FEDERACIÓN PANAMERICANA DE ASOCIACIONES DE ARQUITECTOS. 1920-2020
La sociedad, el pensamiento, el humanismo,
la ética, el espacio, el habitar, la arquitectura
difusión, fraternidad, intercambio, superación, desarrollo, reconocimiento, encuentro,
pluralidad, convivencia, democracia, diálogo…
TODOS.
¿Qué significados puede tener una conmemoración?
Si nos atenemos a la definición del diccionario, sería: recordar, evocar, rememorar, y otros sinónimos.
Pero en este caso yo pretendo poner en valor la memoria.
Un buen amigo, colega, me decía, cuando hables en público, hazlo de pie para que te vean, habla claro para que te escuchen, y habla breve para que te aplaudan. Me disculpo porque no puedo ser breve, son 100 años, por lo tanto, no aspiro a que me aplaudan.
La fecha puede no ser exacta pero no importa, hace 500 años, sí en 1520, se dice lo siguiente, en una de varias versiones del origen espontáneo del nombre MONTEVIDEO
Monte vide eu (He visto un monte) – El nombre provendría de la expresión en portugués antiguo que significa «yo vi un monte», frase pronunciada por un marino anónimo perteneciente a la expedición de Fernando de Magallanes al divisar el Cerro.
500 años, cinco centenarios que hoy se integran con el primer centenario de nuestra Federación Panamericana.
Y no puede ser una mera casualidad que un grupo de visionarios imaginaran la constitución de la FPAA, iniciando con el Primer Congreso Panamericano de Arquitectos aquí.
Nuestros colegas seguramente soñaron y vieron el futuro, como dice Benedetti:
“Algunas claves del futuro, no están en el presente, ni en el pasado, están extrañamente en el futuro; el futuro no es una página en blanco, es una fe de erratas”.
Desde este Monte, se plantearon mirar hacia el norte, una confraternidad de arquitectos, FPAA vide eu, vislumbrando un continente a través del Cono Sur, pasando por los Andes, cruzando la Amazonia, y luego hacia el oriente el Caribe, regresando por la estrecha franja del continente central que comunica con el norte. “Todo un inmenso jardín, eso es América”, dice la canción. Con un sinnúmero de culturas afroindoiberoamericanas, en expresión de Carlos Fuentes, en donde los testimonios físicos del habitar se pueden estudiar, analizar, contemplar y vivir. Guaraníes, quechuas, incas, mapuches, aimorés, caribes, arawaks, cuevas, mayas, olmecas, aztecas, kukapás, sioux, cherokees, inuits, y muchos más.
El término panamericano también posee un profundo significado porque se refiere a una verdadera integración.
Hoy es imposible citar a todas la mujeres y hombres que han construido esta agrupación, ahí está la historia y el archivo en esta sede en la República Oriental del Uruguay.
Puedo ser injusto, porque si omito a tantos, ellas y ellos, de todos modos, tienen su justo lugar en la memoria colectiva.
Yo solamente llevo participando, 45 años, con algunas interrupciones, desde mi primer congreso panamericano en 1975 en Ciudad de México, y en adelante muy cerca de varios Presidentes, Secretarios y muchos amigas y amigos, a partir de 1988.
Podemos mencionar a quienes han dejado sus obras como Costa, Niemeyer, Lelé, Bo Bardi, Porto, Cravoto, Testa, Caminos, Pelli, Castillo Velasco, Dieste, Viñoly, Ott, Baracco, Salmona, Morales, Samper, Aravena, Sacriste, González Lobo, Barragán, Legorreta, Ramírez Vázquez, Quintana, Flores, Benitez, Marvel, Flores y Cobian, Pei, Rudolph, Jones, Wright, Kahn, Safdie, Cardinal, y otros, pero debemos hacer un homenaje a quienes han hecho esa otra obra, a quienes construyen estos espacios de encuentro, artífices de la integración, Lazo, Gautier, Norma, Casal Roco, Kneese de Melo, Serrano Camargo, Pereira, De Caro, Torres, Taylor, Mejía Andrión, Sifontes, Paredes, Peyrat, Rivero, Durand, Monti, Moraes mi Tocayo preferido, como también a quienes han sido celosos guardianes de la memoria, Igorra, Améndola, Stagno, Oliver, Olivera, y hoy Farfán y Articardi.
Enero 1916, Alfredo Campos propone en la SAU la celebración de los congresos para el progreso de la Arquitectura en América, y en 1920 se consolida la idea para convertir la iniciativa en el acto constitutivo como Federación Panamericana luego de seis congresos en La Habana en 1950.
