Casa Uanadi 355

Arq. Jesus Tenreiro Degwitz
Coherencia Obra_ Arquitecto

Maestría en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo
Sector Historia y Critica de la Arquitectura
Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Universidad Central de Venezuela
Taller de Restauración I
Profesora: Arq. Nelly Del Castillo

Cursante: Arq. David Moreno Altmiks
Caracas 12 de febrero de 2015

AGRADECIMIENTOS
A mi madre ausente

A Dios Todopoderoso a mi padre por su apoyo constante, a mis compañeros de curso quienes con su jovialidad, disposición e intercambio intelectual hicieron posible ampliar mi visión sobre el tema planteado en la investigación.

A la profesora Nelly del Castillo quien con su entusiasmo y dedicación por la materia logró inculcar la pasión por descubrir, indagar y por encima de todo perseverar en la búsqueda de la información requerida para la elaboración de este informe.

A la Arq. Ana de Tenreiro, viuda del finado Jesús Tenreiro y a su discípulo y colaborador el Arq. Rafael Urbina quienes amablemente contribuyeron con las entrevistas, suministro de información original y acceso a los archivos personales del arquitecto así como a fotografías y entrevistas de incalculable valor para la realización de la presente investigación.

A los propietarios de la Quinta Uanadi, la Sra. Mary Galarraga y su esposo el Sr. Alfredo Medina, piezas claves en el desarrollo de esta investigación, quienes amablemente accedieron al levantamiento y registro fotográfico de la vivienda y al suministro de información fotográfica y documental del inmueble en cuestión.

Al Arq. Víctor Sánchez Taffur, profesor de Arquitectura UCV/USB y colega, por permitirme la utilización de los levantamientos planimétricos realizados por los estudiantes de la Universidad Simón Bolívar Neilyn Almoguera, Daniel Martínez, Cesar Mendoza y Adriana Ruiz, en el marco taller que llevaba por nombre Jesús Tenreiro en la mencionada universidad en el año 2010 en Caracas, Venezuela.

A la energía cósmica y la meditación trascendente, herramientas con las cuales armonizamos el entorno y las circunstancias que posibilitan el todo.

A Claudia Montisci por su amor incondicional.

INTRODUCCION

¨El ladrillo me estaba hablando siempre, me decía estás perdiendo una oportunidad.¨
Louis I Kahn

Aproximarse a la comprensión del trabajo y obra del Arquitecto Jesús Tenereiro Degwitz, implica el acercarse a la personalidad del arquitecto, a través de ciertas complejidades desde el punto de vista operativo en lo concerniente a la investigación, por la escasa información documental pública, pero al tiempo que compleja, paradójicamente sencilla, dado que la personalidad del arquitecto, así como su presencia e influencia como docente en la actividad académica que ejerció religiosamente en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela en Caracas, han permitido conocer ciertos aspectos tangenciales y otros esenciales, transmitidos de forma oral a través de sus discípulos y de quienes le conocieron, rescatando en este proceso el sentido de ser del arquitecto y de cómo esa fórmula se traduce en la realización de su prolija producción arquitectónica de diseño, pero de escasa aunque trascendente edificatoria.

El testimonio oral de su viuda nos permite remontar dicha aproximación desde el sentimiento de lo íntimo, así como de las particularidades del arquitecto desde el punto de vista emocional, aunque al tiempo que concreto. Ana de Tenreiro, su compañera de vida hasta su fallecimiento en el año 2007, como profesional de la arquitectura al tiempo que esposa, le acompaño en el desarrollo del oficio, con la tenacidad y sagacidad de quien se sabe compañero de vida de un personaje de excepción, como bien lo menciona en la entrevista que le hiciéramos con ocasión del inicio de esta breve investigación que pretendemos se convierta en el punto de partida de una visión trans_generacional hacia la obra del arquitecto Tenreiro Degwitz.

