-Mahadev Raman, presidente de ARUP, apostó en el MDGAE de la Universidad de Navarra por medir la eficiencia a escala de la ciudad, no de un edificio
Pamplona, 27 de marzo de 2013. “En el campo de la sostenibilidad, los expertos no pueden lograr los mejores resultados sin el apoyo de autoridades, quienes pueden promover leyes para fomentar mejores prácticas. Deben trabajar conjuntamente”. Así lo afirmó en la Universidad de Navarra Mahadev Raman, presidente en América de la consultora internacional ARUP y profesor de la Universidad de Princeton, quien impartió un curso en el Máster en Diseño y Gestión Ambiental de Edificios (MDGAE) de la Escuela de Arquitectura.
En ese sentido, el especialista estadounidense mencionó el ejemplo de China: “Dadas las peculiaridades de su sistema organizativo -que presenta muchos inconvenientes en otros ámbitos-, toma las decisiones en un alto nivel y las lleva a cabo directamente. Como consecuencia, está avanzando rápidamente en el campo de las energías renovables”.
Mahadev Raman mencionó que en EE. UU. -y de forma similar en Europa- las emisiones de CO2 al medio ambiente corresponden en un 30% al transporte, en un 30% a la industria y en un 40% a la construcción. Con respecto a este último sector, destacó que los retos no sólo afectan a los nuevos inmuebles: “Se calcula que para 2050, los edificios que existen hoy supondrán la mitad de los que habrá entonces. Si no actuamos para mejorar su sostenibilidad, estaremos en una mala situación”.
Como solución, apostó por el diseño de construcciones neutras de carbono, que recurren a diversos sistemas para lograr un balance final cero de emisiones de CO2 a la atmósfera. En ellas destacó dos aspectos: “Por una parte, se trata de reducir las necesidades de consumo de energía para las actividades diarias (calefacción, refrigeración, electricidad…) y la otra es la generación de energía renovable, especialmente con dispositivos fotovoltaicos”.
Redes inteligentes en las instalaciones de las ciudades
“Lo primero es atender a las medidas pasivas, que tienen que ver con la buena orientación del edificio para maximizar la luz del sol, la ventilación natural… Después, hay que diseñar de modo eficiente los sistemas activos (iluminación eléctrica, aire acondicionado, calefacción…)”, indicó.
Con todo, recalcó la necesidad de plantear la eficiencia a una escala superior al edificio, pues consideró que “no es lo mismo que éste se sitúe en un entorno con alta densidad urbana que un área alejada de la ciudad, donde hay más espacio libre. Obviamente, resulta más fácil hacer un edificio de carbono neutro en el segundo caso, pero también este entorno requiere más el uso de vehículos por las distancias, lo que contribuye a la contaminación”.
Raman apostó por establecer estrategias en ámbitos como la ciudad, la provincia, o el Estado. Entre los casos de buenas prácticas, citó a California, que dentro de EE. UU. es el Estado “con los mejores estándares energéticos y que más fomenta las energías renovables”. Asimismo, añadió que en urbes como Boulder (Colorado), se están introduciendo redes inteligentes para las instalaciones eléctricas de la ciudad, de modo que “pueden encenderse y apagarse en el momento adecuado, garantizando así la mejora del rendimiento energético”.
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