Presentación de la Guía de Arquitectura «Caracas del valle al mar»

El pasado martes 16 de febrero se realizó la presentación de la Guía de Arquitectura: «Caracas, del valle al mar». Publicado por la FAU-UCV con el patrocinio de la Consejería de Andalucía, y editado por Ediciones FAU.

A continuación las palabras (como presentador de la guía) del Arq. Oscar Olinto Camacho, un estupendo análisis de la guía y del proceso urbano con influencia ideológica. Seguidamente la presentación del Arq. Ivan Gonzalez Viso, uno de los autores, que completa entender la publicación y mucho más.

Arq. Gustavo Izaguirre Luna
Decano (E)
Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Universidad Central de Venezuela

 

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Palabras del Arq. Oscar Olinto Camacho
Buenas noches. Previamente quiero agradecer al Arq. y consecuente amigo, Iván González Viso su deferencia al invitarme a presentar este libro, el cual me enorgullece por su excelencia y virtudes profesionales de sus autores. Por respeto al tiempo asignado y para evitar digresiones emocionales, opté por escribir esta presentación.

El libro representa el resultado de una acuciosa investigación realizada por los arquitectos y académicos: Iván González Viso y María Isabel Peña, acompañados del arquitecto y destacado escritor venezolano Federico Vegas. Todos ellos bajo la coordinación del arquitecto Pedro García del Barrio, representante del Programa de Cooperación de la Junta de Andalucía de España en Venezuela. Institución que además aportó los recursos financieros, y la Universidad Central de Venezuela incorporó a través de su Facultad de Arquitectura y Urbanismo un grupo de profesores, arquitectos y estudiantes que desinteresadamente colaboraron por tres años en su desarrollo y en la exitosa culminación que hoy presentamos.

El libro se estructura en tres capítulos. El primero versa sobre la historia de Caracas y sus planos, escrita por los arquitectos Vegas y González Viso, donde se presentan cronológicamente las referencias planimetrías, cartográficas, recogidas en 14 planos. Desde el primer dibujo de Caracas en 1578, hasta el plano del año 2009 que lo denominan: La ciudad a la búsqueda de un centro. Es atrayente esta inserción cartográfica inicial en la estructura del libro porque la historia de los mapas, como señala Erwin Raisz1 (1974), es más antigua que la historia misma, pues la confección de mapas precede a la escritura. Con este acertado inicio cartográfico se acompañan dentro de cada contexto histórico significativas improntas arquitectónicas.

Seguidamente en el segundo capítulo se presenta al sector formal de Caracas dividido en 12 zonas, que reflejan como la ciudad fue creciendo y evolucionando. Se producen cronológicamente 364 fichas que recogen lo más representativo de la arquitectura patrimonial y moderna de la ciudad. En cada una de estas 12 zonas la Arq. María Isabel Peña conduce acertadamente sus descripciones acompañadas de planos, imágenes, y reseñas muy bien logradas, que sitúan contextualmente en cada zona las obras arquitectónicas, y paisajísticas, reseñadas por distintos arquitectos y urbanistas venezolanos.

Trabajo que contó con la colaboración de la arquitecta Izaskun Landa en las Zonas de Nueva Caracas (hoy Catia), la zona denominada “A partir del Paraíso”, y la Zona de la entrada sur a Caracas. Igualmente la arquitecta Isabel Sánchez colaboró en la redacción de la zona dedicada a la Ciudad Universitaria.

Todas estas referencias escritas y visuales logradas a través de espléndidas fotografías nos van escoltando a través de cambiantes edificaciones y envolturas urbanas que nos acompañan, consciente o inconscientemente, en la memoria individual del lector sobre la ciudad de Caracas.

Caracas es una ciudad que ha perdido memoria, y este libro es un claro testimonio para que renazca lo olvidado, y se añore lo perdido en el patrimonio arquitectónico. Varios embates naturales y políticos han afectado históricamente la ciudad, los cuales hoy se exacerban en lo ideológico por el acoso sobre la capital asociada a la concepción atávica que prevalece desde los entresijos del Poder, donde se considera a Caracas como el gran bastión histórico del capitalismo en Venezuela.

Ciudad que es necesario castigar como fundamento y principio político para su inmovilización productiva, paralizando su desarrollo y pretender transformarla en la vituperada ciudad comunal socialista del siglo XXI.

