Queridos amigos. Hoy, 2 de julio del 2015 es un día muy especial para mí, ya que cumplo 45 años del comienzo de mi gran carrera. Les transcribo un trozo de mis Memorias que pronto saldrán al aire.
«Un día me enteré que estaban anunciando la creación de Parque Central, y tuve el feeling de que ese era mi futuro. Recordé que los Paneyko eran muy amigos de Rafael Caldera, y que éste le había regalado a su hija María (nuestros vecinos de Altamira 1950), en su matrimonio con Rudolph Schmidt, un precioso juego de té (rosa viejo y oro) de Rosenthal.
Paneyko me dirigió a Eduardo Ruan Santos, muy amigo de él y Gerente General del Centro Simón Bolívar. Cuando entré a su despacho estaba Gustavo Rodríguez Amengual, presidente del CSB (Temporada de Ópera del Aula Magna, 1960) y quien también –como yo– era miembro de la Asociación Venezolana de Conciertos (él presidente y yo bachiller). El encuentro fue increíble. Por tercera vez en mi vida, Dios me puso en el sitio correcto, a la hora precisa, el día indicado.
Gustavo me indicó que ellos no estaban desarrollando el proyecto, sino que habían contratado a la oficina de Siso & Shaw para tal efecto. De manera que, apertrechado con ambas tarjetas, me presenté en la oficina de estos arquitectos, en el edificio Angostura, al lado de la Policlínica Santiago de León. Me atendió Henrique Siso, y con tales ‘referencias’ no le quedó más remedio que decirme, bueno, ven mañana y harás una prueba de dibujo. Cuando volví, me mandó a hacer una sección de la parte baja de Parque Central (seis pisos) en escala 1:250. Curiosamente, esa es la escala en la cual mis alumnos terminan los planos generales de sus propuestas de diseño para la entrega final. Me dijo también que él se iba al Centro y que nos veríamos al final de la tarde.
Yo toda la vida he sido muy pirata dibujando. Todo lo hacía con una sola plumilla, si no alcanzaba la regla para trazar una línea, la completaba a mano suelta. Bueno, soy así.
Cuando Siso volvió en la tarde, vio la sección, no dijo nada, pero entonces yo le comencé a explicar todos los errores que había encontrado, ya que los planos habían sido dibujados por seis arquitectos que nunca tuvieron la preocupación de poner uno encima del otro sobre una mesa de luz, o en su defecto, como yo hago, pegarlos sobre el vidrio de la ventana, de manera de poder detectar las incongruencias. Comencé por decir que en este plano un hueco está dibujado en este módulo, y que en el otro está en el siguiente; que aquí la escalera no pasa debajo de esta viga, que yo no sé cuántos errores, por no coordinar lo que estaban haciendo. Siso me escuchó el relato completo, levantó la cabeza y le dijo a su asistente (Tony Blanco): mira, pásame a éste para diseño.
Cuando salí de la oficina fue indescriptible la sensación que tuve. Recordé lo que me decía el psiquiatra, que a uno le pueden abrir la puerta, y si uno no sirve, sale de nuevo. Pero si uno sirve, se queda. Y yo me quedé.
El 2 de julio de 1970 pasé a formar parte del equipo diseñador de Parque Central, y estaba todavía a la mitad de la tesis de grado. Había llegado a mi futuro. Se cumplía un año de la partida de Eduardo.
En este tiempo estoy actualizado y remozando la Iglesia de PC, proyecto de 1973. Hace 41 años.
Bueno…. y así fue».
Arq. Nicolajs Sidorkovs
sidorkovs@gmail.com
El equipo de la revista entre rayas felicita al Arq. Nicolajs Sidorkovs por cumplir hoy 45 años de fructífero ejercicio profesional. Hemos contado con el honor de publicar varias de sus obras, y sobre todo, de conocer toda la pasión que expresa por el quehacer arquitectónico. Larga vida profesional!