“Bosque urbano El Porvenir”. La “Acupuntura Citadina” como método de promoción de la calidad de vida de las metrópolis

En La Campiña, Caracas, fue inaugurado en noviembre de 2013 el Bosque Urbano “El Porvenir”, para el disfrute de los caraqueños. Este espacio de 4.100 mts2, cuenta con una fuente de chorros de agua sincronizados con un ambiente de música instrumental venezolana, iluminación, mesas, bancos, bebederos y otras dotaciones que lo convierten en un oasis en medio de la ciudad.

BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2013.

BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2013. Visual general del área activa del parque. Nótese el adoquinado análogo al utilizado en el Bulevar de Sabana Grande (fácil de cambiar sin destruir el pavimento ni su trazo), el banco diseñado para el Bosque, la escultura amarilla de Colette Delozanne, el mural petrolero del artista Ernesto León, los “puffs” de piedra artificial, las plantas y el verde urbano.

Nuestra capital, Caracas, bien por su tamaño, por el número de sus habitantes; y, sobre todo, por la complejidad de su entramado urbano y social, al igual que la mayoría de las grandes ciudades en el mundo, eliminó en su proceso de densificación urbana, la gran parte de sus espacios verdes, para sustituirlos por edificios, centros comerciales, estacionamientos; e, incluso, por fábricas o áreas residuales (para basureros, desechos mecánicos, enormes depósitos de autobuses y maquinarias, etc.)

Por ello, para nosotros era un requisito fundamental cumplir con el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, específicamente el Objetivo 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles, que incluye: “realizar inversiones en transporte público, crear áreas públicas verdes y mejorar la planificación y gestión urbana de manera que sea participativa e inclusiva”, de esta forma contribuíamos con el ambiente , a través de un sitio que, como en su momento expresara: “No es solo un área lúdica, ni un área deportiva, sino un espacio para la contemplación y el disfrute, en donde cada uno de los elementos han sido considerados para llamar al intercambio y al encuentro”.

En tales situaciones, la pretensión de destinar grandes espacios en el centro de la ciudad a parques, se hace muy cuesta arriba; de allí, la necesidad de identificar, a través de una búsqueda concienzuda y con la participación de los ciudadanos, los mas mínimos recintos o áreas que puedan ser destinados al verde urbano. Por tal característica, este minucioso rastreo ha sido llamado en urbanismo como “acupuntura” urbana o citadina.

BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2013. Área denominada “pasiva”. Nótese la superficie de madera o “deck” aéreo para la protección de las plantas y árboles; el mural abstracto de Josefina Rondón y los grandes árboles y plantas tropicales originariamente sembradas por el guarda bosques Armando Báez.

En esta oportunidad, queremos contarles otra de nuestras experiencias como Gerente de la institución cultural “PDVSA La Estancia” (2005–2014), en un espacio que encontramos destinado prácticamente al depósito de un viejo parque infantil, en el que, no sólo los niños brillaban por su ausencia; sino que, eventualmente en su juego, eran “acompañados” por una destartalada sede de la antigua Policía de la ciudad y nada mas.

Explicación por parte de Beatrice Sansó a las comunidades y ciudadanos en general del Proyecto BOSQUE URBANO RL PORVENIR: “ES UN ÁREA PARA EL DESCANSO, PARA LA CONTEMPLACIÓN, PARA EL ENCUENTRO, PARA EL SILENCIO Y EL DISFRUTE”.

Con la intención de construir una típica área lúdica, que era su esencia originaria, fuimos adentrándonos en el terreno, para descubrir felizmente que el mismo se extendía hacia uno que le era colindante, aunque estaban separados entre sí, por una calle por donde atravesaban los vehículos. Este otro, estaba cerrado de forma perimetral por una reja, y hacia sus adentros se divisaba un conjunto de árboles y plantas de tanta frondosidad que impedían tener de él una visual completa y nítida.

Nos llamó la atención que, un espacio residual como ese, se hubiera mantenido en los años, ¡como un bosque en plena ciudad!