Hoy dentro de las atrasadas concepciones políticas y económicas que privan en el Estado, se acosa lo urbano, se relega el conocimiento, se sancionan las universidades, la ciudad y su población se empobrece, los servicios básicos colapsan, la inseguridad crece, la nocturnidad se confina, y los espacios públicos restringen su disfrute, mermándose cada vez más la calidad de la vida urbana.

Caracas ya es el antónimo del progreso, es imposible generar riqueza urbana dentro de un régimen político que adultera y corrompe la democracia, y le niega a la ciudad su rol fundamental para el desarrollo.

No obstante, y quizás como un consuelo, Caracas es una ciudad que paisajísticamente nos ofrece su Ávila como referencia majestuosa a lo largo de su valle. Esa afortunada presencia y disfrute nos permite a los caraqueños mantener expectativas sobre la nutrición del alma. Federico Vegas cita en la Guía una frase de su padre, mi apreciado y recordado Profesor Martín Vegas, quien hace treinta años le comentaba: “Caracas es una ciudad atacada por sus habitantes y defendida por su topografía”.

Cuando asistimos a un acto como este también encontramos ese reposo del alma, que para nosotros arquitectos, urbanistas y ciudadanos es de especial significación porque se enaltece la arquitectura como soporte físico, social y cultural de Caracas, asumiéndola no como un fin en si mismo, sino como un medio para la redignificación de la ciudad.

En el último Capítulo se presentan diferentes miradas profesionales de arquitectos y urbanistas sobre el futuro de la ciudad, con base en su condición de ciudad-región metropolitana. Miradas que por su diversidad confirman la legitima y necesaria heterogeneidad democrática en el pensamiento urbano sobre el futuro de Caracas.

Considero que independientemente de la seriedad de esos planteamientos, todos están condicionados a las características y finalidades del modelo político que regirá la viabilidad de esa miradas futuras para de la sociedad venezolana.

El maestro Carlos Raúl Villanueva expresaba permanentemente en su cátedra de urbanismo en la FAU, que era más importante conocer cómo será el futuro de la sociedad, que el futuro de la ciudad. Pensamiento sabio que recoge la histórica relación dialéctica entre el espacio y la sociedad que lo produce, porque cada sociedad organiza su espacio de acuerdo a su naturaleza y contenido. Por tanto pensar en el futuro urbano de Caracas requiere previamente analizar, considerar y actuar sobre la conformación de su futuro político, económico y social y, donde el pensamiento político del arquitecto también debe estar presente en la conformación de esos escenarios urbanos prospectivos.

Para finalizar considero que esta obra representa una Investigación muy bien fundamentada en su estructura, desarrollo y resultados que permite catalogarla como la referencia histórica más acabada y actualizada para percibir y situar la arquitectura de la ciudad de Caracas dentro de sus históricos y cambiantes contextos urbanos.

Además como todo buen libro, representa un acogedor refugio intelectual, exacerbado por la tempestad actual contra el conocimiento y la ciudad. Refugio que a pesar de la estolidez gubernamental, deben seguir proliferando como permanente referencia anímica para enaltecer cada vez más la buena arquitectura, sin la cual no podemos acercarnos a la producción de excelencia en la ciudad.

Muchas gracias.
Arq. Oscar Olinto Camacho

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Palabras del Arq. Iván González Viso
Toda ciudad, mas allá de explicar su fisonomía mediante la representación de su trazado, o la manera en que se “presenta” a un tercero, como una estructura tan compleja, requiere sin duda repensarla. En ella se superponen distintas capas de lectura, que abarcan desde la historia, su identidad, su marco geográfico, su crecimiento, evolución y estructura urbana; su arquitectura, su patrimonio, sus principales obras de infraestructura o sus iconos arquitectónicos y paisajísticos.

Conocer la forma de la ciudad ha sido históricamente un problema complejo, hasta el punto que muchos urbanistas y arquitectos contemporáneos han declarado que su entendimiento de las ciudades solo fue posible gracias a la aparición de la herramienta Google Earth.

Las guías de viaje, son sin duda una forma de acercarse a la ciudad. Su interesante historia se remonta a la aparición de las modernas guías de ciudad: la llamada guía roja editada por Karl Baedecker en Alemania hacia 1835, o la guía azul, (para diferenciarse de la roja) editada por John Murray III en Inglaterra en 1836. Posteriormente vendrían las celebres guías de Eugene Foodor, un editor Húngaro, y las editadas por Arthur Frommer, un soldado americano, que decide escribir sobre sus experiencias de viaje a raíz de sus vivencias en la Guerra de Corea.