Al hablar de trans_generacional, nos referimos al hecho de que han pasado ya ocho años del prematuro fallecimiento del arquitecto (con apenas 70 años de edad) pero a su vez ha pasado una generación entera, contemporánea con el arquitecto y la subsiguiente, en la cual estamos insertos, pero que no tuvo la fortuna de conocerle directamente, ni de ser alumno, ni amigo, ni nada, simplemente una generación de observadores silentes de una construcción mítica, que peligrosamente pudiese irse desvirtuando a través de este proceso de olvido.

El legado de la obra de Tenreiro es tanto real como interpretativo, sin duda la mezquindad con que se han tratado sus posturas teóricas y producción edilicia por parte de sus contemporáneos (y no solo en este caso particular) han creado un vacío entre la modernidad arquitectónica y el presente, ese vacío, que pareciera insalvable para la interpretación del arquitecto, tan solo ha sido mitigado someramente por Kenneth Frampton en su libro «Latin American Architeture Six Voices», y por el reconocido autor Hugo Segawa en su libro «Arquitectura Latinoamericana Contemporánea», así como en una decena de revistas, paradójicamente internacionales y algunas pocas nacionales que ya han corrido con la nefasta suerte del olvido.

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Desde la publicación en el libro «Caracas a través de su Arquitectura», de la Casa en Cumbres de Curumo (identificada como Wanadi en la mencionada bibliografía) y que es la vivienda que nos ocupa en este estudio, como parte de la investigación para la Materia Taller de Restauración I, enmarcada en la Maestría en Historia de La Arquitectura y el Urbanismo, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, mucho olvido ha transcurrido, convirtiendo la obra de Tenreiro_Degwitz en una especie de búsqueda inexorable, en la cual la mitificación del personaje ha jugado un importante rol al desvirtuar el carácter real de su arquitectura, que se inserta en ese vacío circunstancial aunque quizás provocado.

ANTECEDENTES BIOGRAFICOS
Jesús Tenreiro Degwitz (Valencia, Estado Carabobo, Venezuela, 9 de Abril de 1936 – Caracas Venezuela, 10 de Diciembre de 2007), fue un arquitecto venezolano. Figura emblemática de la arquitectura de este país, cursó la carrera de arquitectura en la Universidad Central de Venezuela. Durante su vida le fueron otorgados diversos reconocimientos a su obra: Premio IX Bienal Nacional de Arquitectura (1998); Premio Nacional de Arquitectura por el Conac (1991); Premio Sociedad Bolivariana de Arquitectos (1988). (Fuente: Wikipedia)

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Su hermano Oscar también arquitecto, en su blog personal intitulado «Entre lo Cierto y lo Verdadero», dice de su hermano en el articulo ¨Nuestra Caja de Dios¨.

