Juan Félix Sánchez a 114 años de su natalicio

El hombre del Tisure orgullo merideño

Hace 114 años nació el polifacético maestro Juan Félix Sánchez (Venezuela, San Rafael de Mucuchíes 16-05-1900 / Mérida, 18-04-1997), hito de nuestras artes y orgullo particular para los merideños, Premio Nacional de Cultura Popular 1986 y de Artes Plásticas 1989, este icono del quehacer cultural fue arquitecto y diseñador popular y autodidacta; inventor, artesano, escultor, sombrerero, tejedor, titiritero, entre muchos otros, siendo que la huella particular más emblemática de este maestro, sea tal vez, la iglesia de piedra ubicada en San Rafael de Mucuchíes, estructura arquitectónica admirada por todos –uno de los principales atractivos turísticos de Mérida-.

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Conocido también como el arquitecto del Páramo y el hombre del Tisure, en su profuso legado, igualmente nos regaló esta iglesia de más de 16 metros ubicada en San Rafael de Mucuchíes, siendo que el proceso de construcción se involucró la Universidad de Los Andes y algunos de sus amigos.

Refería: «yo no hice esto por facha, ni para nada, sino ideas mías para tener una obra aquí, porque uno por donde pasa debe, más que sea, rastro dejar, una huella… Y cuando yo me muera me voy a ir al sitio de los sueños, en donde sabré si los sueños míos eran verdades…»

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La Capilla del Filo de El Tisure, la casa de El Potrero, El Bohío -dedicado a la Virgen de Coromoto- y demás capillas pequeñas; los tejidos únicos hechos con un telar de tres pedales; murales (que se diluyeron con el tiempo); las tallas de El Calvario, santos y vírgenes, forman parte, entre otros, de su profusa obra.

Fue un artista telúrico que demostró maestría en todas las expresiones artísticas, viviendo en armonía con la naturaleza, igualmente destacamos que construyó algunas piezas de mobiliario a partir de troncos y ramas que finalmente daba acabado con pieles en algunas de ellas. Entendía que existimos por una fuerza inexplicable que bendice al hombre con la habilidad para utilizar su ingenio en beneficio de los demás y en función del amor.

Era un hombre de paz, de unos sentimientos que permeaban todo cuanto existía por eso solía decir “Dios, creó las criaturas, a los palos y las piedras también. Por eso amándolas a ellas, amamos a Dios”.

Cuenta la historia que este hito nacional fue igualmente campesino, panadero y juez, presidente de la Junta Comunal de San Rafael de Mucuchíes. Quienes lo conocieron dicen que tenía una sonrisa infantil y una mirada penetrante, los expertos opinan que” nació con esa sabiduría propia de los seres que son capaces de captar la energía de la naturaleza, la adoptan y pueden plasmarla artísticamente en cualquier propósito al que se le dedique”. También dice la historia que de su padre aprendió a reparar y construir objetos de carácter utilitario y que su madre le enseñó a tejer cobijas, ruanas y le enseñó también a rezar, siendo que un anciano indígena lo instruyó para relacionarse con las piedras. (FIN/ IARTES/ Teresa Quilez)

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Mgter. Teresa Quilez
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