Mientras realizábamos nuestro acostumbrado diagnóstico arqueológico y social, se nos acercó un señor de mediana edad, muy bien educado en su lenguaje y formas, quién, preocupado nos preguntó, si pensábamos echar abajo todo y hacer alguna gran construcción. Se llamaba Armando Báez y era el “guarda parques” del espacio, como él se auto denominaba, aunque no llevaba identificación alguna, ni parecía representar a ninguna institución municipal. Nos contó que vivía en ese sitio arbóreo desde hacía 20 años, y ocupaba una pequeña casita de materiales de residuo, lo que nos extrañó, hasta que, nos aclaró mas tarde, que de joven había sido echado de su casa ubicada por la zona (la cual estuvo caracterizada por muchos años como destinada a altos grupos sociales), por problemas familiares. Allí se había instalado, dedicándose a conformar un hermoso jardín, por lo que, con el tiempo y su entrega, crecieron plantas tropicales, y se mantuvieron los árboles centenarios, de mucha sombra, de los que conforman y caracterizan el patrimonio de nuestra Caracas.

El custodio nos aceptó su designación formal como guardabosque del espacio y nos permitió, acompañados de los debidos permisos municipales, que derribáramos la cerca que lo rodeaba, encontrándonos así con un paisaje cuasi selvático, con frondosos árboles de los que pendían largas lianas y enormes hojas en todas las posibles tonalidades de verdes.

Decidimos hacer de ambos espacios, uno solo, nivelando el segundo con el primero, para peatonalizarlos. De una parte, estaría el parque infantil; cerca en el mismo terreno, la sede renovada de la Policía; y, del otro, el bosque con la nueva casa de su guardián.

A un lado de este gran espacio, había sido construido un edificio de vivienda popular, de los que conformaron los desarrollados por la llamada “Gran Misión Vivienda Venezuela”, que tendrían en el parque su espacio natural para el juego de sus niños, la recreación y el descanso productivo y solaz de los jóvenes, trabajadores y adultos mayores.

Los condóminos de este edificio, así como, los habitantes de las zonas circundantes participaron con nosotros en todas las fases de nuestro proyecto.

Las características de nuestro “Bosque Urbano” y de su construcción son:
Objetivo

Ofrecer a residentes y visitantes un espacio relacional destinado a la recreación y la contemplación de especies botánicas y aves, así como, obras de arte, en pleno corazón de la ciudad (“un bosque de adscripción urbana”);

Historia
• De las investigaciones históricas y arqueológicas, se pudo identificar que entre 1879 y 1890, el área del parque fue un camposanto que servía al otrora antiguo caserío rural de Sabana Grande (lugar donde iban los caraqueños a “temperar”), actual Parroquia El Recreo de Caracas (1,5 Kilómetros rehabilitado por nosotros en 2011). En 1940 fue transformado en Parque La Florida para el esparcimiento infantil, hasta que fue abandonado en los años 90.

• En 2012 dimos inicio al respectivo Proyecto de Rehabilitación.

El área
• El espacio actual constituye un equipamiento para la ciudad sobre un terreno de 4.100 m2, producto de la integración de sus dos parcelas originales, previamente separadas como compartimientos estancos, mas la calle que les servía de separación.

• En el espacio se generan dos usos definidos: un área pasiva que incorpora una zona de 350 m2 de “decks” de madera o caminerías flotantes, que no sólo resguardan el patrimonio ambiental, sino que permiten el uso y el caminar por la misma. Y un espacio activo, donde se encuentra la fuente lúdica de chorritos de agua que salen al azar del suelo, el novedoso mobiliario urbano conformado por 3 grandes “puffs” de piedras artificiales colocados sobre los 480 m2 de grama sembrada al efecto y 100 metros lineales de largos bancos ondulantes de madera y cemento (cuasi aéreos) que circundan dicho espacio, los elementos infantiles y una superficie adoquinada de 1400 m2.

• Ambas áreas (pasiva y activa) cuentan en sus muros de linderos de 665 m2, con sus respectivos murales urbanos; la primera, con un paisaje vegetal abstracto de Josefina Rondón, cuyos colores quedan enredados con los tonos distintos de los árboles, helechos y lianas de la misma; y, en la activa, la escultura amarilla original de Colette de Lozanne, que con sus características torsiones, pareciera un tronco mas de los tantos árboles allí ubicados, éste dotado de orificios que permiten el juego del sonido y la visual de la imaginación infantil; y el mural petrolero de Ernesto León, donde nuestra gente puede identificar las grandes torres repartidas en manchas de colores, listas para su explotación a favor del pueblo venezolano.

