunicación/
Komunikazio arduraduna
Facultad de Educación y Psicología
Escuela Técnica Superior de Arquitectura
Tel. 948 42 56 00 – Ext. 80 2574/ 80 3353
www.unav.edu | ngil@unav.es