Todas estas guías, con una exclusiva orientación turística, son claros ejemplos del interés por mostrar la ciudad a otros desde la propia experiencia, indicándonos “que se debe hacer y sentir a cada paso”.

Localmente, también hay referencias: descubrimos gracias al arquitecto Diego Wallis, una “Guía roja de Caracas”, similar a las guías de Baedecker, titulada: “Caracas, Guía Histórica artística e indicador general” , editada por dos inmigrantes: Terzo Tariffi y su esposa Natalia Rosi de Tariffi. La guía fué publicada cerca de 1950, y aspiraba a formar parte de una colección de Guías Venezolanas.

Muchos autores señalan que “la idea de recorrer la ciudad ha perdido su aire de aventura espiritual” (1 ). Ante esto, en un contexto como Caracas, una guía puede ser útil para recuperar la fe en la posibilidad del descubrimiento y de que éste nos resulte relevante y transformador, frente a la saturación de imágenes provenientes de las redes sociales que nos ha hecho creer haberlo visto todo.

La construcción de una guía de arquitectura y ciudad, bajo la mirada espiritualizadora del arquitecto, que es quien otorga sustancia al hecho de la forma, es muy distinta a una construida con fines turísticos. El arquitecto busca con vehemencia imágenes que lo sorprendan y, una vez que aparecen, trata de entender las estructuras y sistemas que las originan y sustentan, para luego armar un relato propio.

A su vez, una guía invita a vestirnos con el difícil traje de ser paseantes para leer la ciudad, ver su mejor arquitectura y deambular por sus calles ajenos al ajetreo cotidiano. ¿Recuerdan cuando fue la ultima vez que pudieron pasear despreocupadamente contemplando la ciudad sin preocupaciones?

Existe una asombrosa diferencia entre caminar y moverse en automóvil. Son dos mundos diferentes. Caminar es la posibilidad de ejercer la mirada para entender, mas allá de mirar como recurso para encontrar un referente geográfico. Pareciera necesario retomar los paseos que suscitan discusiones y atizan el pensamiento, y hacerlos rutina, alejándonos del maltrato de dar vueltas por horas en un auto.

Pero caminar también le permite al arquitecto afinar la mirada. Citando a Federico Vegas: “.. te permite entre muchas posibilidades ver los lugares sin plaza y las plazas sin lugar, las brechas a vadear, las zonas de calma y de fastidio, los hallazgos y las razones de su valor, las sombras generosas y las denegadas, los recodos y los meandros, los cantos de sirena, las seducciones fatuas, las especies que nacen y las que se extinguen, las sensaciones inexplicables, las zonas de desastre, los sitios donde creemos estar en otra ciudad y, por supuesto, los restaurantes buenos y baratos”.

Ante esto, Pedro García del Barrio nos hacia notar que en Caracas era necesario “bajar la velocidad”, y que el sosiego se volviera un elemento fundamental en ella, un elemento de diseño, que permitiera al paseante “caminar por sus calles leyendo el periódico”.

La Guía también hace evidente la idea de Lewis Munford, que señala que “la ciudad hace simultánea la historia”. Caracas puede ser vista como un gran registro de sucesos, como una suma de eventos históricos que hoy comparecen en forma simultánea, donde se puede leer el tiempo en el espacio, como si se tratase de un libro abierto.

De esta forma los autores ponemos en evidencia el estado actual de nuestra arquitectura, y señalamos de forma crítica su valor en el contexto de la ciudad. Muchas de las obras aquí reseñada no son obras maestras, pero poseen elementos históricos, estilísticos, constructivos, espaciales o funcionales que son referencia dentro del desarrollo arquitectónico de la capital.

¿Pero, puede una guía de arquitectura ser un instrumento para liderar su transformación urbana?¿Como aproximarse a la complejidad de leer una ciudad como Caracas? ¿Cual es su forma, como ha crecido, que elementos y que obras de arquitectura le otorgan sentido?