Son miembros fundadores de la FPAA:
• Sociedad Central de Arquitectos, Argentina.
• Instituto do Arquitectos do Brasil.
• Sociedad Colombiana de Arquitectos.
• Colegio Nacional de Arquitectos de Cuba.
• Colegio de Arquitectos de Chile.
• American Institute of Architects, Estados Unidos.
• Sociedad de Arquitectos Mexicanos.
• Sociedad de Arquitectos del Perú.
• Instituto de Arquitectos de Puerto Rico.
• Sociedad de Arquitectos de Uruguay.
• Sociedad Venezolana de Arquitectos.
Si como dice Benedetti, el futuro es una fe erratas, tenemos una tarea, la de enmendar, reflexionando lo que en aquel presente en 1920 se ha ido construyendo.
Las aportaciones de las experiencias en materia de Arquitectura, y su estrechísima relación integradora con el Urbanismo, pretendiendo entender que los arquitectos no hacemos Arquitectura, es la Arquitectura la que nos hace arquitectos.
Y aquí es donde quiero hacer un llamado para imaginar como puede ser una nueva, una renovada Federación, que, si leemos con calma, se creó como una agrupación de asociaciones, pero conformada por individuos, con la siguiente reflexión que siempre me presta, o le robo, más bien dicho, a Einstein:
“Las sociedades, las agrupaciones, tienen menor sentido de responsabilidad que los individuos, pero se logra más con el trabajo conjunto e impersonal de todos”
Uno de los más preciados tesoros que tenemos en nuestra Federación, nuestra confraternidad, es el intercambio de experiencias, claro que hay éxitos y enseñanzas, pero la experiencia alguien la definió como una larga de errores, esos que son fuente de aprendizaje, muchas veces duro y doloroso, pero al fin siempre sirve para la superación.
Cuando hablo de errores puede parecer algo negativo u obscuro, pero pienso en las palabras de un poeta uruguayo poco conocido, Jorge Arbeleche:
“Hacer lo hermoso sobre todo lo muerto
Sobre lo oscuro edificar la luz Jugarse al fin el todo por todo
Juga la Vida y todo por el Hombre”
Uno de esos errores, se puede corregir, abriendo y fomentando la participación de las mujeres, urbanistas y arquitectas, conociéndolas, dándolas a conocer y reconociéndolas, que, si pensamos bien, en buena medida La Arquitectura, tiene un carácter femenino, porque nos acoge en los más bellos espacios habitables, como una abnegada y cariñosa Madre.
La mujer no está ni detrás ni adelante sino a nuestro lado, estemos al lado de ellas.
También procuremos la inclusión de los jóvenes, que, si establecemos adecuados canales de comunicación e intercambio, con un diálogo verdadero, nos podemos ganar su respeto a manera de consejo ancianos. Y no es que me sienta como tal, porque yo quisiera ser viejo para ser sabio, pero he de seguir siendo joven.
Jóvenes en formación, jóvenes en la práctica, jóvenes en el pensamiento, jóvenes en la conducción y liderazgo gremial. ¿Qué edad tenían nuestros hermanos uruguayos cuando fundaron la FPAA?
Aquí en este espacio se suman muchos años, pero muchas más experiencias.
Para finalizar, porque ya no debo abusar del uso de la palabra, quiero recitar a un ilustre antepasado de nuestro continente Nezahualcóyotl, el Rey poeta que expresó en su obra su extraordinario amor a la naturaleza y a la humanidad. Estadista que se ubica entre los más grandes gobernantes precolombinos, de enorme talento y sensibilidad estética, dotó a Tenochtitlán y Texcoco de palacios y templos, jardines botánicos, bosques, presas, diques, acueductos y zoológicos. Un arquitecto de América:
“Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano: el hombre”
yo agrego, a mi hermana: La mujer.
Muchas gracias por escucharme, thank you, mercì, obrigado.
Hoy no quisiera tener nombre propio, hoy solo soy arquitecto panamericano, “no soy de aquí, ni soy de allá”, y en rumbo a Lima, Perú, para escalar al Machu Picchu de los incas.
¡Larga vida a la FPAA!
Toño Gallardo Escamilla
Arquitecto. Consejero Vitalicio Honorario FPAA.
México – FCAM
Palabras expresadas en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de La República. Montevideo, Uruguay.
4 de marzo de 2020.