Gimnasio Cubierto de Barcelona y Gimnasio Cubierto del Complejo Deportivo de Maracaibo

Preparando mi conferencia DISEÑO ESTRUCTURAL Y TECNOLOGIA PARA EL HABITAT, dictada el 01-07-2014, en el Auditórium CARLOS RAUL VILLANUEVA, en el marco de la Trienal 2014 de la Facultad de Arquitectura de la UCV, hice una reflexión sobre la importancia que tiene la forma de construir y la tecnología que es posible utilizar en la ejecución de las obra. Tome la iniciativa de analizar los artículos de las obras Gimnasio Cubierto de Barcelona y Gimnasio Cubierto del Complejo Deportivo de Maracaibo, publicados hace más de 40 años, obras que hoy considero como Contemporáneas y que marcan una época de investigación, desarrollo y puesta en marcha de soluciones no convencionales para resolver cubiertas de grandes luces; este análisis me ratificó, una vez más, que ambos proyectos fueron producto de un proceso de diseño y desarrollo, en el cual participamos los profesionales que integrábamos el equipo de proyecto, con un enfoque único y coherente entre sí, para lograr un solución integral, que hizo posible su puesta en obra tomando en cuenta los factores que determinaron la razón de ser de ambos proyectos. Aprendimos juntos y a mí me tocó la responsabilidad de aprender haciendo, poniendo en práctica alternativas no convencionales en nuestra industria de la construcción en Venezuela.

Me he tomado la libertad de anexar comentarios y gráficos a los artículos originales, haciendo hincapié en la experiencia de la puesta en marcha de la construcción de ambas obras, con el objetivo de hacer más comprensibles los factores que influyeron en tales experiencias.

A continuación los comentarios:
1. La primera experiencia, Gimnasio de Barcelona, nos permitió comprobar los supuestos para la ejecución de una malla tensa, de doble curvatura, mediante el tensado de una malla de cables portantes y tensores de curvaturas cóncavas y convexas, respectivamente, que nos hizo posible caminar sobre ellas haciendo uso de tablones de madera, por lo cual en manera sencilla, pudimos hacer el montaje de la parte inferior de la cubierta, conformada por láminas de acero galvanizado, que se colgaban de la red de cables haciendo uso de alambre galvanizado; estas laminas eran similares a las que en ese momento se utilizaban para fabricar los avisos publicitarios, solo que eran de un espesor de 1,1 mm, cuyas bridas de borde se usaron como nervios longitudinales, para unir el conjunto de láminas a la red de cables mediante el alambre galvanizado. El ancho de las láminas, 40 centímetros, permitió con facilidad adaptar el conjunto de láminas a la curvatura transversal de la cubierta, de forma convexa. Longitudinalmente las láminas se utilizaron en largos variables, de uno a tres metros, lo que permitió ajustar el conjunto de láminas a la curvatura cóncava longitudinal, de la red de cables. De esta manera se conformó el acabado inferior de la cubierta

2. La experiencia de haber construido la estructura de soporte central de la cubierta del Gimnasio de Barcelona en concreto armado vaciado en sitio, puso en evidencia que, siendo un método convencional y posible de ejecutar, requería de una participación de mano de obra y materiales, y de controles excepcionales, lo que nos hizo avizorar en la segunda experiencia, Gimnasio de Maracaibo, otra alternativa: diseñar un arco de acero, conformado por una estructura espacial en base a tubos de diámetro hasta de 30 cm, de 12 mm de espesor.

3. En la experiencia del Gimnasio de Barcelona el espacio sobre las láminas de la cubierta se rellenó con bloques prefabricados de concreto liviano poroso, de 4 cm de espesor, con un peso de 16 kg/ m2; en el Gimnasio de Maracaibo, se sustituyó por láminas de estiropor de 4 cm de espesor con un peso de 1 kg/m2.

4. Para el montaje de ambas cubiertas se contó con la participación de 24 personas, mano de obra no especializada, que bien dirigida y coordinada hizo posible realizar todo el trabajo, 5.000 m2 de cubierta, en veinte días.

Hoy en día, años después de estas experiencias, estoy convencido de lo leído en el libro «La Revolución de la Esperanza», de Erich Fromm: «no se puede ser adivino, pero si se puede captar el presente en su estado de gestación». Yo agrego: con tenacidad, esperanza, constancia y honestidad podemos alcanzar logros para bien de la comunidad a la cual servimos.

A los jóvenes en formación quiero decirles: son ustedes los llamados a superar lo que las generaciones anteriores hemos logrado, con conocimiento apropiado, apropiable y luchando juntos, podrán soñar, soñar en grande para alcanzar la justicia social que es un derecho inalienable de la mayoría.

José Adolfo Peña U.
Caracas, 17 de julio de 2014

Gimnasio Cubierto de Barcelona