Nuestra publicación no pretende ser una guía turística, en lo absoluto. Su idea central se basa en dos axiomas: “observar para descubrir” y “conocer para actuar”, construyendo una narración de múltiples lecturas y acercamientos sobre la ciudad que visualizamos como un instrumento estratégico para tomar decisiones sobre ella, enfatizando aspectos que, a veces, al ciudadano o al gobernante le son vedados o no le resultan obvios, intentando despertar ideas que le den forma al futuro.

Por ello resulta pertinente mencionar que su titulo “Del Valle al mar”, que se desprende del ámbito geográfico que abarca, no es accidental. Históricamente el Litoral ha sido fundamental para la capital, y su diálogo absurdamente amputado por mezquinos parroquialismos y el populismo oportunista de muchos de nuestros políticos. La guía pone especial énfasis en la condición de ciudad caribeña, de ciudad litoral que tiene Caracas, enfatizando que a futuro, no tiene que ser una aventura ir y volver al mar. La relación con el mar que tiene Caracas debe volver a convertirse -como lo fue en otras épocas- en una cercanía funcional, en algo cotidiano. Reivindicar esa relación está muy lejos de ser banal. Esta es quizás una primera idea fundamental para ser asumida y retomada por nuestros legisladores y gobernantes.

De la misma forma la guía también aspira a develar los problemas, amenazas y oportunidades de la Capital.

¿Cuales deben ser las acciones para garantizar su “gobernabilidad” como señala Marta Vallmitjana, su “capitalidad” como señala Oscar Tenreiro, o la conformación de una “ciudadanía desde el poder” como acota Oscar Olinto Camacho? Como garantizar el respeto al monumento que promulga Graziano Gasparini, el rescate del espacio publico que señala Marcano, o calidad en los aportes de los arquitectos a la ciudad que apunta Jimmy Alcock? Muchos de estos conceptos en cualquier otra sociedad resultan mas que obvios.

Estas ideas sugerentes promovidas en el capítulo “Caracas a futuro” ponen en evidencia sus oportunidades: recobrar las quebradas que bajan del Ávila entre Catia y Petare, la construcción de una red de parques lineales y equipados a lo largo del Guaire y de las quebradas; imaginar que en vez de transitar en carro, podemos movernos caminando sin accidentes, en bicicleta o en un sistema de transporte sostenible; que con un transporte publico eficiente y sistemas alternativos de movilidad podríamos gestionar perfectamente nuestro tiempo; que dentro de unos años, los barrios gracias a las acciones y políticas adecuadas, puedan llegar a ser lugares deseados para vivir, por sus vistas sobre el valle, porque estarán rehabilitados y porque sus problemas actuales se habrán resuelto. Que podemos, con solo un boleto de metro, transitar del Valle al mar a través del Ávila, y que la Carlota puede llegar a ser un gran espacio urbano para los ciudadanos. Todo ello le daría gran felicidad a los caraqueños y es algo totalmente factible.

Pero la guía es también un diagnóstico sobre la ciudad y por lo tanto un producto inacabado. Luego de haber revisado casi 700 edificaciones y espacios públicos, y haber podido publicar solo 364 (2) de ellos, nos hemos percatado de la importancia de la difusión, el árduo trabajo que realizaba William Niño, porque lamentablemente la velocidad con que destruimos no es proporcional a la velocidad con que construimos. El habernos encontrado con que la mayor parte de la arquitectura de Caracas ha sido tristemente intervenida, abandonada, afectada o deformada, nos lleva a la conclusión, inequívoca, de que vivimos en una sociedad donde el patrimonio construido no tiene un justo valor.

Por otro lado queremos mostrar que la ciudad si tuvo unas reglas de crecimiento, que en muchos casos fueron disimiles, opuestas, azarosas, y predeterminaron una ciudad sin forma. En la Historia de Caracas a través de sus planos, mostramos que a partir de la lógica del damero fundacional, se evidencian operaciones urbanas y arquitectónicas que permitieron que el damero fuera abandonando en el tiempo. De igual forma la guía permite leer en la arquitectura de Caracas las transformaciones tipológicas, urbanas y estilísticas que se han producido desde la Catedral de Caracas hasta edificaciones contemporáneas.