«Jesús Tenreiro y yo veíamos la arquitectura de modo muy diferente, hasta antagónico. Lo he hecho notar en el pasado y lo digo hoy de modo más libre, porque a estas alturas de la edad y observando lo ocurrido en el mundo de la arquitectura, he podido entender mejor la importancia de la diversidad y la complementariedad entre los puntos de vista, las aproximaciones a la disciplina, de los diferentes arquitectos. Y la proximidad de sangre no tiene que ser unidad de puntos de vista, de posiciones ante el mundo, de modos de ver la vida. Lo podemos decir con propiedad quienes hemos sido padres de varios hijos.»
«Aparte de eso, Jesús y yo éramos diferentes porque él fue sin duda una inteligencia precoz, muy despierta y ávida desde que era un muchacho, mientras que yo he sido de desarrollo lento, más perezoso, más mecido por el deseo de vivir. Le interesaban cosas que normalmente están fuera de las preferencias de la infancia o la adolescencia, y yo viví esas edades casi como las vive todo el mundo. Precocidad que también se manifestó en su aproximación a la arquitectura y lo llevó a destacarse entre sus compañeros, ya desde los primeros años de carrera, de modo muy evidente. Ese rasgo, cuando se trató de la vida profesional, hacía difícil trabajar con él porque tendía a señalar opciones diversas con demasiada facilidad y a “regresar cuando los demás íbamos yendo”. Talento fácil y superior podría decirse, y sabemos que el talento a veces impulsa hacia demasiados sitios a la vez. La facilidad puede ser problemática. Esto me lleva a su modo de ser religioso, caracterizado por una búsqueda hacia lo más profundo del Misterio Cristiano, distante de lo piadoso. Ya desde su adolescencia tardía se separó de la práctica sin dejar de ser seguidor, desde la intimidad, del mensaje evangélico, que conocía en profundidad. Desarrolló así, por así decirlo, una cultura, una visión del mundo, estrechamente unida a la idea de la trascendencia, fundamento de su entusiasmo por la obra y los aportes de Carl Gustav Jung cuyo legado, que conoció en toda su extensión, era para él motivo permanente de estímulo. Casi como un culto que modeló sus puntos de vista, orientó sus preferencias y le sirvió de escenario a su mirada intelectual y afectiva expresada en juicios, conversaciones, observaciones sobre todo y todos que podía verse como un sesgo absolutamente personal. Eso lo convertía en guía, en apoyo, en reto porque sus juicios podían ser tajantes, para quien se acercaba a él buscando con sinceridad algún tipo de orientación. Facilitado por un constante preguntarse sobre finalidades, orígenes, razones para vivir, muestras de una intensa vida interior en la cual, volvemos a ello recordando lo que mencioné a propósito de Le Corbusier, el sentido de lo sagrado ocupaba un lugar principal. Rasgo que no podía pasarle desapercibido a Otto Lohner cuando decidió que ese feligrés de conversación estimulante podía ser el arquitecto de la Nueva Abadía Benedictina de Venezuela. Porque como sacerdote con raíces sólidas y amplia cultura sabía bien que reconocer la trascendencia, lleva consigo el respeto a lo ritual, manifestación humana que nos llega desde muy lejos. Y la casa del ritual es el templo.»

INFLUENCIAS UNIVERSALES
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Para hacer una precisión sobre los aspectos que influyen la obra de Jesús Tenreiro, se hace necesario e inevitable recurrir a condicionantes extra_arquitectónicas e intimistas que hacen presión sobre medio y las circunstancias propias, del yo, internas y hasta vivenciales que van determinando el desarrollo de su carácter y por ende de su obra, algo que podemos llamar coherencia individuo_obra_arquitecto y que en el caso de Jesus Tenreiro se establece como una progresión constante, se podría decir que cualquier proceso similar trasciende en todos los individuos, la diferencia es que en algunos este proceso se hace consciente y en otros no, simplemente hay quienes siquiera argumentan su existencia, pero otros, los desafortunados o afortunados quizás, lo convierten en razonamiento, en esencia y partir de allí establecen su estructura vital y su manera de obrar, es este el caso de Jesus Tenreiro.

Según palabras de su viuda:
«fíjate que tú me comentabas que había una coherencia entre la obra y el personaje, que tu intuyes porque no conociste y es así, yo siempre, y esto lo he conversado mucho con Rafael Urbina, que nosotros dos queremos escribir sobre Jesús, pero mis manos no quieren hacerlo, no pueden, es porque el pensamiento sobre Jesús no se ha cerrado pero algún día será» (*)

Evidentemente el pensamiento sobre un arquitecto no es posible cerrarlo hasta que no se comprenda el pensamiento inherente del arquitecto, pero el sentido de coherencia sin duda establece una estructura sobre la cual podemos avanzar para reconstruir dicha conceptualización pendiente. En ese afán por comprender y escudriñar el pensamiento muchas, pero al mismo tiempo pocas, han sido las aproximaciones realizadas, en su mayoría de forma simplista a la obra de Tenreiro_Degwitz. En primer lugar existe la tesis esbozada por William Niño Araque en el catalogo producido en el marco de la exposición «los signos habitables» organizada en 1989 por el Museo de Bellas Artes de Caracas, en dicho texto allí el arquitecto Niño Araque, en su siempre afanoso intento por estructurar la obra de los arquitectos de la modernidad tardía venezolana los encasilla como el producto de unas supuestas «escuelas» inexistentes, una fantasía que se estructura dentro de una genealogía que tiene como único padre a Carlos Raúl Villanueva y en ocasiones a José Miguel Galia según convenga el caso.