• Cuenta con una fuente interactiva de 55 m2 de extensión a nivel del suelo, con chorros de agua sincronizados y ambiente musical, que, junto al paisajismo, ofrecen una experiencia única y multisensorial a los visitantes.

BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2013. Véase la fuente a nivel de piso con “chorritos” para el juego, bancas largas para el descanso y la contemplación, reja en forma de matas de bambú, mural petrolero del artista Ernesto León.

• Se realizó la reconstrucción de las casetas de policía, agregándoles todos los servicios internos y para el público.

• Se construyó una casa para el guardabosque dotada de todas las facilidades, y ello, en el sitio original que el mismo utilizara, es decir, en el espacio pasivo del parque, absolutamente en concordancia con la vegetación circundante y con el acceso al cuido de la misma.

• Se agregaron teléfonos públicos, sistema de wifi gratuito, estacionamiento para bicicletas, rejas perimetrales con diseños ornamentales con forma de hileras de bambú, toma de agua para pájaros, basureros para los residuos de los perros, bebederos y un sistema de proyección para películas al aire libre.

El Proyecto
• El denominado “Proyecto de Rehabilitación Integral” incluyó investigaciones históricas, urbanas y arqueológicas, dentro de su Diagnóstico Preliminar.

• La investigación permitió identificar su carácter patrimonial (histórico, arqueológico y botánico).

• Se realizó un inventario y una catalogación botánica de la flora existente, constituida por especies de tallo delgado y plantas arbóreas altas, tales como: Araguaney (árbol nacional venezolano), Búcaro, Ceiba y plantas ornamentales: Azalea, Cayena y Jazmín.

• A través del trabajo de arqueología, se identificaron y codificaron construcciones soterradas, así como, también, restos de objetos, animales y vegetales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

• Los restos ubicados estaban asociados a los distintos usos del parque durante el tiempo, así, cementerio, posterior terreno baldío y parque infantil.

• Se llevó a cabo la museografía del muro perimetral original del antiguo camposanto, una reja ornamental y dos farolas, que se colocaron a la vista de todos.

BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2013. Véase a Beatrice Sanso presentando reja principalen forma de matas de bambú.

• Se liberaron los espacios, se demolieron las ruinas no patrimoniales y se reubicaron los usos.

BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2013. Nótese el mural petrolero del pintor Ernesto León, los “puffs” de piedra artificial sobre la grama sembrada, el banco largo en forma de hilera, los árboles.

BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2013. Obra de la artista Premio Nacional de Artes Plásticas Colette Delozanne.

El Bosque, hoy reconocido como patrimonio urbano en los catálogos del Instituto de Patrimonio Cultural Venezolano, se puso de inmediato en uso social, a través de muchas y diversas actividades, como talleres de yoga, ferias, jornadas de vacunación, cine y teatro al aire libre.

YOGA EN EL BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2014.

YOGA EN EL BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2014.

CONVERSATORIO BAILABLE EN BOSQUE URBANO EL PORVENIR — 2014.

Hoy día los niños de la zona a la par que juegan con el mobiliario lúdico, se mojan mientras saltan “de chorrito a chorrito” a la par de la música infantil que la misma brinda; los jóvenes trabajan con su wifi, seguramente, preparan sus tareas o recopilan información para las clases siguientes; los movimientos del yoga y vaivén de las hojas acompañan el sonido de las voces de quienes preparan la colocación de la última película de algún festival de cine al aire libre para el disfrute de todos.

El “Bosque Urbano El Porvenir”, que lleva el nombre de la calle aledaña, mira justamente a eso, al futuro, a la mejora en el corto tiempo de sus zonas circundantes, para que, como “el punto y círculo” en la urbanística, vaya expandiendo sus efectos a través de ondas repetidas hasta abarcar, ya no el área activa o pasiva de su equipamiento, sino mucho mas allá de ellas, de forma que, como un telar, se vaya tejiendo para los caraqueños mas y mas espacios de calidad, para el encuentro, para la recreación, para la vida.

Tomada de:
https://beatrice-91993.medium.com/bosque-urbano-el-porvenir-87e9a304ab6