Revive la envolvente exterior del antiguo Hotel Majestic

Recientemente finalizaron las obras de restauración de fachadas del edificio donde funcionara el antiguo Hotel Majestic, ubicado con frentes sobre Av. de Mayo y las calles Santiago del Estero y Rivadavia, caracterizando la ochava de Av. de Mayo con el desarrollo de la torre cúpula. Este edificio, de estilo neoclásico con gran valor patrimonial funcionó como un prestigioso hotel entre las décadas de 1910 y 1920, pasando luego a manos del ente recaudador de la época -actualmente AFIP-, funcionando como agencia de la institución hasta el año 2006. Comenzó entonces un importante plan de obras que se propone devolver sus cualidades compositivas y funcionales para los fines que sean considerados por su comitente, AFIP. Las obras de restauración de la envolvente exterior -de un total de 4.800 m2 de superficie- estuvieron a cargo del Estudio del Arquitecto Rubén Otero y contaron con la colaboración de la firma Tarquini en el desarrollo de los materiales de reposición como el Símil Piedra París, devolviendo a las superficies la textura y el color del revestimiento original.

Acaba de finalizar una importante primera etapa de las obras de restauración del edificio a cargo la Administración Federal de Ingresos Públicos –AFIP- con frentes a la Av. De Mayo y las calles Santiago del Estero y Rivadavia. Esta etapa incluyó la envolvente exterior de fachadas y terrazas y cubiertas de más de 4.800 m2, y el refuerzo estructural del conjunto de la torre y cúpula, a la espera de las obras de refuncionalización arquitectónica y actualización tecnológica de los interiores.

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La historia de este valioso edificio patrimonial de Av. de Mayo tuvo su época de oro cuando abrió sus puertas para el Centenario de 1910, funcionando como un hotel de categoría hasta 1929. El Arq. Rubén Otero -titular del estudio Rubén Otero & Asoc. a cargo de la Direccion de los trabajos- se refiere a la historia del edificio que fuera el emblemático Hotel Majestic: “Esta obra fue proyectada por los arquitectos Federico Collivadino e Ítalo Benedetti en 1909 como un edificio de rentas, con unidades funcionales para alquiler. Sin embargo, durante el año de su rápida construcción -hasta 1910-, una sociedad integrada entre otros por don José Gil, decide alquilar el predio en su totalidad para transformarlo en un hotel de categoría. De esta manera fue inaugurado en 1910 con el centenario del país, como Hotel Majestic. Durante 19 años fue uno de los establecimientos más exclusivos de la ciudad, alojando huéspedes ilustres como el maestro Le Corbusier y el bailarín ruso Vaslav Nijinsky. A causa de problemas económicos cerró sus puertas en el año 1929, y por medio de un acuerdo termina bajo propiedad y tutela del ente recaudatorio de la época, actualmente AFIP. Entre idas y vueltas el lugar terminó funcionando como una sede de oficinas de esa institución, hasta hace nueve años aproximadamente. Desde su construcción la obra fue sufriendo el deterioro del tiempo y de algunas intervenciones que no fueron estrictas con las reglas de conservación patrimonial, como la modificación de la fachada original. En efecto, el edificio, de gran carga ornamental, tenía una cúpula de piedra pizarra con ornamentaciones de zinguería, que fuera retirada y remplazada por otra con las mismas proporciones pero de hormigón liviano. Además, las barandas de balcones de herrería de fundición ubicados entre el segundo y quinto piso, fueron reemplazados por tabiques de hormigón horadados por rombos art decó que nada tienen que ver con las cualidades compositivas de la obra, de estilo ecléctico con elementos de la arquitectura italiana y francesa. En nuestra intervención se decidió mantener estas barandas art decó, considerando que aunque fueran producto de desafortunadas decisiones, hoy se conforman en testimonio de las distintas alternativas que forman parte de la historia de la obra. De todas formas, y a efectos de dejar memoria registral de esta situación, se decidió aplicar en estos tabiques un revestimiento distinto al original (Neo Paris de Tarquini) que evidencie la calidad de no original pero que aún así, permita su mimetización y armonía con el revestimiento primigenio de Símil Piedra París. En lo que respecta a los interiores, el antiguo edificio planteaba desde su partido arquitectónico dos entradas de aire luz que alimentaban del segundo al sexto piso, una coincidía con la caja principal y otra con la caja de las escaleras. Por necesidad de aumentar la superficie construida se tapó la entrada de iluminación en el sexto piso y se retiró el fantástico conjunto vitral que alimentaba la totalidad del séptimo piso y funcionaba como una expansión natural hacia la terraza. Se ocupó con construcciones precarias, asomadas también en fachada, que ahora fueron retiradas, tratando de recuperar las proporciones originales de la obra”.

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Sobre la restauración de las fachadas, continúa el Arq. Otero: “Para conocer la materialidad de la obra en fachadas se hicieron cateos y toma de muestras del revestimiento original, en base a los cuales el laboratorio de la firma Tarquini reprodujo un Símil Piedra de igual granulometría, composición y color, devolviendo a las superficies sus características originales. De esta manera se restauró la totalidad de la superficie muraria, corrigiendo previamente aquellas patologías que la hubieran afectado a lo largo de más de un siglo de existencia. La superficie de la carga ornamental –premoldeados- pudo recuperarse sin necesidad de ejecutar reintegraciones, aplicando técnicas de despeje de capas extrañas de pinturas con la proyección de áridos blandos complementados con acciones mecánicas de restauración”.

El Arq. Otero reflexiona sobre el concepto de una correcta restauración patrimonial: “Aplicar un revestimiento extraño a un edificio revestido con un material tan noble y característico como el de esa época no es restaurarlo, es taparlo y esconder sus valores esenciales. Restaurar significa recuperar en lo posible la originalidad de la obra en cuanto a materialidad y cualidades constitutivas, y es lo que nos propusimos a través de estos trabajos de investigación y recuperación. Los edificios trascienden a la vida de las personas, por lo cual se transforman en testimonios que nos permiten entender la cultura y la forma de vida de quienes nos antecedieron, contribuyendo a la comprensión de cómo se conformó la historia de nuestra ciudad. Es el caso de este edificio de la no menos emblemática Av. de Mayo, que junto con otras destacables construcciones, como el Pasaje Barolo ubicado a 50 metros, el ex Hotel Chile -de estilo art nouveau- o el lindero edificio del antiguo Diario Crítica, conforman un conjunto urbano como testimonios tangibles para entender desde dónde venimos, apoyándonos en el pasado para proyectar nuestro futuro” concluye Otero. Más información: www.molinostarquini.com.ar

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Leyenda fotografías (en orden de aparición):
1. La envolvente exterior del antiguo Hotel Majestic, vuelve a lucir como en su estado original
2. El ex Hotel Majestic fue construido durante 1909 por los arquitectos F.L. Collivadino e I. Benedetti
3. El edificio que presenta una gran carga ornamental vuelve a presentarse como en su estado original de 1909
4. Arq. Rubén Otero -encargado de las obras de restauración- e Ing. Claudia Arce -experta en restauro de la empresa Tarquini-
5. Frente sobre Av de Mayo del antiguo Hotel Majestic
6. Restauración de la envolvente exterior del antiguo Hotel Majestic – fachada de Av. de Mayo y Santiago del Estero

Información enviada por:
María Acha
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