En el citado texto se esboza el concepto de «artisticidad arquitectónica» y que tendría, según Niño Araque, en Tenreiro uno de sus principales defensores lo cual, por demás absurdo es incoherente, ya que el planteamiento de una artisticidad arquitectónica en su solo enunciado admite una paradoja conceptual y casi secular y que no es más que engalanar bajo una terminología ornamentada, la sempiterna dicotomía sobre la arquitectura como razón artística o bien como producción racional funcionalista, sobre cuya razón disertaron importantes críticos del siglo pasado como Zevi, Pevsner, Benevolo y G.C. Argan.

Esa nostalgia clasificatoria por supuesto no ha conducido a nada, así como tampoco ha dejado nada positivo esa añoranza y endiosamiento hacia las figuras capitales de nuestra arquitectura y mucho menos la recurrente vinculación de la producción arquitectónica venezolana del siglo pasado con las corrientes europeístas influidas por la vanguardia de Le Corbusier, Walter Gropius o las americanas que sostienen como baluarte a Frank Lloyd Wright.

Para establecer un criterio inicial, en tanto análisis objetivo, debemos fundarnos contradictoriamente sobre la errónea hipótesis de que el arquitecto, en todo el sentido de su formación, es un estudioso, en mayor o menor medida, un estudioso y un intelectual, pero así como todo lo que se construye no es arquitectura, no todo arquitecto es arquitecto, existen pues arquitectos en todo el sentido de la palabra y por otra parte, individuos que asistieron a una escuela de arquitectura.

Ese sentido del arquitecto como intelectual juega un rol de suma importancia para la comprensión de la obra del arquitecto Tenreiro_Degwitz, esa insistencia constante e intelectual de definirse y definir su arquitectura como el umbral de lo arquetípico, desde su yo inconsciente, es lo que en definitiva estructura una discursiva racional y homogénea de su obra y que nos permite una herramienta precisa para aproximarnos con más claridad al pensamiento Tenreiriano.

¿Cuánto de olvido hay en el recuerdo? Nos preguntamos…… ¿Cuánto de falsedad evoca la nostalgia?

En efecto no es posible desvincular el análisis psicológico al individuo, como herramienta de aproximación al proceso de su creación, en una franca recurrencia la método de «las vidas de los artistas» de Vasari no queda otro remedio que evidenciar al hombre en sus circunstancias y como estas lo determinan.

Partiendo de la premisa que la historia es un constructo intelectual por lo que representa una paradoja la idea de analizar los hechos del pasado solo podemos recurrir a una idea de categorización filosófica y cultural del momento en que se desarrolla la obra arquitectónica, lo que piensa sobre la cultura y el cómo piensan los individuos de una generación vienen siendo las determinante que podrían establecer una visión complementaria a la tradicional y es la que precisamente nos conviene en esta aproximación biográfica_ arquitectónica de un personaje que comprendió su momento, se distancio intencionalmente de él y relego la producción de la idea arquitectónica a la estructura de conocimiento de su propio ser, de su psique, de eso que llama C.G Jung el inconsciente y lo arquetipal y por ende el constructo de los simbólico que hace trascender al individuo y su obra en su tiempo.

La visión del tiempo en el análisis de la obra arquitectónica de Tenreiro Degwitz, debe ser comprendida desde el anverso de la concepción tradicional de temporalidad, es lo atemporal lo que define sus estructuras de pensamiento y aproximación al proceso de diseño, y la comprensión del ser en su tiempo desarraigándose del mismo es al tiempo la circunstancia que le permite en su proceso creativo sortear todas las mentiras clasificatorias, dado que la idea del arquitecto, constructo inicial e intangible provienen de su inconsciente hecho consciente en una clara actitud de estar en disonancia de la intención del momento histórico que vivió , pero en completa sintonía por aquello que su ser le indica que debe ser lo concreto.

