Así lo aseguró el Arq. Tomás Martínez, Miembro del Comité Temático del Colegio de Arquitectos de Costa Rica y Coordinador del Proyecto de Fortalecimiento de la Gestión Pública Urbana, de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del Instituto Tecnológico.
El crecimiento acelerado de la flota vehicular privada se ha encargado de agravar el problema de movilidad que atraviesa el país, con ello se expone la principal necesidad de las ciudades: un sistema integrado de transporte público masivo.
Como efecto de esta problemática, se ha desencadenado de forma paralela una serie de inconvenientes, como: contaminación, accidentalidad, economías urbanas y pérdida de tiempo personal y laboral, variantes que en conjunto crean una baja en el índice de competitividad.
“La población ha aumentado su nivel de ingreso. Normalmente cuando los países de primer mundo aumentan su nivel de renta, adquieren más vehículos pero también invierten en sus calles y transporte masivo. Aquí vemos más adquisición de vehículos y menos inversión en red vial, en atención y mantenimiento al transporte público”, expresó el Arquitecto Tomás Martínez Baldares, miembro del Comité Temático del Colegio de Arquitectos de Costa Rica (CACR).
Uno de los errores más grandes ha sido desarrollar un modelo de ciudad que separa los usos con formatos de muy baja densidad, lo que provoca que la ciudad esté muy dispersa en el territorio y sea poco rentable para el transporte público masivo, que basa su factibilidad en la densidad concentrada de pasajeros.
Con ello se crea así un círculo vicioso, entre: separación de uso de suelos, facilidad al ingreso y comercialización de vehículos y poca inversión en transporte público. Esos tres factores juntos crean la problemática.
Sistema integrado
Los autobuses realizan aproximadamente 1,2 millones de viajes diarios en el Gran Área Metropolitana, por ende es un medio fundamental que se debe considerar en un sistema integrado, pero no el único.
De acuerdo con el Arq. Martínez Baldares, el sistema debe involucrar ciclovias, estaciones de tren, accesos peatonales, entre otros aspectos que integren un enfoque sistemático.
“Es común que las personas reconozcan los problemas causales, por ejemplo las presas, el congestionamiento y el mal uso del suelo. A partir de eso es común escuchar que ampliar las vías y construir más carreteras es la solución, sin embargo eso no es verdadero, se debe primero conocer la problemática desde sus causas, efectos y opciones reales de intervención”, explicó el Arquitecto Martínez.
Hacia una movilidad activa
Lo principal en un buen sistema de movilidad es enfocar las soluciones en los ciudadanos, priorizar las necesidades de las personas. Para el arquitecto, la solución al problema que vive Costa Rica es clara, sin embargo hay que estudiar modelos de gestión de infraestructura, ya que no deja de ser importante.
“Yo creo que aquí el principal aspecto es que los planes reguladores urbanos deben tener una propuesta de movilidad, se debe tratar de aplicar un concepto actual denominado “Desarrollo Urbano Orientado al Transporte”, que busca justamente eso. No se puede separar la planificación urbana de la movilidad y aquí no hay una visión que vincule estos dos conceptos”, agregó el Arq. Martínez.
La buena distribución de los suelos es esencial, ya que se deben construir áreas en donde no sea necesario ir muy lejos para satisfacer las necesidades básicas de los ciudadanos.
“La priorización de los desplazamientos peatonales y de los transportes públicos masivos es un punto importante en la movilidad; también la importancia de la restricción de vehículos privados. No se puede hacer restricción vehicular si no se aumentan las opciones de trasporte público, porque la gente toma dos caminos: o compra dos vehículos o hace un recorrido más largo para evadir la zona de restricción, produciendo más emisiones. El tema de transporte público siempre será un eje central”, aseguró el experto.
Movilidad activa: beneficios tangibles
Una buena movilidad provocaría beneficios económicos y sociales, habría más personas viviendo en las zonas centrales de las ciudades.
“Si se hace un buen plan de movilidad empezamos a mejorar las condiciones ambientales de los centros, impulsando el interés en vivir en áreas centrales, reduciendo las necesidades de vida, reduciendo la economía de viaje y fomentando la imponencia de empresas en las áreas centrales de las ciudades”, agregó.
La movilidad articulada con construcción sostenible puede llegar a reducir hasta un 45% o 50% las emisiones de carbono, sin embargo los asentamientos están creciendo hacia donde no deberían, lo que también detona el mal sistema de movilidad.
Claves para mejorar la movilidad
Cinco prácticas que se deberían de implementar en Costa Rica para empezar a minimizar el problema de movilidad:
• Elevar el tema a una plataforma abierta y pública como lo es el Congreso de Arquitectura que realiza el Colegio de Arquitectos de Costa Rica.
• Incentivar a que los profesionales planteen soluciones.
• Identificar las buenas prácticas del exterior y los proyectos que están en proceso, para hacer un estudio de cómo se pueden implementar en Costa Rica, debatirlos y analizarlos.
• Articular un conjunto de acciones prioritarias que pueden ser trasladadas a las políticas de gobierno.
• Asumir prácticas profesionales alineadas a los modelos idóneos de movilidad.
Fuente: Arq. Tomás Martínez.
Información enviada por:
Cacr Comunicacion
cacrcomunicacion@cfia.or.cr