Si existe una ciudad privilegiada geográficamente, que necesita desesperadamente ser comprendida, retomar su brillo y ser consciente de su belleza innata e indestructible, esa es Caracas. Santiago de León de Caracas siempre estuvo mirándose en el Ávila, sintiendo el mar, siendo caribeña. La presencia del Ávila es, y sigue manteniéndose como el principal elemento geográfico y paisajístico de la ciudad, hasta el punto que todas las bondades de nuestra ciudad a veces solo parecieran tener explicación por su presencia. Si la montaña no existiera no tendríamos un clima privilegiado, de temperaturas agradables, vientos constantes, un sistema autolimpiante de quebradas, un marco geográfico abrumador que es referencia permanente en todos nosotros y cuya naturaleza cambiante no deja de sorprender.

Por ello nos preguntamos: ¿Es justo dejar que todas las virtudes y la belleza de Caracas descansen solo en El Ávila, y no emprender acciones para construir obras de calidad, y a la vez rescatar, enaltecer y valorar el patrimonio construido?

La capital que una vez estuvo volcada al futuro, optimista, moderna, y fue un emblema sudamericano en los años 50, gracias a la renta petrolera, hoy se encuentra fuera del panorama latinoamericano y mundial, señalada como una urbe caótica, maltratada, insegura y rezagada en la construcción de proyectos urbanos innovadores y transformadores, sin políticas públicas que promuevan el interés en ella. Una ciudad casi invisible, carente del pujante desarrollo de otras urbes latinoamericanas y que luce a veces ingobernable, e indescifrable.

Resulta útil entonces mirar a Caracas a través de esta guía, como una herramienta que muestra un relato de un proceso, abierto, dinámico, complejo, donde Caracas se mueve, se redefine, y que condensa una forma de relectura, útil a propios y visitantes, que valora el pasado, evidencia el presente y delinea su futuro. El libro pretende mostrar los valores de Caracas, como una ciudad poco conocida íntimamente. Es un libro completo de la “arquitectura de la ciudad” que aspira ser de utilidad, tanto para un lector no profesional como para arquitectos y urbanistas, que hallarán allí tanto anécdotas como descripciones geometrías y fotografías de hermosos espacios.

La publicación es también es cierta forma nostálgica: incluir fotografías históricas de nuestro pasado aspira ser un referente para lo que podría ser esta ciudad en el futuro. Pero también para mostrar a manera de ejemplo, el brillo que Caracas tuvo como ciudad moderna, donde el espíritu de renovación y la capacidad de riesgo pusieron a la ciudad en el mapa mundial de la arquitectura y vanguardia internacional.

No podemos dejar de mencionar que la guía tiene como objetivo que quien la lea se sienta orgulloso de su ciudad, y conozca los nombres de aquellos arquitectos y profesionales que la han materializado como una urbe compleja, heterogénea e inmersa en un potente marco geográfico y paisajístico.

Si logramos que no solo los arquitectos y los urbanistas, sino los ciudadanos, que aman la ciudad, tomen la Guía como referencia y usen su plano para pasearse por ella y redescubrirla (como sabemos que muchos ya lo están haciendo); si logramos que algún dirigente, gobernante o legislador utilice guía para poder entender Caracas un poco más y así poder emprender las transformaciones profundas que necesita, entonces nos sentiremos satisfechos de nuestra labor como arquitectos. Nos habremos acercado con éxito al ciudadano y al gobernante para mostrarle la ciudad.

Ustedes, sus lectores, serán los jueces que determinarán si los autores hemos sido capaces de explicar a través de este libro, el alma de Caracas, para poder reencontrarnos con ella y convivir en productiva paz y estimulante placer.

(1) Federico Vegas: “Sobre los viajes y los dibujos de los arquitectos”. http://prodavinci.com/2014/11/26/artes/sobre-los-viajes-y-los-dibujos-de-los-arquitectos-por-federico-vegas/
(2) Muchas obras de calidad que se registraron y fotografiaron, quedaron fuera de esta guía por razones de espacio. Sin embargo aspiramos a seguir con esta labor y que puedan aparecer en futuras ediciones o en otros formatos.

Arq. Iván González Viso

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2 thoughts on “Presentación de la Guía de Arquitectura «Caracas del valle al mar»

  1. ¿cómo hacer para conseguir el libro, cuando no se vive en Caracas, y cómo hacer para pagarlo (si es posible a crédito, o si es muy alto a plazos)? .
    gracias y saludos . CAV-484

  2. Hola, se consigue en las librerías EL Buscon, Lugar Comun y por Amazon, venta por el autor.
    Saludos

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