Partiendo de la premisa de que cada quien construye su mundo y unos cuantos lo hacen como una actividad consciente es que podemos comprender los tres grandes vínculos exógenos que estructuran el pensamiento universal de Jesús Tenreiro Degwitz y por ende de su producción arquitectónica.

En primer lugar, aunque sin orden de importancia esta la música, pero más que su música la influencia germánica por parte materna, esa que según palabras de su viuda, lo hacía disciplinado, metódico sin rallar en lo autocrático, es allí como definitivamente la tesis de la cultura y pensamiento definen al hombre y luego al arquitecto cobra importancia capital. Y a través de la música, particularmente la de Wagner, logra establecer aquellos vínculos inmanentes y no expresos que van filtrándose hacia la creación, su propio invento mítico y particular que se decantan en la unicidad de una arquitectura notable, así como en la autenticidad de su modo de ser.

«si algo que Jesús tenia realmente era su coherencia entre su vida…..su vida entera de hombre, de ser humano, con muchas cosas buenas como otras no tan buenas y con otras posiblemente no buenas, pero todo eso lo acepto en su vida como algo importante porque era lo que justamente lo hacía más humano, mas de ese ser alejado y que quería estar alejado de toda pantalla, de toda persona, eso que uno se hace persona, pero en apariencia y en su interior es otra cosa, el busco siempre ser autentico y por eso cuando se equivocaba, cuando el sabia que se equivocaba, él prefería decirlo y que la imagen que tu tengas de él, de héroe de gran arquitecto, no importa que se bajara con tal que pudiera acercarse a lo que realmente era su vida…..lo que él era»

Toda abstracción requiere de materia para ser constructo de lo ideal y es así como se aproxima a la obra de Louis Kahn, no es por azar, como señala Niño_Araque, sería una infamia otorgarle a Tenreiro una categorización referencial como producto del azar, en dado caso, se debería hablar de una identificación tanto con el personaje Louis Kahn, como de aquello construido de su obra conocida, no es una aproximación superficial la que hace Tenreiro a su obra, es una aproximación concienzuda que acompaña su razón de ser atemporal y desprejuiciada, evidentemente esencial que profundizo a lo largo de su desempeño profesional, con sus altos y bajos, en primer lugar mediante la copia inmadura y temprana como asidero intelectual y posteriormente desarrollando a través de lo simbólico su postura particular, constructo definitivo de su carácter y caracterización arquitectónica.

«hacer una obra de arquitectura para Jesús era una cosa tan seria y tan importante que el sabía que no podía perder el tiempo, eso pienso yo, para satisfacer los caprichos de una señora que quería que le hicieran esto u otra cosa en su casa, sino que él quería hacer algo que reflejara justamente su arte y la dedicación que le tenía a las cosas que él quería hacer, es por eso que hizo pocos edificios»

Parece confuso y realmente lo es y de allí que el descubrimiento de los textos de Jung se convirtieran en herramienta fundamental de la comprensión del hombre que hay dentro del hombre Tenreiro, de su rol fuera del tiempo y de su trascendencia a través de la producción de los símbolos que en definitiva son recurso final y permanente de lo que su obra significa dentro del marco de ese vacío finisecular en el cual y por circunstancias le toco vivir, pero que a través de una actitud coherente logro revertir para vivir en la suya particular.

