La reciente XII Bienal Nacional de Arquitectura de Venezuela se convoca a finales del 2016 en el contexto de un proceso electoral que debía realizarse para la renovación de las actuales autoridades del Colegio de Arquitectos de Venezuela, las cuales permanecen en el cargo desde hace mas de cuatro años estando vencido el tiempo legal de llamar a nuevas elecciones. Este proceso iniciado por la Comisión Electoral del CAV con el aval de la actual Junta Directiva, fue impugnado por su Presidenta, Dra. Marianella Genatios, ante el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (obviando los canales regulares del propio CAV, la comisión electoral de su propia junta directiva) bajo el argumento de que dicho proceso violentaba el derecho al voto a los agremiados de las diversas regiones del país por cuanto el CNE estableció como único centro electoral a la sede actual del CAV en la ciudad de Caracas.
A pesar de este innecesario acto jurídico que no ha logrado sino detener indefinidamente un proceso absolutamente democrático como los es el acto electoral, la Junta Directiva organiza una Bienal de Arquitectura que se limita a una muestra bastante limitada de obras y proyectos de profesionales, incuestionablemente todos muy valiosos, dignos y respetables, mas carente de actividades complementarias comunes en bienales y congresos pero “necesarias” en un contexto político, gremial y académico en crisis. Además de ello, esta exposición no es capaz de proponer un debate o reflexión real sobre la situación de la arquitectura en Venezuela, sino que se limita a una entrega de premios en el marco de un concurso de proyectos y obras en un contexto político, económico y social de extrema complejidad.
Queremos reconocer los esfuerzos y méritos de su comité organizador en un escenario de grandes dificultades pero la Bienal se fundamenta en una operación económica en la que se dejan por fuera renglones y trabajos de gran relevancia como son los proyectos de grado dado los altos costos para el registro de los trabajos. Ello a pesar de que la muestra de la Bienal se desarrolla en espacios de una institución de alto prestigio y nivel académico, como la Universidad Simón Bolívar, que lucha por mantener su nivel de formación de futuros profesionales de la arquitectura en medio de grandes dificultades.
Entre las múltiples criticas formuladas al citado evento, una de las mas importantes se basa en el hecho algunos ganadores de premios en categorías especificas fueron a su vez miembros del jurado en la Bienal. Ello no solo es irregular sino que desdice de la capacidad de convocatoria de arquitectos reconocidos para ser miembros de tan importante actividad por parte de los organizadores. Otra critica fundamental es que algunos de los trabajos participantes y premiados se ubican fuera del lapso establecido como periodo de conclusión las obras (según el artículo XX de dichas bases). Esto resulta irregular, sobretodo cuando la penúltima Bienal se desarrollo en 2014 y estos debieron haber sido incluidos en dicho certamen ya que este permitía incluir trabajos concluidos durante los diez años anteriores.
Celebramos la realización de una Bienal pero siempre en el marco de un evento que busque reconocer el valor de la arquitectura en la sociedad a través de procesos de convocatoria abiertos, evaluaciones transparentes y con profesionales destacados que permitan dar credibilidad al mismo ajustados a las bases de legales del evento.
Tomado del facebook de CreAenVen