Abadia

LA POSMODERNIDAD Y LO SIMBOLICO
LA ARQUITECTURA COMO ELEMENTO VINCULANTE DEL PENSAMIENTO

«La regla psicológica dice que cuando una situación interna no se hace consciente, ocurre afuera como destino, es decir, cuando el individuo permanece indiviso y no se hace consciente de su frente interno el mundo forzosamente debe actuar en el conflicto y ser rasgado en mitades de opuestos» C. G. Jung

La indivisibilidad del individuo es algo que es preciso destacar en Jesús Tenreiro_Degwitz y por ende en su constructo material arquitectónico, bien del mundo de las ideas, como del mundo material, ese ser indiviso y coherente logra estructurar su propio lenguaje y de esta manera el carácter simbólico que le otorga a su arquitectura, no en vano una clara actitud interpretativa del pasado, no como visión real, más bien como presencia onírica, le hace complementar su arquitectura con un repertorio forma y organización recurrente, repetitivo y estructurado a partir de la imagen que debe tener el edificio. La obra arquitectónica en franca contradicción con los preceptos racionalista no nace desde el propio objeto, nace del interior del arquitecto y lo carga de ideas recurrentes vinculadas a lo platónico, la verdad no reside en el objeto sino en la idea.

Toda idea se convierte en un símbolo y por ende en una forma, de allí que la visión espacialista del objeto arquitectónico reside en la esencia del significado que pueda transmitir el elemente y que se hace de los recursos que le brinda la materialidad constructiva para llevar a cabo todas las operaciones sutiles que permitan reflejar en la edificación la vinculación con su carácter a través de la construcción de un metalenguaje inherente a la materialidad pero que la trasciende a través del usos de los recurso externos del propio objeto y del propio pensamiento del arquitecto hacia la obra.

La aproximación del procedimiento de proyecto evidencia una clara postura hacia el empaque del edificio y el dominio del territorio, bien sea urbano o extra urbano y codifica con los vacios de las formas la ideas referenciales que quiere otorgar al entorno en una franca actitud de trascendencia del elemente y recurriendo incluso al repertorio de formas de la antigüedad clásica, estructuran un discurso de fragmentos coherente bajo la égida de una idea prístina, a fin de cuentas para Tenreiro la operación de hacer el edificio es la operación de construir un arquetipo, así como un elemento trascendente al tiempo y a su espacio, es una postura anversa al lenguaje arquitectónico que propugna el invento de la modernidad y supera la nostalgia retórica de la posmodernidad.

En ese franco deslinde de la visión sincrónica de la construcción de la arquitectura, el arquitecto se sitúa por encima de las catalogaciones, no podemos hablar aquí de una arquitectura expresionista, ni moderna, ni nada, simple y complejamente debemos destacar una arquitectura que ni siquiera es producto de su cultura, es más bien una construcción defensiva al producto de la cultura de las masas, que se presenta en franca contradicción con el ideal de lo que el imaginario colectivo establece como una edificación.

En su arquitectura hay ventanas pero no las hay, son vacíos, vanos, formas que se convierten en lugar, que refieren un franco hermetismo hacia el exterior y que hablan de una apertura interna, vivencia de la unicidad que evoca el carácter formal y otorga un valor simbólico al objeto penetrado, traspasado una vez el umbral de lo inexpugnable, se ofrece auténticamente al disfrute del individuo.

Su arquitectura desde fuera va cargada de señales de la que cada quien se apropia de manera particular, no hay categorías subyacentes más que la solemnidad del edificio monumento, bien sea este vivienda, monasterio, municipalidad, o institución, el carácter del edificio propugna su propia entidad y jerarquía, mas es posible en una simple operación de lectura saber de qué se trata el edificio haciendo el conjunto arquitectónico al tiempo que hermético amable para los individuos que lo habitan.

En ese afán categorizante de la historia de la arquitectura venezolana, si es que se puede hablar de tal cosa, la obra de Jesús Tenreiro le correspondió crecer en su momento más brillante con la categorización sincrónica que siempre pretende la academia y en ese afán se ha diversificado y desvirtuado la esencia de su obra arquitectónica, en pocas palabras, la posmodernidad venezolana, si podemos hablar de tal cosa, pretendió infructuosamente encasillar la obra del arquitecto y otorgarle la nefasta tilde de «regional», una posmodernidad regional. Simplemente esta obra no es categorizable ya que se sitúa sobre la modernidad, pero convive con los inventos retóricos que establece la crítica, pero en una franca actitud de deconstrucción del discurso que pretenden endilgársele.

«siempre digo que la vida de Jesús estaba llena de grandes amores, más que amores, admiraciones, admiraciones que el tenia por ciertos personajes, seres, artistas, por eejmplo cuando uno piensa en las preferencias de Jesús, las musicales, no realmente las preferencias del mundo, y su mundo estaba entonces de alguna manera relacionado con esa persona, sus gustos, entonces el amaba mucho a Wagner, la opera, la ópera alemana y partir de allí tu puedes encontrar una serie de músicos importantes, su ascendencia, su madre alemana, sus abuelos alemanes y sus abuelos españoles, así mismo para la música, así para la arquitectura el tenia sus preferidos, sus amores….Kahn, Mies, uno piensa entonces en Jesús y uno piensa que el tenia su entorno cultural propio pero no nacido de una discriminación cultural, sino por amor, porque le gustaba, le apasionaba, no solo la música sino lo que la ópera wagneriana encierra, naturalmente entonces uno comienza a ver esos grandes amores, en música, arquitectura, en la psicología arquetipal y lo que le paso a Jesús luego que conoció la obra de Jung, su vida cambio, no es posible encontrarse con Jung y encontrarse estático, y así con la filosofía…. Jesús era tremendamente diría yo discriminativo, el por ejemplo, admiraba a Platón, pero le hablabas de Aristóteles y si…está bien perfecto, pero ya más en su interior tras el conocimiento de Jung, el comienza a tolerar a Kant y de esa forma, su pasión por San Agustín sí, pero Santo Tomas no y así pues….el tenia sus preferencias y todo eso constituía un mundo alrededor de Jesús, por ejemplo Schopenhauer….ese si…..pero Hegel, no tanto….y si tú me dijeras si conocía a Jesús, te diría a Platón si pero a Aristóteles no tanto y eso dice mucho, porque creo saber de qué se trataba él a través de sus preferencias, de esos amores que profesaba….no fue un enigma, no tanto para mi… pero dime qué ser humano no es un enigma para otros.»

Y así es…un enigma, interpretar una arquitectura es cómo interpretar a un ser humano y en ese sentido la faceta indivisible a la cual alude Jung se hace consciente en Jesús Tenreiro que a través de su construcción intelectual como hombre, logro estructurar la indivisibilidad que le convierten en persona y allí su obra como una extensión de él y su mundo cultural propio, como el de cualquiera, mas este interpretado por su entorno a quien afecta de manera directa se hace inevitable, no se puede ser indiferente a él.

Así, entre el enigma y la individualidad florece la coherencia distante y alejada de su arquitectura, llena de amores subyacentes, obsesiones y hasta de prejuicios, pero quien no es un enigma como bien dice Ana…..

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LA OBRA
COHERENCIA OBRA_ARQUITECTO
QUINTA UANADI, CUMBRES DE CURUMO
CARACAS, VENEZUELA.

La casa mundo distante y cercano hogar de la intimidad se nos presenta con un carácter filiatorio, historia de hermanos, la vivienda de su única hermana es el lugar de las referencias, la experimentación y la libertad creativa. No hay mejor cliente que un hermano, es así, muchos lo hemos podido experimentar y este preciso accidente le permitió al arquitecto explorar en profundidad el universo íntimo de la creación del hogar, aun atado a referencias arquitectónicas ineludibles, las cuales tampoco pretende evitar.

Esta casa ensimismada se cobija bajo una sola cubierta piramidal de madera estableciendo así, desde su esencia estructural el sentido de lo íntimo como un constructo arquitectónico. El interior se presenta en lecturas sucesivas y ámbitos espaciales determinados por desniveles conjugados por la materialidad del ladrillo y una corona de concreto perimetral que se despega, dando paso a hendijas de luz y aire, ventilación cruzada como insistimos en llamarle, en este caso elevada entre lo funcional y lo poético.

Sendas cajas de luz flanquean el acceso de servicio, el más evidente pero anónimo al mismo tiempo, simplemente una puerta que conduce a dichos patios secos, injustificados en apariencia, pero esenciales para la vida interior de las habitaciones y los servicios, perfecto equilibrio entre espacios servidos y sirvientes.

El corazón de la casa es un eje estructurado a partir de los servicios que marcan precisa y racionalmente el sentido de cotidianidad, sin excesos y acompañando la razón estructural en base a los muros portantes de concreto armado que nacen desde el nivel intimo y que se insertan en las habitaciones, evidentes y desnudos.

Acceso principal y núcleo de circulación se destacan como elementos independientes y de iluminación, lámparas diurnas que estructuran el recorrido, pleno de detalles rudimentarios propios de la impericia de las arquitecturas primarias, artefactos útiles, presagios de lo simbólico, la escalera, es una escalera al tiempo que pieza arquitectónica, el acceso una reducción de porche integrado con servicio para la visita.

La casa se estructura funcional y espacial con base en dos ejes que se cruzan, uno de circulación, el otro de servicios y de allí se integran el resto de los ambientes, la cruz y el centro, principios posteriores exaltados en la tectónica del autor.

Es un cuadrado inserto en un rectángulo, la forma es esencial, la forma del objeto para su aproximación desde el entorno, el elemento como icono y los ojos de balcones, saltones y que arman su propia intimidad, esa que les vincula con el paisaje, el cerro El Ávila como telón de fondo que obliga al giro diagonal sobre el terreno. Interior y exterior se arman con espacios intermedios en los que predominan los vanos que más que ventanas, son elementos de madera, piezas, paredes transparentes que se despliegan y tamizan la luz, la casa oscura y bucólica es evocación del sí mismo, del lugar placido.

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REGISTRO FOTOGRAFICO Y PLANIMETRICO

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ANEXOS

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El ladrillo cocido de la fachada viene mostrando signos de deterioro por acción de la humedad, sobretodo en el sector NOR ESTE de la edificación que es el más expuesta a las inclemencias de la acción erosiva por lluvia.

El resto de la edificación en su exterior muestra signos de aparición del hongo típico en las estructuras de concreto en obra limpia, sin embargo el mismo esta siendo removido en la actualidad con «hidrojet» por parte de los propietarios del inmueble.

ANEXOS

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(*) Todas las citas (en negritas e itálicas) se refieren a la entrevista a la Arq. Ana de Tenreiro, realizada por David Moreno Altmiks en el marco del presente trabajo. Caracas, noviembre 2014, en la residencia del arquitecto Jesús Tenreiro.

2 thoughts on “Casa Uanadi 355

  1. Me parece excelente articulo. Nunca habia pensado que la calidad de un arquitecto dependia de su personalidad y de su intelectualidad. Me impresionaron las frases….LA ARQUITECTURA COMO ELEMENTO VINCULANTE DEL PENSAMIENTO……INDIVIDUO-OBRA-ARQUITECTO. Especialmente deseo felicitar a David Moreno Almiks por su excelente trabajo,el cual nos ha permitido a muchos cambiar la idea que teniamos muchos sobre la arquitectura y de la TRASCENDENCIA de las obras de los arquitectos.

  2. Me parece excelente articulo. Nunca habia pensado que la calidad de un arquitecto dependia de su personalidad e intelectualidad. Me impresionaron las frases..LA ARQUITECTURA COMO ELEMENTO VINCULANTE DEL PENSAMIENTO…..INDIVIDUO-OBRA-ARQUITECTO. Y especialmente deseo hacer llegar a David Moreno Altmiks mis felicitaciones por su excelente trabajo,el cual nos ha permitido a muchos cambiar la idea que teniamos sobre la arquitectura y de la TRASCENDENCIA de las obras de los arquitectos.

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